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Las posibles alianzas marcaron el cierre de campaña en España

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Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España. Foto: Reuters.

ELECCIONES

El PSOE es favorito ante el PP; pero la ultra derecha de Vox se llevó toda el protagonismo.

España cerró ayer viernes la campaña para las elecciones legislativas de mañana domingo, con los principales candidatos centrando sus discurso en un tercer partido: Vox, la formación de ultra derecha que el oficialista Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ve como una amenaza, y a la que el Partido Popular (PP) busca sumar para formar gobierno.

Casi residual en la política española desde el fin de la dictadura de Francisco Franco en 1975, la extrema derecha podría entrar fuerte en el Congreso con Vox. Con un lenguaje duro contra el separatismo catalán, la inmigración ilegal y el feminismo de la izquierda, los últimos sondeos daban a Vox más del 10% de los votos -unos 30 escaños de un total de 350- cuando en 2016 apenas cosechó un 0,2%.

Un escenario que el gobernante socialista Pedro Sánchez, favorito en los sondeos, ha empleado para movilizar a su electorado. Según advierte, podría verse apartado por un eventual acuerdo entre el PP, los liberales de Ciudadanos y Vox, como ya ocurrió en Andalucía a comienzos de año.

“Esa certeza existe, de que si el domingo suman las tres derechas, vamos a tener a Pablo Casado (PP) de presidente, a Albert Rivera (Ciudadanos) de acompañante y a la ultraderecha al mando”, lanzó Sánchez en un mitin en Madrid.

Sánchez dijo esto horas después de que Casado dejara caer que está abierto a gobernar con Vox. “Al final, Vox y Ciudadanos, tengan 10 escaños o tengan 40, van a tener la influencia que ellos quieran tener para entrar en el Gobierno o para decidir la investidura o la legislatura. Por tanto, ¿para qué vamos a andar pisándonos la manguera entre nosotros, si lo que tenemos que hacer es sumar?”, dijo Casado.

“Tenemos que echar a Sánchez. Es una emergencia nacional”, abundó Rivera en su mitin de cierre, en Valencia.

Desde Madrid, Santiago Abascal, líder de Vox, advirtió en tono tremendista que mañana domingo se decide “o la disgregación o la continuidad histórica de nuestra patria (...) o la anti-España o la España viva”.

Sánchez lidera todas las encuestas. Pero la gobernabilidad es complicada en un Congreso dividido en dos grandes bloques: por un lado, el PSOE y la izquierda radical de Podemos, y por otro, PP, Ciudadanos y Vox.

“Las sumas son muy improbables, tanto la una como la otra”, asegura Francisco Camas, del gabinete demoscópico Metroscopia, por lo que los votos de los partidos regionales catalanes y vascos pueden ser claves.

La incertidumbre es elevada: hay cuatro millones de indecisos, y mucha volatilidad, especialmente en la derecha, enfrascada en una dura batalla para liderar el campo conservador.

“Puede haber cambios de último minuto en el apoyo a los partidos que afectarían la probabilidad de las diferentes opciones de gobierno”, dijo Antonio Barroso, del gabinete Teneo Intelligence.

Cuestiones como la situación económica, las pensiones, el alto desempleo (14,7% según los últimos datos) o la incertidumbre europea por el Brexit quedaron en segundo plano.

En cambio, centralizó los debates Cataluña, un año y medio después del intento de secesión en 2017, y con el juicio por rebelión en marcha contra doce dirigentes independentistas.

Llegado al poder con el respaldo de Podemos, nacionalistas vascos y separatistas catalanes, Sánchez buscó apaciguar el conflicto e inició una negociación con el presidente regional catalán Quim Torra.

Aunque el diálogo no prosperó -los independentistas tumbaron los presupuestos de Sánchez, que convocó este anticipo electoral-, este acercamiento encendió a la derecha que lo convirtió en su principal arma.

Así, Casado acusó a Sánchez de “traidor”, “felón”, “desleal” y de ser “un peligro público para España”.

Los partidos separatistas, sin embargo, podrían ser claves para reelegir a Sánchez que les ha prometido un referéndum de autodeterminación en caso de seguir en el gobierno.

