En medio de la desesperación, Ben Innes pensó que una imagen junto al atacante podría ser una buena idea: "Si la bomba era real, no tenía nada que perder".

Ayer el miedo volvió al aire. Temprano por la mañana se dio a conocer la noticia: un hombre con un supuesto cinturón de explosivos secuestró un avión de la línea Egyptair y lo obligó a aterrizar en Chipre, donde reclamaba encontrarse con su ex esposa. No era un terrorista, eso fue confirmado al poco tiempo del suceso. Sin embargo, el terror se había apoderado de todos los pasajeros.

De todos pero parece que menos de uno. Su nombre es Ben Innes, tiene 26 años, nació en Aberdeen, Escocia y tuvo la idea de sacarse una foto con el secuestrador para "mantener el ánimo frente a la adversidad", informan hoy los medios del Reino Unido. Además, indicó que de esa forma iba a poder analizar bien si la bomba era real o no.

"Pensé que si la bomba era real, en cualquier caso no tenía nada que perder", explicó Innes, cuya foto, en la que muestra una amplia sonrisa junto con el egipcio, no tardó en circular por las redes sociales.

Innes agregó que le pidió a un miembro de la tripulación que le "tradujese" y preguntara al secuestrador "si podría hacerse una selfie con él".

"Encogió los hombros, así que me puse a su lado y sonreí a la cámara mientras la azafata tomaba la foto", comentó Innes, que bromeó diciendo que la imagen "debe ser la mejor selfie de todas".

Según señala el diario The Sun, ese viajero, natural de Leeds (norte de Inglaterra), envió un mensaje de texto a su madre para advertirle del secuestro, y ésta le recomendó que no hiciera nada que desviara la atención hacia él.

Los pasajeros que viajaban en el avión secuestrado salieron de la ciudad mediterránea de Alejandría, en el norte de Egipto, con rumbo a El Cairo, pero el aparato en el que viajaban fue desviado hasta Chipre.

egyptairEFE