El presidente argentino se mueve entre dos extremos: no mostrarse débil y negociar en todo.

El primer día efectivo de gobierno del presidente Mauricio Macri fue, sobre todo, una muestra de su taltante dialoguista. La reunión con sus recientes competidores en la contienda electoral puso por delante el mensaje de unidad sobre el que puso especial énfasis en su discurso ante el Congreso, luego de la asunción. Y este único dato bastó para cambiar una atmósfera enrarecida por el talante de confrontación constante que caracterizó a los gobiernos kirchneristas. Sin embargo, a Macri le aguardan enormes desafíos provenientes no solo de la herencia que recibe de la administración anterior, sino de algunas de sus promesas. La eliminación del cepo al dólar es una de ellas.

Durante la campaña Macri sostuvo que el cepo caería al día siguiente de su asunción. El 11 de diciembre pasó y esto no ha sido posible. Su ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay aplicó la esperada dosis de realismo y declaró que "lo haremos cuando sea el momento adecuado: lo más rápido pero lo más tranquilo posible". Una medida de tiempo que probablemente esconda la imperiosa necesidad de contener una inflación que hasta ahora los cuestionados números del Indec obliga a los economistas a conjeturar con niveles altos.

En pocos días los técnicos podrán aproximarse a un primer diagnóstico, explorar las arcas que sospechan prácticamente vacías y advertir qué tan cerca están de una crisis recesiva.

Entre tanto, el presidente tiene en sus manos una contienda política compleja guiado por la necesidad de tomar las riendas y darse gobernabilidad. Y para ello Macri procura, a estar por sus primeros pasos en este sentido, contar con los representantes del peronismo a toda costa.

De acuerdo con el análisis que realizara esta semana el columnista político Joaquín Morales Solá en La Nación, la resolución de la áspera disputa con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner por el traspaso de mando, fue en el fondo una demostración de fuerza del presidente.

El columnista aseguró que la líder del kirchnerismo preparaba, en realidad, un acto final cargado

fervor militante con el que conseguiría opacar la figura del presidente entrante y convertiría la ceremonia una despedida cargada de mística peronista.

Y también señaló el último gesto, después del fallo judicial que la obligó a entregar el mandato a las 23:59 del miércoles, para ser ejercido por un presidente provisorio por 12 horas. "Negarle la asistencia de los legisladores peronistas fue un acto que sería grave si no existiera la certeza de que el peronismo es cualquier cosa menos suicida", escribió Morales Solá.

A juicio del columnista la decisión judicial le permitió a Macri "desmalezar" el camino. "Macri no será un presidente débil ni le temblará el pulso para defender su poder. Dicho con otras palabras: Macri no sólo estaba defendiendo las formas de su asunción, sino también la futura gobernabilidad. En el mapa genético del peronismo está la disciplina frente al poder", reflexionó.

Una prueba similar, aunque de bastante menor intensidad, pasó ayer en lo previo a la reunión del presidente Kirchner con los 24 gobernadores del país. El viernes la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, hermana de Néstor Kirchner y cuñada de Cristina Fernández, le comentó al ministro Rogelio Frigerio que no asistiría al almuerzo. Hasta poco antes de iniciarse el encuentro en la Quinta de Olivos no estaba confirmada la presencia de la gobernadora. Sin embargo Alicia Kirchner finalmente llegó a la reunión.

Lo que promete ser una puja constante entre el Gobierno y el ala kirchnerista del Partido Justicialista, puede dejar de ser una constante, en opinión de Morales Solá ya que, como formuló "el peronismo no es suicida". Lo cierto es que ya han surgido voces como la del gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, quien ayer mismo sugirió la necesidad de programar elección de autoridades para el Partido Justicialista en 2016, con el ánimo de "ayudar al gobierno" a gobernar.

Por lo pronto, Macri comenzó por desactivar uno de los paquetes más preocupantes que recibió a modo de herencia como lo fue el Memorándum de Entendimiento con Irán, cuyo aparente objeto era el de crear una "comisión de la verdad" para desentrañar las responsabilidades en el atentado contra la AMIA. Este acuerdo estaba en el curso de una apelación presentada por el gobierno kirchnerista luego de haber sido declarado inconstitucional por la Cámara Federal. Mediante el simple mecanismo de retirar la apelación —esto ocurrirá formalmente mañana cuando el ministro de Justicia Germán Garavano presente el escrito en el tribunal— el memorando cae finalmente.

Y esto conducirá, casi en forma inevitable, a los dos temas de fondo que conmocionaron a Argentina en los últimos tiempos: la posibilidad de esclarecimiento definitivo de la causa AMIA y el de la muerte del fiscal especial Alberto Nisman, ambos de amplia repercusión internacional.

Pero quizá, antes de ello, el gobierno macrista debe resolver un tema nada menor: el cese de la procuradora general Alejandra Gils Carbó, a la que el propio mandatario le ha pedido la renuncia aún antes de asumir y lo reiteró ayer mismo el ministro Garavano. De momento, ella junto a Martín Sabbatella (Afcsa) son los últimos representantes del kirchnerismo que perduran en el cargo tras las renuncias del presidente del Banco Central, Alejando Vanoli, de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, y del titular de la unidad antilavado, José Sbattella. De ellos la permanencia de Gils Carbó puede plantearle al gobierno un severo problema frente a sus intenciones de reformar la ley que fija los cometidos del Ministerio Público y Fiscal de la Nación.

En poco más de un mes, por otra parte, se cumple el aniversario de la muerte —para muchos el asesinato— del fiscal especial Alberto Nisman. La causa se mantiene congelada en manos de la fiscal Viviana Fein. Sin embargo las novedades pueden surgir en breve si, finalmente, la jueza de esta causa Flavia Palmaghini hace lugar al pedido de la querella —representantes legales de la familia Nisman— de derivar el expediente a la Justicia Federal.

