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La primera dama tiene opinión independiente

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Trump y Melanie expresaron opiniones divergentes en varios temas de repercusión. Foto: Reuters

Estados Unidos

Melania Trump expone sus divergencias con el presidente.

Melania Trump ha decidido involucrarse en una campaña contra el acoso en las redes sociales, una iniciativa que a todas luces parecería loable si no fuera porque su marido, Donald Trump, ha hecho de la agresión y los insultos en internet una de sus grandes banderas.

La primera dama de Estados Unidos decidió dedicar sus esfuerzos en la Casa Blanca a la campaña "Be Best" (Sé Mejor), con el objetivo de impulsar programas que alienten a los niños a mejorar su modo de vida, incluido su comportamiento en la red.

Sin embargo, la iniciativa, que presentó esta semana, ha recibido un aluvión de críticas dada la contradicción evidente entre las intenciones de Melania y las actitudes del multimillonario gobernante, quien la semana pasada llegó a llamar "perra" y "escoria" a una de sus exasesoras de la Casa Blanca a través de su cuenta de Twitter.

Stephanie Grisham, portavoz de la primera dama, aseguró que se trata de "una campaña sincera" y que tan solo busca "ayudar a los niños con muchos de los asuntos a los que se enfrentan hoy".

"Es consciente de las críticas, pero no le detendrán de hacer lo que considera es correcto. El presidente está orgulloso de su compromiso con la infancia y la anima en todo lo que hace", precisó Grisham.

Y es que esta no es la primera vez que la primera dama sale a la palestra por una causa totalmente opuesta a las acciones de su marido, como ocurrió con su viaje a la frontera para visitar a los niños inmigrantes que habían sido separados de sus padres al llegar al país, producto de la política de "tolerancia cero" impulsada por Trump.

En aquella ocasión, Melania desvió la atención, puesta sobre el multimillonario, y se convirtió en el centro de la polémica al acudir a Texas para comprobar el estado de los menores, pero también por llevar una chaqueta que en la espalda rezaba: "I really dont care. Do u?" (Realmente no me importa. ¿A ti?).

En Washington algunos creen que la primera dama tan solo busca oponerse a las malas maneras de su esposo y subrayar aquello que ella no aprueba, sin embargo otros consideran que se trata de una estrategia política de la Casa Blanca para "limpiar" la imagen del mandatario.

Los primeros argumentan el escaso apoyo que ha obtenido Melania por parte del presidente para promocionar sus iniciativas, y en cuanto al ciberacoso, la semana pasada el diario The New York Times publicó informaciones que aseguraban que Trump pidió a la primera dama que desistiera de su proyecto.

Sin embargo, son más los que consideran que se trata de un intento del Gobierno estadounidense de reducir las tensiones provocadas por el propio mandatario.

"Hay un esfuerzo por utilizar a Melania para neutralizar los tuits intimidatorios, agresivos y ofensivos del presidente Trump", consideró en conversación con Efe el profesor de Ciencias Política de la Universidad Estatal de Iowa Steffen Schmidt.

Pero a su juicio, "nadie respetable", incluidos prominentes líderes republicanos, creen que esto funcionará.

"Solo los trumpistas más apasionados lo encuentran aceptable. Es extraño e inaudito en política", agregó el experto.

En este sentido se ha pronunciado también el reputado columnista de la cadena CNN Chris Cilizza, quien en su niñez sufrió años de acoso, al preguntarse por qué la primera dama no ha pedido al presidente que modere su lenguaje en las redes sociales si tanto le preocupa cómo el ciberacoso puede afectar a los niños.

"Si le importa tanto, ¿por qué no puede pedirle a su marido que deje de hacerlo? ¿O al menos tratar de ralentizar su rollo?", razona Cilizza en un reciente artículo.

"Si hay una buena respuesta para esa pregunta, tampoco la hemos escuchado ni de la primera dama ni de su equipo —considera—. Y ese silencio socava gravemente un muy buen trabajo sobre un tema muy importante que está tratando de hacer. Lo cual es realmente desafortunado".

Privacidad y pocos amigos en la capital

Melania Trump es una primera dama que mantiene su privacidad y todavía sigue adaptándose a las exigencias de su nueva vida. Tiene pocos amigos en Washington, desarrolla una agenda pública reducida y cuando no está cuidando a Barron, su hijo de 12 años, retorna a Nueva York —lo hace al menos una vez por mes— para tener reuniones y visitar a un pequeño círculo de relaciones y amistades, incluyendo a su hermana y su peluquero.

El equipo que trabaja con ella en la Casa Blanca es pequeño —diez funcionarios, en comparación con más de 25 que colaboraron con Michelle Obama y Laura Bush— y ha luchado para ponerle contenido a un proyecto de servicio público, como ahora exige el papel de primera dama.

"Ella se mantiene fiel a su condición de mujer independiente que hace las cosas a su manera", dijo su directora de cimunicacipon, Stephanie Grisham. "Esto debe ser celebrado, no criticado. Sus prioridades siguen siendo su familia, su salud personal y su papel de primera dama". THE NEW YORK TIMES

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