CRISIS POLÍTICA
El independentista Turull no logró votos; hoy puede ir preso.
La investidura del independentista Jordi Turull como presidente catalán quedó bloqueada de momento, al negarle ayer jueves su apoyo un pequeño partido separatista de extrema izquierda, prolongando la incertidumbre política en esta región a casi cinco meses de una fallida secesión de España.
La CUP mantuvo sus cuatro abstenciones a la investidura, y de esa forma Turull, exportavoz del gobierno regional del cesado Carles Puigdemont, no reunió la mayoría absoluta necesaria para ser investido en la primera votación ayer jueves.
Así, la cámara deberá celebrar una segunda votación en dos días que puede ganarse con mayoría simple aunque para alcanzarla el candidato debe sumar dos escaños más de los que tiene garantizados por ahora.
Pero es incierto si Turull podrá asistir a esta segunda votación dado que hoy viernes está convocado junto a otras cinco figuras del independentismo ante un juez del Tribunal Supremo que instruye la causa por rebelión, sedición y malversación por el intento de secesión unilateral del año pasado.
Tras la vista, Turull, un independentista conservador de 51 años, podría regresar a prisión, después de haber pasado un mes en la cárcel a fines de 2017.
A lo mejor con esta cita en mente, Turull ni siquiera mencionó las palabras "independencia" o "república" en su discurso a pesar de que la CUP le reclamaba precisamente un mayor compromiso con el proceso de secesión para brindarle su apoyo.
En cambio, reclamó diálogo al gobierno español de Mariano Rajoy: "Pedimos sentarnos en una misma mesa para resolver políticamente los problemas que nos atenazan", dijo.
En todo caso, con esta sesión se activará una cuenta atrás de dos meses para formar un gobierno en la región antes de disolver la cámara y convocar nuevas elecciones.