Publicidad

ESTADOS UNIDOS

Sentía que no encajaba, se hizo un examen de ADN y el resultado la devastó

La mujer llevó a cabo varias investigaciones para poder comprender su pasado y su presente, aunque el desenlace de su historia la destruyó.

Compartir esta noticia
A una mujer estadounidense le cambió la vida a partir de una prueba de ADN
A una mujer estadounidense le cambió la vida a partir de una prueba de ADN.
Foto: The Sun - @caitijackson/Instagram

Las noticias inesperadas pueden llegar en cualquier momento a la vida de una persona, sean positivas o negativas. Esto le sucedió a una mujer de Wyoming, Estados Unidos, llamada Shirley Muñoz, quien se sometió a una prueba de ADN junto a sus padres y no solo el resultado fue devastador, sino que lo que vino después la destruyó por completo.

La estadounidense tuvo una infancia terrorífica, en la que sus padres no le demostraban cariño, además de que siempre se sintió una extraña al lado de sus hermanos. “Desde que tengo memoria, sentí que no encajaba con mi familia irlandesa - estadounidense. Mis padres y siete hermanos eran todos altos y rubios, mientras que yo era pequeña, con ojos marrones y piel aceitunada”, dijo en declaraciones citadas por el diario The Sun.

Entonces, con una intriga que siempre la había invadido, decidió realizarse una prueba de paternidad. “En el 2000 mi padre, que entonces tenía 80 años, desarrolló una afección cardíaca y anunció que siempre había sospechado que no era su hija y quería que nos hiciéramos una prueba de ADN”, dijo la mujer. Si bien fue iniciativa de su papá, la realidad es que ella también tenía la intención de hacerlo.

Dos semanas después, llegaron los resultados, pero no eran lo que esperaba. Esa noche era su cumpleaños 43 y no pudo haber pasado un peor día, según declaró: “Cuando escuché las palabras ‘Jim Morgan tiene un 0,00% de posibilidades de ser el padre de Shirley’ sentí como si mi mundo se estuviera desgarrando”.

En consecuencia, acudió a la casa de su madre, Jean, pero tampoco obtuvo la contención que necesitaba: “Su respuesta fue tan fría como el hielo. Si Jim no era mi padre, dijo que entonces ella tampoco era mi madre, y se haría una prueba de ADN para comprobarlo”. Más tarde también comprobó que no era su progenitora.

ADN
ADN
Foto: Agencias

Buscó a su familia biológica

Ahora que Shirley sabía que había estado toda su vida con una familia equivocada, decidió buscar a sus verdaderos padres. Lo único que se le ocurrió fue que seguramente la habían cambiado al nacer, así que inició una investigación exhaustiva: “Fui a la biblioteca pública para buscar en el archivo de periódicos de 1958 y contraté a un abogado para poder tener archivos y expedientes médicos abiertos. Descubrí que había nacido otra niña en el Campbell County Memorial Hospital, Gillette, Wyoming, el 8 de abril de 1958, de una mujer soltera de 20 años llamada Polly Muñoz”, contó.

Esa había sido la historia real, no había más, así que la afectada decidió demandar al hospital por la negligencia que le arruinó la vida. Al mismo tiempo, se contactó con la persona que había nacido el mismo día que ella, cuyo nombre era Debbie, y su madre Polly. En un principio, las dos se negaron a conocerla, pero después accedieron y lo que sucedió la terminó por quebrantar.

Su familia, que no era de sangre, le dio la bienvenida a Debbie con todo el amor que a ella le faltó. “Le organizaron una gran fiesta y yo acepté asistir de mala gana”, contó. No obstante, con el paso del tiempo se dio cuenta de que había sido la peor decisión: “Ver pancartas que decían ‘Bienvenida a nuestra hija perdida hace mucho tiempo’ me lastimó el corazón, al igual que ver a esta mujer alta encajar perfectamente con su nueva y emocionada familia”.

La reacción de su mamá biológica

De pequeña nunca tuvo una buena relación con los que creía que eran sus padres, pero todo empeoró cuando corroboraron que no tenían el mismo ADN. “Mientras crecía, mi familia se negaba a demostrarme su amor. Mamá se rehusó a tomar mi mano y papá no ocultó su desagrado. Tampoco tenía una buena relación con mis hermanos, a excepción de mi hermano Bill, que era tres años menor. Sentía que los otros estaban resentidos conmigo y que mi llegada había cambiado a la familia de una manera tácita”, contó.

Sobre Polly, su mamá biológica, dijo que un día vio que la llamaba por teléfono y sintió una felicidad enorme. “Me dijo que vivía a ocho horas de distancia, pero cuando le dije de encontrarnos dijo que por el momento era imposible. A su esposo nunca le había gustado que ella hubiera tenido un bebé fuera del matrimonio y no quería ni discutirlo”, manifestó.

“Días más tarde, Polly de pronto me vino a visitar. Me pude ver a mí misma en sus facciones y colores, pero no fue la reunión que desesperadamente ansiaba”, describió al contar que no hubo ningún abrazo, sino que una pequeña conversación. A eso se le sumó que sus medio-hermanos biológicos tampoco querían saber nada de ella.

A pesar de que sus papás adoptivos fallecieron muchos años después de que se supiera la verdad, su relación estaba completamente rota. “Tuve poco contacto con el hombre y la mujer que me criaron en los años intermedios”, aclaró Shirley. Además, Debbie tampoco mostró interés en mantener comunicación con ella. Sobre su mamá biológica, admitió: “Solo se puso en contacto conmigo para pedirme dinero”.

Sin embargo, no se dejó guiar por lo terrible en lo que se había convertido su historia y decidió construir a futuro. “He formado una familia basada en algo más que el ADN. Desde mi hermano Bill y mi tía perdida Mary (hermana de Polly), hasta Scott (su marido) y mis increíbles hijos, mi nieto Dace, de 13 años, y mi nieta Irelynn, de 2, tengo una vida llena de amor”, concluyó.

La Nación (GDA)

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Estados Unidos

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad