TENSIÓN MILITAR
La presencia de estos soldados cerca de Ucrania, que lucha desde 2014 contra los separatistas prorrusos en el este del país, avivó las tensiones internacionales.
El ejército ruso comenzó ayer viernes a retirarse de la frontera con Ucrania , donde sus tropas estaban desplegadas desde hace semanas.
Según el ministerio ruso de Defensa, la retirada comenzó en Crimea, península de Ucrania anexada por Rusia en 2014, un día después de unas maniobras que reunieron a unos 10.000 militares en la zona.
El ministro de Defensa, Serguei Shoigu, anunció el jueves la retirada, que se prolongará hasta el 1 de mayo, de todas las tropas desplegadas en Crimea y en el oeste de Rusia para realizar unas maniobras, que -dijo- tenían por fin verificar el estado de preparación de las tropas rusas.
La presencia de estos soldados cerca de Ucrania, que lucha desde 2014 contra los separatistas prorrusos en el este del país, avivó las tensiones internacionales. Ucrania sospechaba que Rusia estaba preparando una invasión, algo que Moscú negó, argumentando que estas maniobras no eran una “amenaza” sino la respuesta a movimientos militares de la OTAN en Europa y a “provocaciones” del gobierno ucraniano.
El conflicto entre Ucrania y los separatistas ha dejado decenas de muertos desde enero, después de una tregua que se había respetado desde mediados de 2020. Desde 2014, más de 13.000 personas murieron en ese enfrentamiento.
Una mediación de Alemania y Francia condujo a la firma de unos acuerdos de paz que pusieron fin al grueso de los combates en 2015, pero el proceso político quedó estancado.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se congratuló el jueves por el anuncio de la retirada rusa, aunque, como la OTAN, dijo que permanecería “vigilante”. No obstante, el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, subrayó que este “acto positivo” no interrumpe ni “la escalada ni el conflicto en su conjunto”.
Alemania también se mostró prudente y la portavoz de su diplomacia, Maria Adebahr, afirmó que espera que el “anuncio tenga efectos”. Estados Unidos, que apoya a Ucrania en su crisis con Rusia, había indicado que esperaba “acciones” y no solo “palabras”.
Las tropas rusas empezaron a retirarse un día antes de que entre en vigor la limitación impuesta por Rusia a la navegación de barcos militares y oficiales extranjeros en tres áreas del mar Negro frente a las costas de Crimea. Una medida que durará seis meses y que fue denunciada por los occidentales.
Con ese despliegue de tropas, Moscú pudo sacar pecho ante Washington en los primeros meses de gobierno de Joe Biden, pues lanzó esas operaciones justo después de que el mandatario estadounidense tachara al presidente ruso, Vladimir Putin , de “asesino”.
Ahora, Rusia y Estados Unidos están discutiendo una posible cumbre en un país neutral.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó ayer viernes que Putin sigue interesado en “mejorar y restaurar las relaciones con Estados Unidos”.
Pero las tensiones continúan muy vivas, como quedó patente con la reciente imposición de sanciones mutuas y las expulsiones recíprocas de diplomáticos. Por otro lado, Putin rechazó la propuesta de su homólogo ucraniano de negociar una solución para la guerra de forma bilateral.