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Problemas de Merkel frenan y crean incertidumbre a la UE

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Merkel juega un papel decisivo para tomar decisiones en la Unión Europea. Foto: EFE

NUEVO ESCENARIO EUROPEO

Dificultad para formar gobierno abre profunda crisis de liderazgo en el bloque.

Merkel juega un papel decisivo para tomar decisiones en la Unión Europea. Foto: EFE
Merkel juega un papel decisivo para tomar decisiones en la Unión Europea. Foto: EFE

Durante mucho tiempo, la Unión Europea (UE) ha tenido que hacer frente al reto de ser dirigida por una Alemania dominante. Sin embargo, de pronto se ha dado cuenta de que lo único peor que una Alemania fuerte puede ser una débil.

No es que Alemania esté en caída, pero que la canciller Angela Merkel no haya podido formar un gobierno de coalición, después de su victoria electoral, representa una profunda crisis de liderazgo para la UE y un prolongado período de incertidumbre, en el momento en que menos puede permitírselo.

El líder socialdemócrata alemán, Martin Schulz, dio marcha atrás en su rechazo tajante a una nueva gran coalición y aceptó dialogar con Merkel, aunque cualquier apoyo del bloque conservador a otro gobierno lo condicionó al visto bueno de sus bases.

Las decisiones importantes sobre la eurozona, la migración, el asilo, la defensa y otras cuestiones —por no mencionar las negociaciones para la salida del Reino Unido del bloque— ya estaban en pausa hasta que pasaran las elecciones en Francia y Alemania este año.

Ahora, las decisiones seguirán aplazándose, en espera de que la Alemania enlentecida resuelva este nuevo dilema político. El amenazante sentido de parálisis es un reconocimiento a la estatura que Merkel ha conquistado en sus doce años como canciller. Ella definió la respuesta de la UE a la crisis de la deuda europea. En el camino, ha soportado críticas sobre la altivez alemana. Sin embargo, también se ha ganado el respeto por su capacidad para forjar compromisos.

Ha sido una figura central para imponer estrictas sanciones a Rusia a causa de Ucrania y se ha ganado elogios en la UE por enfrentar tanto al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como al de Rusia, Vladimir V. Putin.

En pocas palabras, Merkel ha sido la líder indispensable de la UE. Cualquier debilitamiento de su posición política en Alemania, o preocupación nacional, constituye un golpe serio a un bloque que aún batalla por salvar su futuro.

El dolor quizás resulte más agudo para el ambicioso presidente de Francia, Emmanuel Macron, que ha presentado una impactante agenda para la reforma europea. Los planes de Macron siempre han dependido del apoyo de Alemania.

Macron tiene audacia, pero también es demasiado nuevo y otros líderes lo ven con gran escepticismo, incluyendo algunos de Europa Central, en lo que respecta a realmente liderar a Europa, si es que este continente en los hechos puede ser dirigido.

"Aun debilitada interiormente, Merkel tenía gran autoridad fuera de Alemania, y un estilo que se prestaba para la creación de coaliciones", indicó Mark Leonard, director del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. "Tiene la capacidad de reunir a otros países para tomar acciones esenciales. Macron, solo, no puede hacer eso".

Tiempo limitado.

Ahora que Merkel está debilitada y Alemania enfrenta la posibilidad de un gobierno provisional antes de que se realicen nuevas elecciones en la primavera del hemisferio Norte, la reforma de la UE tendrá otra vez un prolongado retraso.

Igual de importante es que los países clave de la UE —Holanda, Francia y Alemania— eludieron por muy poco la arremetida de las fuerzas populistas en las elecciones de este año. Italia y ahora Alemania de nuevo podrían enfrentar una prueba reiterada a comienzos del año próximo. Macron ha sido claro al sostener que la UE tiene un tiempo limitado para enderezar las cosas o enfrentará un resultado peor la próxima vez que haya elecciones.

"Es muy difícil para Macron", dijo Leonard. "Tiene una ventana de un año, antes de que haya elecciones europeas, durante la cual sigue teniendo poder para intentar que se hagan las cosas".

Macron ha puesto su destino político, y el de Europa, en la esperanza de una fuerte maquinaria franco-germana para impulsar las reformas. Ese prospecto se ve más en duda en casi cualquier situación.

"Alemania sigue siendo bastante estable y un gobierno provisional puede tomar decisiones", dijo Christoph von Marschall, del diario Der Tagesspiegel. "Pero lo que esperábamos —una nueva dinámica porque Macron por fin tendría un socio para revitalizar la locomotora europea o la pareja franco-germana— se ha pospuesto, y eso es grave".

Josef Janning, jefe de la oficina de Berlín del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, dijo que "Macron se está arriesgando a perder el ímpetu de su presidencia". Sus controvertidas reformas nacionales fueron justificadas en su país porque supuestamente generarían confianza en Alemania y más dinamismo en Europa. "Pero este discurso se está derrumbando porque Berlín no está respondiendo", dijo Janning.

Afecta negociación para salida británica.

Los partidarios devotos de la salida del Reino Unido de la UE —conocida como brexit— ven los problemas de Merkel como algo que ayuda a su causa: "La debilidad política del Estado más fuerte de la UE fortalece nuestra posición para negociar", dijo Jacob Rees-Mogg, un legislador conservador. Sin embargo, el consenso europeo sobre las negociaciones del brexit sigue sin cambiar, y es más probable que el Reino Unido padezca por una Merkel debilitada, menos capaz de argumentar de que todos se benefician de otorgar concesiones a Londres para mantener una buena relación.

"No creo que haga mucha diferencia para el brexit a corto plazo, pues las posturas de varios partidos en Berlín tienen una línea bastante dura respecto de esos asuntos", dijo Charles Grant, director del Centro para la Reforma Europea."Pero quizá sería importante a la larga, porque si las negociaciones se atoran, Merkel y Macron podrían intervenir para llegar a un acuerdo", dijo. "Puede que eso no suceda si Merkel desaparece, porque la EU se acostumbró a que ella regañara a los demás para que hicieran las cosas". El dominio de Alemania sobre Europa continuaría, dijo Grant, "pero la credibilidad que Merkel podría desaparecer.

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