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Rusia advierte que ya hay una "Guerra Fría"

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Guerra civil en siria. Foto: REUTERS
BASSAM KHABIEH

El conflicto en Siria está al borde de una peligrosa globalización.

El primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, criticó ayer a la OTAN por la actitud ante su país, que comparó con la de la Guerra Fría, y abogó por cooperar para evitar una desintegración de Siria por la influencia del Estado Islámico (EI). Medvedev realizó estas declaraciones al intervenir en la Conferencia de Seguridad Múnich (MSC), el denominado "Davos de la Defensa", que se celebra desde el viernes y hasta hoy, con el conflicto en y en torno a Siria como tema principal.

"A veces me pregunto si estamos en 2016 o en 1962", aseguró el primer ministro ruso haciendo referencia al momento en que se produjo la crisis de los misiles, uno de los peores momentos de la Guerra Fría.

"La política de la OTAN hacia Rusia es poco amistosa y terca. Para ser sinceros, nos estamos desplazando rápidamente a un periodo de una nueva guerra fría", sostuvo el premier ruso durante su intervención.

"El terrorismo es un problema de la civilización. Es ellos o nosotros. No hay medias tintas. Hay que poner de lado nuestras diferencias y mostrarnos unidos", aseguró.

Medvedev apuntó que restaurar la confianza es un proceso largo que precisa empezar un diálogo sin requisitos previos, algo a su juicio posible, porque las "diferencias ahora no son tan profundas como hace 40 años".

Unidad.

Uno de los puntos claves donde la comunidad internacional debe cooperar en el la crisis Siria, donde en su opinión "no hay alternativa" al diálogo internacional porque lo esencial es preservar "la unidad" del país y "evitar una nueva Libia o un nuevo Afganistán", algo que sería "catastrófico".

Es "vital" estar de acuerdo en las "cuestiones principales" en torno a la crisis siria, porque este país puede desintegrarse ante el avance yihadista, lo que convertiría el conflicto en una "guerra permanente".

"Tenemos un enemigo común y esa debería ser nuestra asunción básica", afirmó.

Respondiendo a las críticas de occidente, el primer ministro ruso aseguró que "no hay ninguna evidencia" de que Rusia esté "bombardeando civiles" en Siria. Con respecto a las sanciones que Occidente impuso sobre Rusia a causa de la crisis en Ucrania, Medvedev consideró que son "un camino que no lleva a ninguna parte".

Con respecto al conflicto en el este de Ucrania, señaló que los Acuerdos de Minsk son el "mejor instrumento" para poner fin a la crisis, pese a los problemas en la implementación, sobre los que culpó a Kiev por no haber puesto en marcha ni la reforma de la constitución ni la descentralización de la administración.

La MSC se centra en su 52 edición en Siria y las tres vertientes de su crisis —guerra civil, catástrofe humanitaria y Estado Islámico— aunque también pretende analizar otros asuntos como el conflicto en el este de Ucrania, la situación de China, la amenaza del terrorismo yihadista global y las diferencias entre Rusia y la OTAN.

En Múnich están presentes, entre una treintena de jefes de Estado y Gobierno y 70 ministros, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry; el presidente ucraniano, Petró Poroshenko; y el ministro de Asuntos Exteriores iraní; Mohammad Javad Zarif; y el primer ministro francés, Manuel Valls.

Cooperación.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó hoy que la cooperación entre su país y EE. UU. es básica para el cese de la violencia en Siria y advirtió de que no se podrá sacar adelante el acuerdo sin un "contacto honesto".

Lavrov realizó estas declaraciones al intervenir en la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC), el denominado "Davos de la Defensa", que se celebra desde ayer y hasta mañana, con el conflicto en y en torno a Siria como tema principal

"Si no tenemos un contacto honesto" entre Rusia y Estados Unidos, será "imposible implementar nada", aseguró el jefe de la diplomacia rusa.

"El instrumento clave para sacar adelante" los dos puntos principales acordados ayer a nivel internacional —la distribución inmediata de ayuda humanitaria en Siria y el cese de las hostilidades en una semana— es a su juicio la "cooperación y coordinación diaria a nivel militar entre la coalición liderada por EE. UU. y Rusia".

Lavrov instó a Washington a "acostumbrarse a trabajar en equipo" y superar la "miopía política" del excepcionalismo de Estados Unidos, para lograr avances en Siria como se lograron a finales del año pasado en la negociación nuclear iraní.

"Podemos lograr un éxito", confió el ministro, aunque exigió que las partes no pongan "requisitos previos", en referencia a la exigencia de algunas partes de exigir la salida del presidente sirio, Bachar al Asad.

