DEBATE

La Cámara de Diputados de Chilerechazó ayer martes un proyecto de ley que despenaliza el aborto hasta las 14 semanas de embarazo y archivará la iniciativa por un año. El proyecto fue rechazado por 65 votos en contra, 62 votos a favor y una abstención.

Si bien la misma cámara había aprobado en general el proyecto el 28 de setiembre, la decisión de rechazarlo tras analizar las normativas particulares del texto no permite una nueva tramitación en un año.

“Presentaremos una y otra vez (un nuevo proyecto); perderemos todas las veces que sea necesario para ganar un aborto libre, legal y gratuito para todas las mujeres”, dijo la diputada izquierdista, Maite Orsini, una de las legisladoras que presentó el proyecto en 2018.

“El aborto existe, es una realidad, pero aún hay muchos que prefieren esconderla y condenar a quienes tomen esa difícil decisión”, agregó por su parte Marisela Santibáñez, diputada del Partido Comunista.

Tras su aprobación en general, lo que permite la apertura del debate, el texto volvió a la Comisión de Mujeres, donde se adecuó la norma a la ley de identidad de género con el fin de incluir a personas transexuales que mantienen su genitalidad femenina pero han hecho su cambio de sexo registral.

De vuelta en la Cámara de Diputados, la propuesta se debatió durante dos jornadas y se votó ayer martes, sin alcanzar la mayoría para aprobar el proyecto en particular.

La aprobación de este proyecto era una gran apuesta de los movimientos feministas chilenos y fue el centro de las decenas de protestas que han realizado para la despenalización del aborto.

El pasado enero, la aprobación del aborto libre en Argentina impulsó en Chile la discusión parlamentaria de este proyecto.

Hasta 2017, Chile era una de las pocas naciones del mundo que no permitía la interrupción del embarazo bajo ninguna circunstancia. Desde ese año -bajo el segundo gobierno de la socialista Michelle Bachelet-, se permite solo por tres causales: riesgo de vida para la madre, violación e inviabilidad fetal.

Pero estas causales incluyen apenas el 3% de los abortos clandestinos que se realizan en el país, aseguran los grupos que promueven la interrupción voluntaria del embarazo.

“El camino no es la criminalización, sino que el reconocimiento del derecho a decidir sobre abortar o no”, indicó la corporación feminista Miles en su cuenta de Twitter.

En el Congreso, la norma siempre tuvo un fuerte rechazo de la bancada derecha.

Unas 15 personas se manifestaban ayer martes rezando en las puertas del Congreso para que la despenalización del aborto no se aprobara.

“Es una gran noticia para la vida. Acá se hablaba de que el derecho del cuerpo de la mujer estaba por sobre el de la vida de esa guagua (bebé) de 14 semanas en el vientre materno”, dijo la diputada, Catalina del Real.

“La mujer tiene derecho sobre su cuerpo, pero el niño que está por nacer no constituye parte de su cuerpo (...) No porque se cometan delitos en el extranjero quiero que se cometan en Chile”, expresó por su parte durante el debate el diputado Diego Schalper, de Renovación Nacional.

El texto rechazado modificaba el Código Penal para liberar de sanción penal a las mujeres que se realizaran un aborto hasta las 14 semanas de gestación. La pena para quien causara o consintiera en un aborto fuera de las tres causales permitidas sería aplicada solo si el aborto se realizara después de ese periodo.

La actual legislación establece una pena de entre tres años y un día a 5 años de cárcel.

También se modificaba la norma relacionada a quien cooperara con el aborto, cuya sanción también se iba a aplicar después de las 14 semanas de gestación.

En tanto, el futuro del aborto legal en Estados Unidos empezará a decidirse hoy miércoles en la Corte Suprema.

Aunque la decisión no se espera hasta 2022 -llegará, como muy tarde, a finales de junio-, el Supremo oirá hoy miércoles los argumentos del estado de Misisipi, que ha impulsado una ley para prohibir el aborto a partir de las 15 semanas de gestación en ese estado.

También escuchará a las abogadas de la única clínica que todavía practica abortos en Misisipi, donde en septiembre entró en vigor un veto casi total al aborto.