Operativo en Tailandia
Ayudados por una bajada del agua, los equipos de rescate movilizados desde hace una semana para socorrer a los 12 niños y su entrenador de fútbol atrapados en una cueva inundada en Tailandia lograron acercarse ayer sábado a la zona donde se supone que se refugiaron.
Los buzos "están a dos o tres kilómetros" del lugar, "habíamos llegado hasta allí una vez el martes, pero la corriente era demasiado fuerte", declaró con satisfacción el gobernador de Chiang Rai, Narongsak Osottanakorn.
"La situación es mejor que los días anteriores. El agua ha bajado sustancialmente", gracias a las bombas instaladas y a que ha dejado de llover, agregó.
Pero, aunque los socorristas se niegan de momento a hablar de cualquier otra cosa que no sea un desenlace feliz para los niños y su entrenador, todavía no lograron establecer ningún contacto con el grupo que se refugió hace una semana en la cueva de Tham Luang, cerca de la frontera con Birmania y Laos, después de un entrenamiento.
La víspera lanzaron cajas con comida y teléfonos móviles a la cueva desde un pozo vertical, no muy lejos del lugar donde los socorristas creen que se encuentran.
Para estar listos , los equipos de rescate realizaron un simulacro de evacuación.
"Se trata de establecer un protocolo sobre lo que debemos hacer antes de llevarlos al hospital", explicó el gobernador de Chiang Rai. Tras una semana en la oscuridad de la cueva, las víctimas sufrirán problemas oculares y pulmonares, y su evacuación deberá llevarse a cabo con precaución.
La cueva de Tham Luang, situada cerca de la frontera con Birmania y Laos, es una de las más extensas de Tailandia, con una red de más de 10 kilómetros, lo que la convierte en un lugar apreciado por los espeleólogos aguerridos.