Decenas de personas han resultado muertas o heridas al estallar ayer dos bombas en una zona comercial de Bangkok, en el peor atentado indiscriminado que se registra al menos en décadas en la capital tailandesa.
Las autoridades informaron de 19 muertos, una decena de ellos en el lugar de la explosión, y más de un centenar de heridos, mientras que medios locales cifraban a medianoche local de ayer en 27 los fallecidos y en más de 80 los heridos. Al menos tres turistas extranjeros, dos chinos y un filipino, perecieron por las deflagraciones, según portavoces hospitalarios.
El Gobierno tailandés aseguró que el ataque, cuya autoría no ha sido reivindicada, trata de dañar la industria turística del país, fundamental en la debilitada economía de Tailandia.
Además, las bombas fueron colocadas junto al templo de Erawan, uno de los más venerados de la metrópoli y ubicado en la céntrica intersección de Ratchaprasong, al que acuden fieles budistas para pedir fortuna. En plena hora punta, al término del horario laboral, dos artefactos de fabricación casera explotaron con 15 minutos de diferencia, relataron testigos.
Para coordinar una respuesta al atentado, el Gobierno anunció la creación de una "oficina de guerra", informó el primer ministro tailandés, Prayuth Chan-ocha.
Investigan si fue ataque terrorista.
El Departamento de Estado de Estados Unidos afirmó ayer que es "demasiado pronto para saber" si la explosión que causó decenas de muertos en Tailandia fue un ataque terrorista. El portavoz John Kirby aseguró que Estados Unidos está "siguiendo de cerca la situación" para encontrar a los culpables de la masacre.
terrorismoEFE/ REUTERS