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Proyectan un año más de recesión en Brasil

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En las principales ciudades brasileñas reclaman elecciones presidenciales. Foto: Reuters

Economistas temen que fracasen las reformas; el FMI por ahora mantiene crecimiento de 0,2%.

La grave crisis política provocada por las denuncias de corrupción que pusieron contra las cuerdas al presidente Michel Temer, también amenaza la posibilidad de que Brasil supere en 2017 la recesión que sufrió en los dos últimos años. Es que la inestabilidad política pone en duda la aprobación de las medidas de ajuste fiscal impulsadas por Temer y que, para los especialistas, son esenciales para que la economía reaccione.

"Si hasta ahora se proyectaba para 2017 un crecimiento económico de menos del 1%, con la crisis es necesario revisar las previsiones y comenzar a pensar en otro año de recesión. Dependiendo de la intensidad y duración de la crisis, podremos hablar de recesión en 2017", dijo el economista Mauro Rochlin, profesor de MBAs de la Fundación Getulio Vargas (FGV).

"Estábamos proyectando un crecimiento del 1% en 2017, principalmente por la fuerte recuperación de la agricultura, pero, ahora podremos tener otro año de recesión. Tenemos que revisarlo todo", agregó el economista jefe de MB Associados, Sergio Vale. A su juicio, si la crisis persiste, inevitablemente Brasil encadenará su tercer año en recesión, pero si se resuelve rápido, tal vez con un nuevo gobierno en un mes, el crecimiento puede aproximarse a cero.

La economía brasileña retrocedió un 3,8% en 2015, su peor resultado en 25 años, y un 3,6% en 2016, con lo que encadenó dos ejercicios seguidos de crecimiento negativo por primera vez desde la década de 1930.

Los economistas consultados semanalmente por el Banco Central consideran que Brasil comenzará a recuperarse en 2017, para cuando esperan un crecimiento del 0,50%, y que esa expansión podrá llegar al 2,50% en 2018.

Los indicadores divulgados hasta ahora sustentaban esas proyecciones optimistas. De acuerdo con el organismo emisor, la actividad económica creció un 1,12% en el primer trimestre de 2017 frente al mismo período de 2016.

Pero consultoras y analistas admiten que con la nueva crisis política es necesario revisar las proyecciones.

En ese marco, el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció ayer viernes que mantiene "por ahora" su previsión de crecimiento de 0,2% este año en Brasil, pero que acompaña de cerca la aguda inestabilidad política. Es "demasiado prematuro para evaluar las consecuencias de eventos que aún están desarrollándose", dijo el director del departamento para el hemisferio occidental del FMI, Alejandro Werner, en una conferencia de prensa en São Paulo.

"Estaremos acompañando de cerca la situación en las próximas semanas para evaluar si precisamos alterar nuestra proyección. Por ahora mantenemos la proyección" de un crecimiento de 0,2%, reiteró el economista.

Hace apenas un mes, durante la reunión anual del FMI y el Banco Mundial en Washington, la directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, había expresado su impresión de que la mayor economía latinoamericana parecía haber "hecho la curva" después de dos años de recesión.

"Gracias a medidas que fueron anunciadas, y algunas de ellas ya aplicadas, parece que la economía de Brasil ha hecho la curva, y mejorará en 2017 y en 2018", había dicho Lagarde. Sin embargo, ya en esa misma conferencia de prensa, Lagarde había señalado que el éxito de los esfuerzos para combatir la corrupción era de importancia "crítica".

El FMI incluyó su sugerencia para Brasil en un reporte que detalló las perspectivas para América Latina que el organismo con sede en Washington había presentado el mes pasado. El informe de ayer viernes dejó sin cambios las proyecciones económicas que el Fondo dio en esa oportunidad.

El FMI dijo que la reforma de las pensiones que está en discusión en el Congreso brasileño "es necesaria para garantizar que el tope fijado al gasto federal sea viable y que el sistema de jubilación siga siendo capaz de sustentar a las futuras generaciones de brasileños".

"Es fundamental explicar la importancia de esta reforma para evitar que se diluya el proyecto", añadió, en línea con las preocupaciones de inversores inquietos por la posibilidad de que el gobierno de Brasil haga demasiadas concesiones para lograr los votos suficientes a fin de aprobar la impopular reforma.

El FMI preparó el reporte antes de que Temer desafiara a sus críticos asegurando que no renunciaría pese a que el principal tribunal judicial de Brasil autorizó que se lo investigue por sospechas de que consintió el soborno de un posible testigo en una gran pesquisa por corrupción.

Bolsa cerró una semana negra

La bolsa de San Pablo cayó en la semana el 8,18%, pese a que ayer moderó las pérdidas y cerró con un alza del 1,69%. El índice Ibovespa cerró ayer viernes en los 62.639 puntos y recuperó algo de terreno tras el pánico que se vivió el jueves, cuando se desplomó de una vez el 8,80%. El real también se recuperó en parte, pues ayer se apreció el 4,29% frente al dólar. Sin embargo, en el acumulado semanal, el real se desvalorizó un 4,19% frente a la divisa estadounidense.

Moodys y Fitch, perspectiva negativa

Moodys dijo ayer viernes que las acusaciones de corrupción que involucran a Michel Temer podrían presionar negativamente la nota de deuda soberana de Brasil si reformas clave para la recuperación de la economía quedan estancadas. "Un estancamiento en el impulso a las reformas podría amenazar su implementación y colocar una presión negativa sobre la calificación", dijo la agencia.

En tanto, Fitch mantuvo ayer viernes la nota de deuda soberana de Brasil en "BB" y dijo que el panorama negativo asignado refleja la constante incertidumbre que rodea a la recuperación económica del país. Esta agencia sostuvo que la calificación de Brasil continúa bajo la presión de la debilidad estructural de sus finanzas públicas, el elevado desempleo y la creciente carga de deuda del gobierno, además de los débiles prospectos de crecimiento del PIB. "La atmósfera política sigue siendo desafiante, aunque las reformas y la inercia han cedido en los últimos meses", sostuvo Fitch Ratings en un comunicado.

El último escándalo de corrupción aviva la posibilidad de que Brasil pueda ver la caída de un segundo presidente en menos de un año y provocó el derrumbe de los mercados financieros del país el jueves.

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En las principales ciudades brasileñas reclaman elecciones presidenciales. Foto: Reuters

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