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Primer desafío de Macron: la mayoría parlamentaria

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Macron y Hollande en París por el acto de capitulación de Alemania en la Segunda Guerra. Foto: AFP
Outgoing French president Francois Hollande (R) and French president-elect Emmanuel Macron (L) lay a wreath of flowers during the ceremony marking the 72nd anniversary of the victory over Nazi Germany during WWII on May 8, 1945 under the Arc de Triomphe monument in Paris on May 8, 2017. / AFP / POOL / STEPHANE DE SAKUTIN FRANCE-HISTORY-WWII-ANNIVERSARY FRANCE-HISTORY-WWII-ANNIVERSARY
STEPHANE DE SAKUTIN/AFP

Pica en punta con 26% de intención de voto para las legislativas de junio.

El presidente electo de Francia, Emmanuel Macron, debe ahora formar un gobierno para librar la incierta batalla de las legislativas de junio en un país profundamente dividido. Macron, de 39 años y apenas dos de experiencia ministerial, se impuso el domingo en un balotaje a la ultraderechista Marine Le Pen, con el 66,1% de los sufragios contra el 33,9%. Sin embargo, su amplia victoria quedó empañada por una tasa de abstención récord (25,4%), la más alta desde 1969. A esto se suman los votos en blanco y nulos que rozan el 9%, otro máximo.

El joven Macron sabe que muchos electores votaron por él sin entusiasmo, solo para frenar a la extrema derecha. Esos votos "por eliminación" en vez de por "convicción" no están ganados de antemano para las legislativas. Por eso abandonó ayer lunes la presidencia de su movimiento ¡En Marcha!, que cambiará de nombre por "La República en marcha" de cara a las elecciones de junio.

Según un sondeo, Macron cosecharía entre 24% y 26% de intención de voto, por delante del partido conservador Los Republicanos (22%), la extrema derecha del Frente Nacional (21% a 22%), la izquierda radical de Jean-Luc MElenchon (13%-15%) y el Partido Socialista (8%-9%).

Ayer, en su primera jornada como presidente electo, Macron participó con el todavía jefe de Estado François Hollande en la conmemoración de la capitulación de Alemania en la Segunda Guerra Mundial en los Campos Elíseos. El traspaso de mando se llevará a cabo el próximo domingo, el día en que expira el mandato de Hollande. A partir de ese momento se espera que anuncie el nombre de su primer ministro, que hasta ahora se ha negado a revelar.

También ayer Macron hizo su debut internacional como presidente electo, hablando por teléfono con varios líderes mundiales. Con el estadounidense Donald Trump acordó reunirse el 25 de mayo en Bruselas al margen de la cumbre de la OTAN. También habló con el turco Recep Tayip Erdogan, y los jefes de Gobierno de Alemania (Ángela Merkel), el Reino Unido (Theresa May) y Canadá (Justin Trudeau).

Macron y Hollande en París por el acto de capitulación de Alemania en la Segunda Guerra. Foto: AFP
Macron y Hollande en París por el acto de capitulación de Alemania en la Segunda Guerra. Foto: AFP

Europa.

La contundente victoria de Macron sobre Le Pen el domingo fue un gran alivio para los países de la Unión Europea, que temían otro triunfo populista como el que selló la salida de Reino Unido de la UE en un referendo o la elección de Trump en Estados Unidos. "Él porta las esperanzas de millones de franceses y de muchas personas en Alemania y en toda Europa", dijo Merkel a la prensa en Berlín. "Lideró una campaña proeuropea valiente, defiende la apertura al mundo y está decididamente comprometido con una economía social de mercado", añadió.

Si bien Merkel se comprometió a ayudar a Francia a combatir el desempleo, rechazó las sugerencias de que Alemania debería hacer más para apoyar la economía de Europa comprando más a sus socios para reducir su gran superávit comercial.