"No deberíais demonizar a Al Asad, no deberíais demonizar a nadie, excepto a los terroristas", señaló Lavrov.

Además, aseguró que su país no participará en un proceso político para solucionar la crisis siria hasta que no se palíe la situación humanitaria (donde acusó a los rebeldes de haberla agravado en mayor medida que al régimen) y no se acabe con la violencia.

Con respecto a las atrocidades que se atribuyen a Al Asad, como emplear el hambre como arma de guerra sitiando ciudades, el ministro ruso aseguró que "todos" en la guerra están "haciendo algo mal desde el punto de vista humanitario".

Las violaciones, por tanto, sólo "se pueden resolver de forma simultánea" en todos los bandos, argumentó el ministro de Exteriores ruso.

Ataques.

Las fuerzas militares de Estados Unidos, junto con sus aliados, lanzaron en las últimas horas 20 ataques contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria e Irak, informó ayer la Fuerza Combinada de Operaciones de EE.UU.

La fuente militar informó en un comunicado, que no especifica cuándo tuvieron lugar estas operaciones, que en Siria se llevaron a cabo tres ataques con aviones no tripulados contra el EI cerca de las poblaciones Abu Kamal, Dayr Az Zawar y Raqa.

Por su parte, los 17 ataques efectuados en Irak se llevaron a cabo tanto con cazabombarderos como con drones, y estuvieron coordinados con las fuerzas gubernamentales iraquíes.

Estos ataques aéreos tuvieron lugar cerca de las poblaciones de Baghdadi, Albu Hayat, Faluya, Habaniya, Makhmur, Mosul, Ramadi y Sinjar, especialmente en estas tres últimas poblaciones, en las que se concentraron nueve de las operaciones aéreas.

En las operaciones de Siria participaron, además de fuerzas de Estados Unidos, de Arabia Saudí, Australia, Bahrein, Canadá, Emiratos Árabes Unidos, Francia, Jordania y el Reino Unido.

Por su parte, el las operaciones en Irak, tomaron parte Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Holanda, Jordania, Reino Unido y Estados Unidos, según el parte militar.

Turquía ya atacó Siria y Arabia Saudí la secunda.

El ministro de Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, insistió ayer en la determinación de su país de luchar contra el grupo yihadista Estado Islámico (Dáesh) y en que tanto su país como Arabia Saudí están dispuestos a una operación terrestre en Siria. "Hemos declarado que Turquía y Arabia Saudí, todos nosotros, podemos tomar parte en una operación terrestre. Dicen que Turquía no tiene voluntad de luchar contra Dáesh, pero las propuestas más concretas las ha hecho Turquía", dijo el ministro. Poco después Turquía concretó su amenaza al atacar tropas kurdas en territorio sirio. EE.UU. hizo una severa advertencia a Ankara. "Estamos preocupados por la situación al norte de Alepo y estamos trabajando para reducir las tensiones con todas las partes", dijo el portavoz del departamento de Estado John Kirby.

Kerry: "Las decisiones de estos días pueden acabar la guerra".

El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, vio una ventana de oportunidad en los próximos "meses" para poder detener la guerra en Siria y avanzar en una solución política a esta crisis. Kerry realizó estas declaraciones al intervenir en la Conferencia de Seguridad Múnich (MSC) que tiene el conflicto en Siria como tema principal. El secretario de Estado vio razones para el "optimismo" a raíz de la firma, ayer, de un acuerdo en el marco del Grupo Internacional de Apoyo a Siria, donde se encuentran EE.UU., Rusia, Irán, Arabia Saudí y Turquía, entre otros, para lograr en una semana un "cese de las hostilidades". "Espero que esta semana pueda ser una semana de esperanza. Este es el momento. Las decisiones de los próximos días y semanas, de unos meses, pueden acabar la guerra en Siria", aseguró.

A su juicio, es preciso aprovechar este acuerdo, trabajar para que tenga éxito y tratar de avanzar hacia la paz, lo cual seguirá requiriendo una "solución política". No obstante, si no se aprovecha esta ventana de oportunidad, la situación puede obligar a que se tengan que tomar "serias decisiones en el futuro" advirtió Kerry.

La "única forma" de detener la guerra en Siria es lograr un "acuerdo político" lo más rápido posible, ya que la falta de avances en el ámbito diplomático puede provocar una "escalada sin fin". "La mayoría no cree que se pueda lograr la paz con Asad al frente del gobierno", añadió Kerry, aludiendo al principal escollo del diálogo.

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Guerra civil en siria. Foto: REUTERS

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