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Sergio Berensztein: “Hace falta un shock de confianza, en una situación muy, muy compleja”

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Sergio Berensztein. Foto: Darwin Borrelli

ANALISTA POLÍTICO ARGENTINO

Es uno de los analistas políticos más influyentes de Argentina. Estuvo el viernes en Montevideo para brindar una conferencia sobre la situación en Argentina.

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Sergio Berensztein es uno de los analistas políticos más influyentes de Argentina. Doctor y Master en Ciencias Políticas (University of North Carolina) y Licenciado en Historia (Universidad de Buenos Aires), Berensztein estuvo el viernes en Montevideo invitado por SURA Inversiones, para brindar una conferencia sobre la situación en Argentina. A continuación parte del diálogo que mantuvo con El País en el Piso 40 del WTC.

-En su columna del viernes en La Nación llama a la prudencia y la madurez para “alejarnos del abismo”. ¿A cuánto está Argentina de ese abismo?

-Algunos creen que ya estamos en el abismo. ¿Qué está pasando? Argentina venía con una crisis cambiaria muy complicada desde abril del año pasado, con una caída del ingreso extraordinaria. Además, se combinaron desequilibrios macroeconómicos profundos con debilidad en el liderazgo político. Macri heredó un déficit fiscal que era una bomba de tiempo, para un país que no tenía capacidad de endeudamiento. El ajuste se tuvo que hacer de manera muy rápida, forzada a partir de la crisis cambiaria, sobre todo con el segundo acuerdo con el FMI, que impuso déficit cero y emisión cero. En el medio la inflación creció muchísimo. Este año hasta agosto va a estar arriba del 50%. Estamos ante un abismo que puede derivar en una escalada aún mayor si el tipo de cambio no puede ser controlado por el Banco Central.

-¿Cómo evitar caer en el abismo?

-Hace falta un shock de confianza, en el medio obviamente de una situación muy, muy compleja. Las medidas iniciales después de las PASO fueron más bien de corte heterodoxo para evitar que la devaluación del lunes 12, el día siguiente a las internas, tuviese un impacto en los precios de forma abrupta y esto derivase en una crisis social aún mayor, en una sociedad que ya tiene más del 33% de pobreza. No fueron medidas de fondo, sino algo para frenar la hemorragia. Es entendible desde la lógica de un gobierno que había sufrido un golpe muy significativo y enfrentaba una crisis con los mercados. Ahora, medidas concretas para coordinar con la oposición, ... hubo un diálogo, aunque tensionado entre ambos líderes. Hubo una reunión del ministro Hernán Lacunza, que es una persona de buen diálogo con la oposición. Ahí coincidieron en un objetivo: defender las reservas. Porque al próximo gobierno, si es que gana Fernández, le conviene tener reservas en el Banco Central, lógicamente. Ahora, de ahí a acordar instrumentos concretos y un tipo de horizonte mínimamente previsible de acá al 10 de diciembre -fecha del cambio de gobierno- no hubo. ¿Por qué? Porque la lógica política hoy es tal que lo electoral se ha convertido en un obstáculo para garantizar la gobernabilidad. Fernández todavía no ganó la elección, hoy es un candidato con muchos votos, pero el impacto (de las PASO) fue tan grande que ha quedado debilitado el liderzago de Macri.

-Si la situación económica ya venía complicada, ¿por qué entonces esa confianza en el gobierno de que le iba a ir bien en las elecciones?

-Es cierto, en el oficialismo siempre hubo mucha confianza, yo diría en tres dimensiones. Una en la campaña, que tiene métodos muy sofisticados, y enfrente tenían una campaña todavía con dificultades. Segundo, en Macri, un candidato experimentado, disciplinado, que había ganado elecciones. Fernández era un enigma, había sido candidato en el año 2000 a legislador por la ciudad de Buenos Aires, y después tuvo experiencia de campaña pero como jefe, no como candidato. Tercero, y esto es muy importante, el gobierno veía que la inflación estaba bajando, que el salario comenzaba a recuperarse un poquitito, entonces era como que el momento estaba a punto de caramelo para la elección de octubre. Llegaron a las PASO relajados. El peronismo se movilizó como si fuera la final de la Copa del Mundo, y estos (el gobierno) jugaron como si fuera un torneo de verano.

-Llamó la atención que Cristina Kirchner optara por ir como vicepresidenta y ella misma eligiera a Alberto Fernández como candidato presidencial, cuando lo habitual es al revés, que el que encabeza la fórmula elija a su compañero. ¿Si gana Fernández, quién tendrá el poder real?

-Ese es un enigma que únicamente el tiempo va a poder resolver. Yo puedo especular al respecto. ¿Por qué Cristina da un paso al costado y no es la candidata? Ella advierte que predominaba en Argentina un voto moderado, no radicalizado. Después mira la región, Bolsonaro en Brasil, Piñera en Chile, Trump en Estados Unidos... El mundo en el cual Cristina creció como líder era muy diferente. Y finalmente se hace asesorar con un economista respecto de las restricciones financieras que estaba enfrentando Argentina, incluyendo el programa con el FMI. Cuando ella habla con Alberto Fernández se sincera y le dice: yo tal vez podría ganar la elección, pero no voy a poder gobernar.

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