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Príncipe Salmán, el que más molesta fue el primero en llegar

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El príncipe Mohamed bin Salmán a su llegada al aeropuerto de Ezeiza. Foto: Reuters

Cumbre del G20 en Argentina

El asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi persigue al heredero al trono de Arabia Saudita.

Fue el primero de los participantes en el G20 en pisar suelo argentino, y tal vez la figura que más incomoda en esta cumbre que comenzará mañana viernes en Buenos Aires. El príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán, llegó ayer miércoles a la capital argentina en medio de la controversia por el asesinato del periodista saudita disidente Jamal Khashoggi.

El heredero al trono saudita tiene previstas algunas bilaterales al margen del G20, pero hay dos que destacan: con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, en lo que sería su primer encuentro desde el asesinato de Khashoggi en el consulado saudita en Estambul el pasado 2 de octubre; y con el presidente ruso Vladimir Putin, donde este caso y la guerra en Yemen serán los temas centrales.

Arabia Saudita se enfrenta a duras críticas internacionales por el asesinato de Khashoggi, quien era columnista de The Washington Post. El periodista fue asesinado y descuartizado en una operación que según Arabia Saudita no fue autorizada por el palacio real, pero un análisis de la CIA filtrado por la prensa estadounidense señaló como último responsable al príncipe heredero.

Sin embargo, ayer miércoles el secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo que no hay evidencia directa que vincule a Salmán con el crimen.

"Yo creo que leí todos los informes de inteligencia que llegaron en las últimas horas. Los leí todos. No hay ningún elemento directo que vincule al príncipe heredero con la orden dada de asesinar a Jamal Khashoggi", dijo Pompeo tras una audiencia a puerta cerrada en el Senado.

En tanto, el secretario general de ONU, Antonio Guterres, se declaró dispuesto a conversar con Salmán sobre la guerra en Yemen.

Es que Arabia Saudita está bajo creciente presión por su campaña bélica en Yemen. Miles de civiles murieron por los ataques de la coalición liderada por Arabia Saudita, al punto que la ONG Save The Children dijo que 85.000 niños menores de cinco años podrían morir de hambre o de enfermedades en la guerra civil.

El príncipe saudita llegó a Buenos Aires procedente de Túnez, donde hubo manifestaciones en las que le acusaron del asesinato de Khashoggi.

En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, el príncipe Salmán y su comitiva fueron trasladados desde el aeropuerto internacional de Ezeiza a la embajada saudí, en el barrio de Recoleta.

La llegada de Salmán coincidió con la decisión de la justicia argentina de abrir una investigación a raíz de una denuncia presentada por la organización Human Rights Watch (HRW) por el asesinato de Khashoggi y crímenes de guerra en Yemen. El caso lo tiene el juez Ariel Lijo y el fiscal es Ramiro González.

El juzgado de Lijo solicitó a la cancillería argentina que le informe sobre el estatus y condiciones diplomáticas del viaje del príncipe a Argentina en el marco del G20, y además ordenó librar un exhorto a Turquía, Yemen y a la Corte Penal Internacional para determinar si hay procesos en trámite contra Salmán.

La denuncia contra el príncipe heredero fue presentada el lunes por el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth. "La asistencia del príncipe heredero a la cumbre del G20 en Buenos Aires, podría hacer que los tribunales argentinos sean una vía de reparación para las víctimas de abusos que no pueden buscar justicia en Yemen o Arabia Saudita", consideró Roth en ese comunicado.

La organización explicó que tomó en cuenta que la Constitución argentina reconoce la jurisdicción universal para los crímenes de lesa humanidad, es decir, que puede investigarlos más allá del lugar donde hayan ocurrido y de la nacionalidad de las víctimas y de los presuntos victimarios.

Aunque nadie considere que la justicia argentina pueda complicar al príncipe, el heredero al trono saudita aprovechará esta cumbre del G20 para mejorar su imagen internacional. Más teniendo en cuenta que el asesinato de Khashoggi le quitó brillo a su foro económico considerado el "Davos del desierto", del que se bajaron varios participantes.

Arabia Saudita, un actor clave para EE.UU. en Medio Oriente

Mike Pompeo, secretario de Estado de EE.UU. Foto: AFP.
Mike Pompeo, secretario de Estado de EE.UU. Foto: AFP.

(AFP)

Estados Unidos defendió con fuerza ayer miércoles que se mantenga su participación en la coalición liderada por Arabia Saudita que interviene en la guerra en Yemen. El secretario de Estado Mike Pompeo defendió esta postura ante los senadores en una sesión a puerta cerrada junto al secretario de Defensa, Jim Mattis, antes de una votación prevista para esta semana sobre si Estados Unidos va a poner fin a su apoyo militar a la coalición liderada por el régimen saudita en Yemen. Arabia Saudita enfrenta crecientes acusaciones sobre su presunta responsabilidad en las muertes de civiles durante los bombardeos en Yemen, que se han sumado a la ola de indignación global por el asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi.

"El sufrimiento en Yemen me duele, pero si Estados Unidos no estuviera involucrado en Yemen, esto sería mucho peor", dijo Pompeo.

Actualmente hay un intento de diálogo de paz en Suecia entre los dos bandos que se enfrentan en Yemen: los rebeldes hutíes y el gobierno de Abd Rabbo Mansur Hadi, que tiene el reconocimiento de la comunidad internacional.

Mattis, según los extractos publicados de su declaración, señaló que Estados Unidos "rara vez tiene la libertad de trabajar con socios sin mácula alguna". "Arabia Saudita debido a su geografía y a la amenaza iraní, es un actor fundamental para mantener la seguridad regional y la de Israel, y nuestros intereses en la estabilidad de Medio Oriente", agregó Mattis. 

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