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Tensión comercial y migratoria en cumbre “de los tres amigos”

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López Obrador, Biden y Trudeau ayer en la Casa Blanca. Foto: AFP
US President Joe Biden (C), Canada's Prime Minister Justin Trudeau (R) and Mexico's President Andres Manuel Lopez Obrador arrive for the North American Leaders' Summit (NALS) in the East Room of the White House in Washington, DC on November 18, 2021. (Photo by MANDEL NGAN / AFP)
MANDEL NGAN/AFP fotos

ESTADOS UNIDOS

Tanto México como Canadá están alarmados por la propuesta de Biden de otorgar beneficios fiscales para promover la fabricación en Estados Unidos de vehículos eléctricos.

La Cumbre de los Tres Amigos, entre Andrés Manuel López Obrador, Joe Biden y Justin Trudeau, se desarrolló ayer jueves en un ambiente distendido pese a las tensiones comerciales y migratorias.

Es la primera de este tipo desde 2016. Biden la ha resucitado después de que fuera enterrada por su predecesor, Donald Trump. Como viene haciendo con sus aliados europeos y asiáticos, el presidente demócrata quiere mejorar las relaciones con sus vecinos, con los que forman el Tratado de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Biden dijo a su homólogo mexicano que defiende una relación “en pie de igualdad”, basada “en el respeto mutuo” para un futuro prometedor.

Cosa que agradecemos, respondió López Obrador, “porque de esa manera no necesitamos estar reafirmando nuestros principios de independencia y soberanía”.

AMLO, como se le conoce al presidente mexicano por sus siglas, trajo a Washington un mensaje de integración económica y ayuda al desarrollo como antídoto a la migración clandestina que recalcó en su reunión bilateral con Biden y en un encuentro con la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris.

“Vamos a ayudar, a participar para la integración económica de América del Norte y de todo el continente, fortalecer nuestra región ante el avance de otras regiones en el mundo”, dijo el presidente mexicano.

Integración económica “con respeto a nuestra soberanía”, defiende México, partidario de “producir en América del Norte” lo que la región consume.

Pero en la Cumbre de Líderes de América del Norte, no todo es de color rosa por mucho que se deshagan en halagos.

Como un eco de la ideología del “Estados Unidos primero” de Trump, Biden intenta revitalizar la tambaleante base industrial estadounidense, sobre todo impulsando el mercado de vehículos eléctricos y energías limpias. Y esto genera fricciones.

Tanto México como Canadá están alarmados por la propuesta de Biden de otorgar beneficios fiscales para promover la fabricación en Estados Unidos de vehículos eléctricos.

Y Canadá y Estados Unidos desaprueban la reforma constitucional de AMLO para el sector eléctrico, por su potencial impacto en las inversiones privadas.

“Buy American”, la política de Biden para fomentar la compra de productos estadounidenses, molesta a sus vecinos. Canadá lo tacha de proteccionismo manifiesto.

La migración es el otro lastre en las relaciones. AMLO respaldó la iniciativa que Biden envió al Congreso para regularizar la situación de millones de migrantes porque beneficia a personas “que viven y trabajan honradamente”, pero insiste en que la migración deber ser una opción y no el resultado de la miseria.

López Obrador dijo que hay “que invertir para que haya trabajo y bienestar en América Central, para que la gente no se vea en la necesidad de emigrar, que la migración sea opcional, no forzosa”.

En este sentido dijo estar al tanto de que “ya hay un plan de parte del gobierno de Estados Unidos para ayudar a Centroamérica”.

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