Acusado, ante el juez

Estaba dirigido a la cadena televisiva CNN.

Un paquete sospechoso de contener una bomba —sería la decimoquinta— dirigida a la cadena televisiva CNN fue interceptado ayer en una oficina de correos de la ciudad de Atlanta (Estados Unidos), en la misma jornada en la que Cesar Sayoc, de 56 años, acusado del envío de los otros artefactos explosivos, compareció ante la Justicia.

Dos de las bombas anteriores fueron remitidas a CNN y las restantes a prominentes políticos del Partido Demócrata, entre los que están Barack Obama, Joe Biden y Hillary Clinton. Ninguno de los envíos explotó.

Sayoc, un ferviente partidario del presidente Donald Trump, acusado de enviar los explosivos, compareció ayer lunes en Miami ante el juez Edwin Torres, que evaluará su extradición a Nueva York, donde se investiga la causa. Fue detenido el viernes tras una rápida investigación.

Personas que lo conocen indicaron que Sayoc tenía puntos de vista extremistas yvivía en una camioneta llena de calcomanías pro-Trump y anti-liberales.

Con una desarreglada cola de caballo y uniforme beige de prisionero, Sayoc habló poco durante la breve audiencia y musitó un "te amo" a alguien en la sala atiborrada.

El juez Torres fijó otra audiencia para el viernes en la que determinará si le concede la libertad condicional y evaluará su posible traslado a Nueva York, cuya fiscalía lleva el caso.

El abogado defensor Daniel Aaronson pidió que se respete la presunción de inocencia de su cliente, quien invocó su derecho a permanecer callado. "Él es inocente hasta que se demuestre lo contrario", dijo a periodistas tras la audiencia, "y nadie ha sido capaz de decir que esas son bombas que él envió".

Los investigadores dijeron que Sayoc fue identificado por sus huellas dactilares en uno de los paquetes.

El diario Miami Herald informó además que la camioneta contenía evidencia como materiales para construir artefactos explosivos.

Sayoc fue acusado de cinco delitos federales, incluido el envío de explosivos y amenazas contra un expresidente. Si es hallado culpable, podría ir 50 años a prisión.