En concreto, Alemania reiteró ayer lunes su rechazo a la introducción de eurobonos para toda la zona euro. La idea de que los estados de la zona euro pidan prestado conjuntamente no es del gusto de los austeros votantes alemanes.

"Puedo decirles que la falta de interés del gobierno federal hacia los eurobonos sigue siendo válida", dijo el portavoz del gobierno Steffen Seibert en una rueda de prensa cuando se le preguntó si Alemania respaldaría a Macron si este presionara a favor de los eurobonos.

En tanto, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, no se anduvo con rodeos: "Con Francia tenemos un problema en particular (...) Los franceses gastan demasiado en cosas equivocadas. Esto no funcionará con el tiempo".

El malestar por los problemas económicos de Francia, especialmente el alto desempleo (10%), han socavado la popularidad del presidente saliente, el socialista Hollande, hasta el punto de que ni siquiera intentó ir a la reelección.

Cuando asuma el domingo, Macron enfrentará el desafío inmediato de conseguir una mayoría en las elecciones parlamentarias de junio para tener la oportunidad de implementar sus planes de reducir el gasto estatal y reformar los sistemas tributario, laboral y de pensiones. Luego de que los dos principales partidos de Francia —Los Republicanos de centroderecha y los socialistas— no lograron llegar al balotaje, sus posibilidades de conseguir una mayoría que le permita llevar a cabo sus promesas electorales dependerán de que el mandatario electo pueda ampliar su base de centro.

Los socialistas están divididos entre un sector de izquierda radical, representado por su derrotado candidato Benoit Hamon, y una rama más centrista y proempresarial, encabezada por el ex primer ministro Manuel Valls.

Ayer lunes, miembros clave del ala centrista de Los Republicanos parecían dispuestos a trabajar con Macron, a pesar de que los líderes del partido llamaban a la unidad para oponerse al nuevo presidente.

Le Pen, en tanto, invitó a "todos los patriotas a unirse a nosotros" para constituir una "nueva fuerza política". El porcentaje de votos que obtuvo el domingo fue casi el doble de lo que logró su padre, Jean-Marie Le Pen, el último candidato francés de extrema derecha en pasar a la segunda vuelta presidencial, cuando fue derrotado en 2002 por Jacques Chirac.

El New York Times explicó ayer el porqué del 34% de Le Pen: "Muchos se sienten marginados por la globalización, el estancamiento económico, los gobiernos impotentes, el paro, el terrorismo y la afluencia de inmigrantes".

Brigitte, el "ticket" electoral del nuevo y joven presidente francés.

No ha llegado a decir, como Bill Clinton en 1992, que si él ganaba los votantes obtendrían dos —él y su esposa Hillary— por el precio de uno. Pero Emmanuel Macron era el único candidato que aparecía con su pareja en los mítines. Y el nuevo presidente ha dicho que Brigitte desempeñará un papel en el Palacio del Elíseo.

Macron, por su edad e inexperiencia es una figura atípica. También en su vida privada. Él tiene 39 años; Brigitte, 64. Se llevan casi la misma diferencia que Donald (70) y Melania Trump (47). Pero, lo que en una pareja entre un hombre mayor y una mujer joven llama menos la atención, cuando los papeles se invierten es distinto. "La gente no puede aceptar algo sincero, único", dijo Macron en febrero. Brigitte Trogneux llevaba una vida burguesa en la provinciana Amiens. Estaba casada, con tres hijos. Ella era profesora de francés en La Providence, la escuela local de los jesuitas, donde también dirigía el taller de teatro. Allí conoció a Emmanuel Macron. Él tenía 16 años; ella, 39. Se enamoraron, se separaron temporalmente para volverse a reunir en París, él ya adulto, ella separada, y finalmente se casaron en 2007. Los hijos de ella, algunos de la edad de Macron e implicados en su campaña, son hoy los hijos de él. A los siete nietos de ella, les llama "mis nietos", y ellos le llaman "daddy". EL PAÍS DE MADRID

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