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Rousseff descubre el riesgo de "dormir con el enemigo"

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Temer, vice de Rousseff, dice que no se irá, pero su partido dice está preparando ruptura formal. Foto: Reuters.
Brazil's Vice President Michel Temer talks with Brazil's President Dilma Rousseff as they await the arrival of German Chancellor Angela Merkel (not pictured) before a dinner at the Alvorada Palace in Brasilia, Brazil August 19, 2015. REUTERS / Ueslei Marcelino
UESLEI MARCELINO/REUTERS

Si bien Lula lo intentó, la relación entre el PT y el PMDB nunca fue buena.

La ruptura anunciada ayer por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PDMB) con el Gobierno de Dilma Rousseff pudo haberle generado a la mandataria la sensación de haber estado "durmiendo con el enemigo", en momentos en que enfrenta la amenaza de un posible juicio político en su contra.

El "desembarque" del PMDB, la fuerza política más importante del país y más rancia expresión del pensamiento conservador brasileño, es también una ruptura con el socialista Partido de los Trabajadores (PT), en el poder desde 2003 y tal vez uno de sus mayores antagonistas históricos en el plano ideológico.

Desde la caída de la dictadura, el PMDB participó en todos los gobiernos, con José Sarney (1985-1990), Fernando Collor de Melo (1990-1992), Itamar Franco (1992-1995), Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), a los que siempre se opuso todo el arco de izquierdas encabezado por el PT.

Sin embargo, el PMDB se plegó a esa fuerza de izquierdas en 2005, cuando el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva lo usó de bastón en momentos en que tambaleaba acorralado por escándalos de corrupción que lo tuvieron al borde de un juicio político como el que hoy amenaza a Rousseff, su sucesora y heredera política.

A consecuencia de esos escándalos, el PT perdió ocho diputados, que renunciaron a su militancia en protesta por la línea económica liberal adoptada por Lula y por las corruptelas, todo lo cual sirvió para abrirle las puertas del poder otra vez al PMDB.

Para intentar recomponer sus bases, Lula convocó al Gobierno a esa formación, liderada entonces por el expresidente José Sarney, y no sólo recuperó apoyo en el Congreso sino que fue reelegido para un nuevo mandato en 2006, con el PMDB como principal apoyo.

Con su muñeca política, Lula equilibró el choque ideológico que ese "casamiento" con la mayor fuerza de centroderecha del país significó para las alas más radicales del PT, que si criticaban a puertas cerradas esa alianza, mantenían un discreto silencio en público.

¿Casamiento político?

Para las elecciones de 2010, en las que ya no podía ser candidato por preceptos constitucionales, Lula escogió a dedo a Rousseff y así como le impuso su candidatura al PT, también eligió a Michel Temer, presidente del PMDB, como su compañero de fórmula y candidato a la Vicepresidencia, en un nuevo "casamiento político" arreglado.

La relación entre ambos, sin embargo, nunca fue buena y solo se mantuvo gracias a un arbitraje constante hecho por Lula, que dejó de surtir efecto al calor de la crisis económica, las corruptelas en Petrobras y la vertiginosa pérdida de popularidad de Rousseff, que desde hace meses está en apenas un dígito.

El malestar del PMDB con Rousseff comenzó a aflorar hace un año, cuando el Gobierno fue objeto de multitudinarias manifestaciones contra la corrupción y el descalabro de la economía.

En marzo del año pasado, Temer apareció en un espacio del PMDB en la televisión con duras críticas al Gobierno, dijo que la sociedad tenía razones para ese malestar y alertó de que su partido "siempre, en las circunstancias más difíciles, elegirá apoyar a Brasil".

En una nueva propaganda, difundida en septiembre pasado, cuando el posible juicio político contra Rousseff comenzaba a cobrar fuerza en el Congreso, el PMDB volvió con sus críticas, aludió a "un nudo que no se deshace" y se asoció a la "angustia de la sociedad".

Pero también dejó un mensaje intrigante, al señalar que era "hora de dejar el estrellismo de lado" y "reunificar los sueños", porque "Brasil quiere cambiar, Brasil debe cambiar y Brasil va a cambiar" sin que lo "guíe una estrella", en clara alusión al símbolo del PT.

En diciembre, si aún sobraban dudas sobre la tensa relación, una explosiva carta pública de Temer puso los puntos sobre las íes.

Sostuvo que "siempre" fue tratado por Rousseff como un objeto "decorativo" y que el PMDB fue para el Gobierno un "mero accesorio, secundario y subsidiario".

Temer aseguró que "jamás" él o el PMDB fueron "llamados para discutir formulaciones económicas o políticas sobre el país" y que sólo fueron contemplados en momentos de crisis, en los que afirmó: "Nunca titubeamos. Estaba en juego el país", argumentó.

El último párrafo de esa carta fue para muchos el inicio de la ruptura que finalmente se concretó ayer: "Sé que usted no tiene confianza en mí ni en el PMDB hoy y que no la tendrá mañana. Lo lamento, pero esa es mi convicción", sentenció Temer, primero en la línea sucesoria en caso de una destitución de Rousseff.

Pidió "más ética".

