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Trump padece la primera baja por el "efecto Rusia"

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Flynn: primera baja en el gobierno de Donald Trump. Foto: Reuters
National security adviser General Michael Flynn arrives to deliver a statement during the daily briefing at the White House in Washington U.S., February 1, 2017. Picture taken February 1, 2017. REUTERS/Carlos Barria USA-TRUMP/FLYNN-RESIGN
CARLOS BARRIA/REUTERS

Cae el consejero de Seguridad Nacional, presionan para una investigación.

Donald Trump buscaba ayer martes capear el temporal de su primera crisis de gabinete, por el cese de su consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, y una creciente tensión con Rusia. Precisamente, Flynn cae por una conversación con un diplomático ruso.

El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que la confianza de Trump en Flynn se había "erosionado al punto que el presidente sintió que debía hacer un cambio", y por ello "pidió al general Flynn su renuncia". De acuerdo con Spicer, Trump estaba "muy preocupado al saber que el general Flynn había ocultado información al vicepresidente" Mike Pence sobre su diálogo con el diplomático ruso.

El relato de Spicer contrastó con el de una de las consejeras más cercanas a Trump, Kellyanne Conway, quien el lunes, horas antes del anuncio de la dimisión, dijo que Flynn contaba con la "plena confianza" del presidente y ayer comentó que el ya exasesor presentó la renuncia por voluntad propia.

Flynn conversó con el embajador ruso en Washington sobre las sanciones que Estados Unidos aplicaría contra Rusia, pero no informó adecuadamente del tenor del diálogo a Trump ni a Pence. En su carta de renuncia, Flynn apuntó que transmitió "sin querer al vicepresidente electo y a otros, información incompleta sobre sus conversaciones telefónicas con el embajador de Rusia" en Washington, Sergei Kislyak.

Trump nombró a otro general retirado, Joseph Kellogg, para ocupar interinamente el puesto de consejero de Seguridad Nacional. Kellogg es uno de los tres favoritos para quedarse en el cargo. Los otros dos son el vicealmirante Robert Harward, un excomandante adjunto del Comando Central estadounidense, y el general retirado David Petraeus, exdirector de la CIA. Petraeus había renunciado a la conducción de la CIA luego de un sensacional escándalo por haber compartido información secreta con una amante, una periodista que escribía un libro sobre él. Petraeus fue condenado a dos años de libertad condicional, que vencen en abril próximo.

Para agravar el cuadro fuentes oficiales dijeron al diario Washington Post que en enero la entonces secretaria interina de Justicia, Sally Yates, había informado a la Casa Blanca sobre el contenido de la conversación entre Flynn y Kislyak. De acuerdo con esas fuentes, Yates alertó a funcionarios de la Casa Blanca que la situación dejaba a Flynn expuesto a chantajes por parte de la inteligencia rusa.

En este escenario este martes se multiplicaban las presiones para que se realice una investigación completa sobre el incidente para determinar la responsabilidad de la Casa Blanca.

En tanto, el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Devin Nunes, apuntó que era necesario saber por qué agentes de la inteligencia estadounidense interceptaron una llamada telefónica de Flynn y luego pasaron la transcripción a la prensa. "Espero que el FBI me explique qué está pasando, y espero también que tengan una buena respuesta", comentó.

En un mensaje en Twitter, Trump criticó las "filtraciones ilegales" en su gobierno. "La verdadera historia acá es por qué hay tantas filtraciones ilegales en Washington. ¿Estas filtraciones ocurrirán cuando yo tenga que tratar con Corea del Norte?", escribió el mandatario.

Todo el escándalo que condujo a la caída de Flynn ocurre en un contexto en que las relaciones de Washington y Moscú están en el centro de la polémica. Cuando Flynn habló con Kislyak el entonces presidente Barack Obama preparaba la aplicación de sanciones contra cinco funcionarios rusos y había determinado la expulsión de otros 35 diplomáticos. En ese momento, Washington acusaba directamente a Rusia de injerencia en las elecciones presidenciales de noviembre.

Ahora se agrega otro elemento, que retrotrae la situación a la Guerra Fría. Estados Unidos advirtió nuevamente a Rusia ayer martes que está violando desde 2014 un tratado que prohíbe los misiles de alcance intermedio. Según The New York Times, que cita a altos funcionarios estadounidenses, Rusia desplegó este misil sobre todo en el sudeste del país, contradiciendo un tratado sobre las Fuerzas Nucleares Intermedias (FNI) firmado el 8 de diciembre de 1987 entre la Unión Soviética y Estados Unidos y que había contribuido al fin de la Guerra Fría.

Reapertura de la Casa Blanca al público.

La Casa Blanca reabrirá sus puertas al público el 7 de marzo. "Estoy feliz de reabrir la Casa Blanca a los cientos de miles de visitantes que vienen cada año", escribió en un comunicado la primera dama Melania Trump, quien sigue viviendo en la Trump Tower de Nueva York. En estos últimos días, los legisladores han criticado que la Casa Blanca permaneciera cerrada por un tiempo más largo de lo común. Tradicionalmente se cierra al público durante la transición entre los dos gobiernos.

"Thomas Jefferson fue quien empezó con la tradición de recibir visitantes en la Casa Blanca en 1805. Y las administraciones anteriores han reabierto rápidamente al público las puertas de la Casa Blanca, incluso el día después de la investidura", recordó una veintena de legisladores en una carta el lunes.

Con el terrorismo islámico entre ceja y ceja.

El ahora exasesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, Michael Flynn, es un militar tan experimentado como controvertido. Flynn, que ha sido acusado de islamofobia y de defender la tortura a sospechosos de terrorismo, fue el principal asesor en política exterior de Trump en la campaña electoral. Tenía como cometido adentrar en las complejas relaciones de EE.UU. a un inexperto presidente, con el que comparte una visión del mundo poco convencional, obcecada en una única prioridad: la lucha contra el terrorismo "islámico". Su designación no requería el visto bueno del Congreso, lo que le convirtió de inmediato en una de las figuras más poderosas de la Casa Blanca: el principal punto de contacto de Trump con el Departamento de Estado, el Pentágono y la CIA. Igual que Trump, Flynn, de 58 años ha sido acusado de coquetear con el presidente ruso, Vladímir Putin, y se ha mostrado abierto a rescatar la tortura por ahogamiento simulado a los sospechosos de terrorismo, porque es partidario de "dejar todas las opciones posibles sobre la mesa". Llegó a afirmar, en un tuit en febrero de 2016, que "el miedo a los musulmanes es racional". "Hay algo que va mal en el mundo musulmán. ¿Por qué tenemos más seguridad en los aeropuertos? No es porque la Iglesia católica se esté desmoronando", indicó Flynn el año pasado al diario The Washington Post.

La prioridad absoluta que el condecorado militar otorgaba a la lucha contra el yihadismo explica su convicción de que EE.UU. debe cooperar más con Rusia, y en 2015 desató múltiples críticas en Washington al sentarse al lado de Putin en una gala en Moscú en honor del canal de televisión RT, financiado por el Kremlin.

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Flynn: primera baja en el gobierno de Donald Trump. Foto: Reuters

DEBUT TEMPRANOAFP, EFE

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