La demanda contra la expresidenta Cristina Kirchner y el excanciller Héctor Timerman por el fiscal Nisman antes de ser hallado muerto también volvería a los tribunales.

El encuentro de ayer en Olivos con los 24 gobernadores terminó de armar el diseño que Macri postuló en su discurso inaugural del jueves.

La sintonía entre provincias y gobierno central tiene para el país vecino una importancia estratégica. La fuerte dependencia de las provincias es una carta que la presidencia tiene para mantener niveles de gobernabilidad aceptables. El estado crítico de las arcas de muchas de estas provincias, por ejemplo la de Santa Cruz, acentúan aún más la dependencia.

Fiel a su estilo, el presidente Macri se mostró distendido ante los 24 gobernadores al recibirlos en Olivos. "¿Encontraron el camino a la sala de prensa o se habían olvidado donde quedaba?", bromeó Macri con los periodistas que se agolpaban ayer a la espera de novedades. También hacía referencia a la escasez de conferencias de prensa convocadas allí por la expresidenta Cristina Kirchner, afecta en cambio a las cadenas nacionales de radio y televisión.

"Al principio todos me felicitaron por la propuesta de reunirnos. Después me criticaron la comida, la calidad del vino que servimos... Pero bueno, es así, que se le va a hacer. Y después Urtubey me criticó hasta el café, y prometió traer un mejor café para la próxima. Esperemos que lo cumpla", continuó Macri en la misma línea cuando un periodista le consultó por el clima de la reunión y las promesas realizadas.

La agenda de temas principales que Macri trató con los mandatarios provinciales había sido explicada poco antes del encuentro por el ministro del Interior y Transporte, Rogelio Frigeiro, en radio Mitre.

"El Presidente considera que los gobernadores van a ser socios del proyecto en términos de conseguir los objetivos que nos propusimos: eliminar la pobreza y el hambre, la lucha contra el narcotráfico, el fortalecimiento de las instituciones y la unión de los argentinos", destacó Frigerio. A ello se agregó la propuesta de discutir un nuevo sistema fisical que de un mayor federalismo a las provincias. También se habló de la reforma electoral y planteó la introducción de la boleta única electrónica, un sistema que el propio Macri introdujo en la Ciudad de Buenos Aires durante su administración.

Macri se mostró satisfecho con la reunión. "Todos ratificaron que entendían que en Argentina lo que hace falta es unir esfuerzos. Estamos todos entusiasmados por esta nueva etapa que comienza. Se planteó que tenemos que ser un equipo y trabajar juntos para todos los argentinos", dijo.

La obra de este ingeniero de 56 años comenzó con un gran impulso desde el primer minuto de su mandato. Pero todavía queda todo un bosque de incógnitas por delante. LA NACIÓN/GDA, AFP, EFE

Federico Pinedo, presidente de la Cámara de Senadores, debió cumplir un papel inédito: presidente provisorio por 12 horas. Consultado por La Nación, el legislador reconoció los problemas que enfrentará en la cámara. Pinedo ahora tendrá un papel preponderante en un senado ultradividido y con varios funcionarios de La Cámpora. "El problema es que hay algunos ultrakirchneristas que son inmaduros, que lo único que creen importante es que su partido le gane al otro. No se dieron cuenta que es más primordial la Patria o como dice el Papa: es más importante el todo que las partes. Son los chicos puntualmente, los de La Cámpora". Pinedo también habló de la despedida de la expresidenta y señaló lo "militante" que fue. "Hay tipos a los que les gusta más pelearse que hacer el amor", concluyó.

La diputada nacional Margarita Stolbizer afirmó ayer que la ex presidentaCristina Kirchner "puede" ir presa porque "son muchas" las causas que acumula e insistió en que la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó , tiene que renunciar porque "es una piedra muy grande". La líder y excandidata del bloque de izquierda dijo que "es necesaria la salida" de la jefa de los fiscales, pero remarcó que "solo debe hacerse por la vía constitucional, que es el juicio político" y no por decreto. "Hay que ser muy cuidadoso con no romper la institucionalidad para hacer algo por decreto que no corresponde, porque Gils Carbó no fue designada en representación del Ejecutivo", consideró Stolbizer, quien sentenció que la funcionaria judicial "tiene que renunciar, someterse a la Justicia porque realmente es una piedra muy grande".

En conversación con radio Mitre, la diputada nacional también recordó que hoy el juicio político "no es viable" porque el kirchnerismo tiene mayoría en el Congreso, por lo que manifestó que "hay que esperar". La ex candidata presidencial por el frente Progresistas opinó que para Kirchner "un motivo de preocupación desde hace mucho tiempo" es ser citada a la Justicia por las causas en su contra.

En este sentido, Stolbizer consideró que los "ataques permanentes, los intentos de cooptación, la persecución, y la descalificación a la que sometió el kirchnerismo a la Justicia es porque empezaron a percibir que se les acababa la impunidad con la que habían contado durante tanto tiempo".

"Esto desvela a la Presidenta porque estoy segura que va a terminar desfilando por los Tribunales para dar explicaciones", destacó y argumentó su opinión subrayando que "es tanta la documentación en contra que no hay escapatoria".

Consultada sobre si la ex jefa de Estado podría ir presa, respondió que "puede ser" porque "son muchas las causas en su contra", al igual que las que afectan a sus funcionarios.

En ese sentido repasó que el proceso judicial contra el ex jefe de la Sedronar José Granero en una causa de tráfico de efedrina y contra el empresario Lázaro Báez por supuesto enriquecimiento ilícito "también rozan a la familia Kirchner".

Comenzó a caminar