El vicepresidente brasileño defendió ayer el derecho de todos los ciudadanos a "exigir ética en la política", lo que en su opinión supone que la democracia en su país entró en una tercera fase, la de la "eficiencia".

Así lo señaló Temer en un mensaje de video divulgado en Lisboa durante la primera jornada de un seminario luso- brasileño en el área del Derecho al que el "número dos" del Ejecutivo de Brasil tenía previsto asistir, aunque finalmente canceló su viaje por la reunión de la dirección nacional de su partido, convocada para ayer.

Sin hacer referencia explícita a la crisis en su país, destacó la importancia de "un poder judicial fuerte" que "se preocupe" y vele por el buen comportamiento de la clase política.

Temer, que participa en el seminario "Constitución y Crisis", recalcó que en esa "búsqueda" están trabajando las instituciones con el objetivo de responder "a ese deseo de casi todo el pueblo brasileño".

Casi un mes de convulsiones políticas y judiciales en Brasil.

El 4 de marzo el expresidente Lula (2003-2010) es interrogado por la Policía Federal, que registró su domicilio, así como el de varios de sus colaboradores y familiares y la sede del Instituto Lula. Se da un día después de la divulgación por la prensa del acuerdo de "delación premiada" que implicó en casos de corrupción a Lula y Rousseff. 
El expresidente rechaza las acusaciones y pide a sus partidarios que salgan a las calles.

El 10 de marzo el Ministerio Público de São Paulo denuncia a Lula por ocultación de patrimonio, ya que sospecha que es dueño de un elegante apartamento puesto a nombre de una empresa cementera implicada en el caso Petrobras. Un día más tarde, Rousseff descarta renunciar e invita a su predecesor a integrarse al Gobierno. El 13, el PMDB anuncia que en 30 días resolverá si sigue apoyando a Dilma.

El 16 de marzo Lula es nombrado "ministro de Estado, jefe de la Casa Civil" (jefe de gabinete), un cargo que lo libra de la amenaza de ser detenido por el juez Moro, dado que los ministros solo pueden responder penalmente de sus actos ante el Supremo Tribunal Federal. El magistrado libera horas después una conversación entre Rousseff y Lula, considerada como una prueba para protegerlo de las acusaciones judiciales.

El 17 de marzo Lula es investido jefe de gabinete, pero un juez suspende su nombramiento. El gobierno apela la suspensión. Los diputados inician el procedimiento de destitución de Rousseff, al elegir una comisión especial encargada de preparar un informe que será sometido al plenario de la Cámara. El 19 de marzo se realizan manifestaciones convocadas por el PT y sindicatos en defensa de Dilma y Lula.

El 22 de marzo Rousseff proclama: "Nunca renunciaré" y denuncia una tentativa de "golpe de Estado" institucional, sin bases legales. Ayer, la dirección del PMDB, principal aliado de Dilma, aprueba por aclamación la ruptura con el gobierno de Rousseff, quien trata de evitar una estampida de otras fuerzas aliadas. La Cámara de Diputados podría votar el parecer de la Comisión de impeachment hacia mediados de abril.

INVESTIGACIÓN LLEGA AL FÚTBOL.

Congreso investiga corrupción en la FIFA.

La Cámara de Diputados de Brasil instaló ayer una comisión especial para investigar el escándalo de corrupción de la FIFA, en el que están implicados varios dirigentes de la federación brasileña, informaron fuentes oficiales. La comisión, compuesta por 28 diputados, tendrá un plazo de 120 días para investigar el caso de pago de sobornos y fraudes en el que están implicados varios altos dirigentes de la FIFA, entre ellos el expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) José María Marín, que está en prisión domiciliaria en Nueva York. Este órgano tendrá amplios poderes para convocar a declarar a testigos y para violar el secreto bancario y telefónico de los investigados en el tema.

En el Senado ya funciona otra comisión similar, pero sus investigaciones se circunscriben a los casos de corrupción que afectan al fútbol brasileño.

Entre los investigados por la Justicia estadounidense por irregularidades en la FIFA también figura el sucesor de Marín, Marco Polo del Nero, que se ha apartado de forma temporal de su cargo en la CBF para dedicarse a preparar su defensa. El pasado diciembre, del Nero prestó declaración ante la comisión de investigación en el Senado, que está presidida por el exfutbolista Romario de Souza Faria. La comisión del Senado descubrió indicios de que la CBF tenía cuentas secretas en el extranjero, donde habría recibido pagos de la FIFA relativos a la organización del Mundial de 2014, entre ellas, una en las islas Canarias, en España, según informaciones del Senado.

La semana pasada, fiscales brasileños develaron prácticas sistemáticas de corrupción al interior del grupo de ingeniería Odebrecht, que contaba con una oficina encargada de pagar sobornos para ofrecer "servicios" a la estatal Petrobras y a proyectos de construcción, incluyendo estadios para el Mundial de fútbol. La Policía arrestó a 10 de los 15 sospechosos. Efe y Reuters

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Temer, vice de Rousseff, dice que no se irá, pero su partido dice está preparando ruptura formal. Foto: Reuters.

LA CRISIS DE BRASIL: EN PUNTO DE EBULLICIÓN

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