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Trump retoma su fuerte discurso proteccionista

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El presidente estadounidense con sus nietos en los jardines de la Casa Blanca. Foto: AFP

Ratificó que multará a empresas que se muden al exterior.

Donald Trump aprovechó ayer viernes la presentación de un nuevo avión de Boeing para retomar su discurso proteccionista, en el que prometió grandes "victorias" para los trabajadores estadounidenses y "multas sustanciales" a las empresas que decidan trasladar su producción a otros países. Todo en medio de la polémica que no cesa sobre su política migratoria.

En su primer discurso fuera de Washington desde que asumió en la Casa Blanca el 20 de enero, y en el estado marcadamente republicano de Carolina del Sur, Trump quiso volver al mensaje económico de su campaña, que fue esencial para su victoria en las elecciones de noviembre.

"Cuando las cosas sean justas, los trabajadores estadounidenses siempre, siempre, siempre ganarán. Pero las cosas no son justas ahora mismo. Lo van a ser muy pronto", dijo Trump desde Charleston (Carolina del Sur).

El mandatario asistió al acto de presentación del 787-10, una nueva aeronave comercial con capacidad para más de 300 pasajeros que Boeing espera estrenar el año que viene, y que fue fabricada en la planta de la compañía estadounidense en Carolina del Sur.

"Este avión se fabricó aquí mismo. Nuestro objetivo como nación debe ser depender menos de las importaciones y más de los productos hechos aquí, en Estados Unidos", subrayó Trump.

El presidente prometió seguir "reduciendo masivamente las regulaciones gubernamentales que envían empleos a otros países", y "bajando los impuestos a las empresas estadounidenses para que sea más barato y fácil producir cosas" en Estados Unidos.

"Vamos a aplicar muy fuertemente nuestras normas de comercio para acabar con las trampas que se hacen en el extranjero, tremendas trampas, tremendas", recalcó el mandatario.

"Habrá una multa muy sustancial para las empresas que quieran despedir a su gente y mudarse a otro país, fabricar cosas y pensar que las van a vender aquí por encima de lo que pronto será una frontera muy, muy fuerte. Las cosas van a ser muy diferentes", afirmó.

Trump reconoció que la promesa de devolver al país los empleos que se han perdido por la externalización de la producción de muchas empresas, es "una de las razones principales" de su llegada al poder, y prometió que "nunca decepcionará" a quienes han confiado en él para ello.

Sus alabanzas hacia Boeing contrastaron con las denuncias que hizo sobre el gigante aeronáutico antes de llegar al poder, cuando acusó a la compañía de elevar exageradamente los costes del nuevo avión presidencial Air Force One, presupuestado en 4.000 millones de dólares, y amenazó con cancelar el pedido.

Desde entonces, curiosamente, Trump y el consejero delegado de Boeing, Dennis Muilenburg, han desarrollado una relación muy cercana, con varias reuniones y llamadas telefónicas, y la Casa Blanca se ha alineado con los intereses de la empresa en varios temas, como en su intento de rebajar tensiones con China.

"Estamos trabajando en el proyecto del Air Force One, que ha sido difícil para los anteriores Gobiernos, pero parece que estamos cada vez más cerca", aseguró ayer Trump, quien matizó que el precio del avión le sigue pareciendo "demasiado alto", pero sigue negociando.

Añadió que está "considerando seriamente" hacer a Boeing un "gran pedido" de aviones caza F-18 tipo Super Hornet, algo que el Pentágono está barajando para reemplazar a los F-35 de Lockheed Martin si esa compañía "no rebaja sus precios".

El discurso de Trump sirvió como aperitivo para el acto que el presidente tiene previsto dar hoy sábado en el aeropuerto de Orlando (Florida) y que la Casa Blanca ha descrito como un discurso "de campaña", a pesar de que no habrá elecciones presidenciales hasta 2020. "Como hizo en su campaña, Trump va a llevar su mensaje directamente al pueblo estadounidense", aseguró una portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.

Seguridad.

Trump, en plena búsqueda de un nuevo asesor de Seguridad tras despedir a Michael Flynn y ser rechazado por uno de los candidatos, dijo ayer que considera para el cargo a cuatro personas, entre ellas el general retirado Keith Kellogg, interino en el puesto.

Trump pidió la renuncia a Flynn tras una controversia por los contactos del militar retirado con Rusia, y el jueves el también retirado vicealmirante Robert Harward rechazó la oferta del presidente de reemplazar a Flynn.

"El general Keith Kellogg, a quien he conocido durante mucho tiempo, es un jugador fuerte para asesor de Seguridad Nacional, como también lo son otros tres", escribió Trump en Twitter, sin revelar los nombres de los otros candidatos.

Kellogg es jefe de gabinete del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. También se ha mencionado como opción al general retirado David Petraeus, quien fue director de la CIA durante la presidencia de Barack Obama.

Inmigrantes: niegan uso de guardia Nacional.

El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, aseguró que es totalmente "falso" que el presidente Donald Trump esté considerando utilizar la Guardia Nacional para detener y deportar inmigrantes indocumentados. Spicer negó así una información de la agencia Associated Press (AP) que aseguraba que el Departamento de Seguridad Nacional había propuesto en un borrador el despliegue de 100.000 efectivos de la Guardia Nacional (fuerza militar desplegada en situaciones de emergencia) para detener a indocumentados.

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El presidente estadounidense con sus nietos en los jardines de la Casa Blanca. Foto: AFP

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