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Remataban su casco de Malvinas pero no podía pagarlo: un empresario anónimo se lo regaló

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El casco que Altieri recuperó gracias a un empresario anónimo. Foto: La Nación GDA

ARGENTINA

 Jorge "Beto" Altieri fue soldado en Malvinas. El casco que usó en la guerra lo salvó de la muerte. Lo perdió en la batalla y años después lo encontró en un remate online pero pedían 14 mil dólares y no podía pagarlo. Esto fue lo que pasó. 

"Cuando tenga el casco conmigo lo voy a abrazar y lo voy a llenar de besos, espero no ponerme a llorar, pero va a ser muy emocionante. Ese casco me salvó la vida", dice a La Nación  Jorge "Beto" Altieri, el veterano de guerra que lleva años intentando recuperar ese tesoro.

Es que Altieri encontró el casco que le  salvó la vida en un remate y la semana pasada vencía el plazo para adquirirlo. No tenía el dinero y pedía que no lo subastaran. Sin embargo, cuando todo parecía perdido, llegó una sorpresa. 

La noticia de que podría recuperar su casco le llegó a través de un mensaje en su celular: "Compramos el casco, lo hicimos enviar a la embajada argentina en Londres para que lo remitan rápidamente a Buenos Aires", decía el empresario argentino que lo compró en la subasta del sitio web eBay.

"Pensé que podía ser una broma de mal gusto", cuenta Beto y agrega: "Pero a través de unas llamadas pude confirmar que era verdad, me emocioné mucho, pensé en mis hijos que van a poder ver el casco que me salvó la vida en Malvinas y del que tantas veces les hablé".

Juan Alberto Altieri cuando combatió en Malvinas. Foto: La Nación
Juan Alberto Altieri cuando combatió en Malvinas. Foto: La Nación

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El benefactor pidió mantener su anonimato, solo avisó que lo había comprado, que lo quitó de la subasta y que llegará en pocos días al país.

Durante estos días Altieri recibió apoyo de mucha gente. "Estoy muy emocionado", vuelve a decir. "Me ayudaron amigos y amigas, malvinenses de corazón, medios de comunicación que hicieron visible el tema, usuarios de redes sociales que intentaron hacer una colecta para poder comprar el casco y recuperarlo. Muchos se interesaron, el embajador de Gran Bretaña, Mark Kent, el intendente de La Plata, Julio Garro, el municipio de Lanús, que es donde vivo, muchos se acercaron, preguntaron y ofrecieron ayuda, pero finalmente un hombre o una mujer, no lo sé, lo compró y en pocos días lo voy a tener conmigo", enumera y no quiere olvidarse de nadie.

La historia del casco

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Días atrás, el excombatiente Altieri inició una campaña pública donde pedía ayuda para recuperar un casco que la había salvado la vida durante la guerra de Malvinas ya que había amortiguado el disparo de esquirla que llegó a herirlo de gravedad.

"Con mis compañeros combatí contra el Tercer Batallón de Paracaidistas británicos en Monte Longdon donde fui alcanzado por una esquirla de una bomba inglesa que mató a varios de los nuestros e hirió a muchos", cuenta Altieri a La NaciónY agrega: "La esquirla me pegó justo en la frente, e incluso en las fotos de la página de subastas se puede ver el agujero que le dejó; a mí esa herida me sacó el ojo izquierdo y perdí tejido encefálico de la zona izquierda del cerebro que coordina la conducción del brazo derecho, la pierna derecha y el habla", describe.

Era la segunda vez que el casco estaba en una subasta en Londres, en el sitio eBay. Durante la primera, Beto intentó comprarlo pero le pidieron demasiado dinero para él, luego lo sacaron de la venta. La segunda fue la semana pasada, cuando estuvo pocas horas cotizando a un valor de GPB 10.700 (unos US$ 13.700) .

Los objetos originales de las distintas guerras tienen un valor muy alto para los coleccionistas. Por ejemplo, el año pasado, un casco de un soldado estadounidense de la Segunda Guerra Mundial fue subastado en US$55.000.

Para Geoffrey Cardozo, el coronel británico que identificó y sepultó a los soldados argentinos en el cementerio de Darwin en febrero de 1983, opina que es muy importante que los propios soldados o sus familiares recuperen objetos utilizados durante la guerra. "La mayoría de los cuerpos no tenía medallas identificatorias, por lo que separamos los objetos personales que podían ser utilizados en un futuro para reconocer esos cuerpos. Pero nunca pensamos que esto llevaría 36 años", relata Geoffrey Cardozo a La Nación. 

"Beto" Albieri sueña con tener el casco en sus manos y lo embarga la emoción. "Mi idea es que el casco forme parte de una muestra itinerante, que esté exhibido en el museo de la guerra que existe en el Regimiento 7 de La Plata o en el mismo Museo Malvinas y en cuanta muestra pueda estar", imagina. "Va a ser muy fuerte para mí y para mi familia. Dicen que aún tiene los agujeros que le provocó la esquirla y manchas de mi sangre".

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