Estas elecciones se presentan como unas de las que plantean más incógnitas, ya que por primera vez desde el retorno de la democracia en 1977 puede haber cinco partidos de entidad a nivel nacional en el Parlamento, debido al crecimiento de Vox. Además, el estatal Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) señaló hace dos semanas que un 41% de los votantes seguía indeciso y muchos de ellos tomarían una resolución en los últimos días de la campaña, lo que ha movido aún más a los partidos.

Una particularidad de esta elección española: los cuatro principales líderes tienen menos de 50 años.

El dato que preocupa: aumentó el desempleo

El desempleo aumentó ligeramente en España al 14,7% en el primer trimestre, la última cifra divulgada antes de las elecciones de mañana domingo. El incremento del 0,25% respecto a finales de diciembre, anunciado este jueves por el Instituto Nacional de Estadística, es del mismo orden que en el primer trimestre del año anterior. En un año, la reducción en la tasa de desempleo es de dos puntos, prosiguiendo el descenso iniciado en 2013 cuando rozó el 27%, una cota histórica. En términos absolutos, el número de desempleados a finales de marzo se quedó en 3,35 millones de personas, casi 50.000 más que al terminar el trimestre anterior. España es el segundo país de Europa con más desempleo después de Grecia. Además, el paro es, de lejos, la principal preocupación de los españoles según el instituto gubernamental CIS. En el último sondeo, un 39,5% de los encuestados lo ubicaba como el primer problema del país.

Pedro Sánchez, El socialista que quiere estabilizarse en el poder

Considerado como políticamente muerto tras perder las dos últimas elecciones generales, el socialista Pedro Sánchez dio la sorpresa en junio de 2018 al hacerse con el poder en una exitosa moción de censura contra Mariano Rajoy, hundido por la corrupción en el Partido Popular. Sin embargo, con sólo 84 diputados de 350 en la cámara baja, tuvo que gobernar al filo de la navaja, buscando acuerdos con la izquierda radical de Podemos y los independentistas catalanes. La frágil alianza que sostenía su gobierno, el más minoritario en 40 años de democracia en España, se quebró cuando en febrero los partidos catalanes hundieron sus Presupuestos de 2019. Los sondeos auguran una clara victoria para el PSOE, pero sin mayoría absoluta. Para articular una mayoría necesitaría al menos a Podemos y a algún otro partido, por ejemplo los nacionalistas vascos del PNV, o los separatistas catalanes. Otra posibilidad sería Ciudadanos, pese a que este partido, de corte liberal, ha anunciado oficialmente que su objetivo es “echar a Sánchez” del poder. Pedro Sánchez Pérez-Castejón nació el 29 de febrero de 1972 en Madrid, en una familia acomodada. Casado y padre de dos hijas, estudió Económicas en Madrid, obtuvo un máster de economía política en la Universidad Libre de Bruselas, y luego un controvertido doctorado en una universidad privada madrileña, sobre el que pesaron sospechas de plagio. Jugó al basquetbol en su adolescencia -mide 1,90 metros-, fue sucesivamente concejal en Madrid de 2004 a 2009, y diputado. Hizo historia en el partido en julio de 2014, al ganar las primeras elecciones primarias celebradas en el PSOE. Pero los años sucesivos serían una auténtica montaña rusa. Tras las derrotas de 2015 y 2016, cayó el 1 de octubre de ese año en una rebelión interna de su partido, que le echó la culpa de los malos resultados. Pese a la animadversión del establishment del PSOE, ganó las primarias de mayo de 2017. (En base a AFP)

Pablo Casado, el líder del PP que busca frenar la fuga de votos

Pablo Casado, el líder del Partido Popular (PP), llevó a cabo una agresiva campaña para tratar de contener la hemorragia de votos hacia la extrema derecha de Vox y el centro liberal. A sus 38 años de edad dirige el PP desde julio de 2018, cuando sucedió a un Mariano Rajoy desplazado del poder por una moción de censura promovida por los socialistas, después de que la justicia acreditara que el partido se benefició durante años de una contabilidad ilegal.

Casado ve con malos ojos el aborto y la eutanasia y propone intervenir de nuevo la autonomía catalana. César Calderón, jefe de la consultora política Redlines, coincide en que Casado ha tenido que afrontar “una campaña tremendamente compleja”. “En cualquier elección que veamos en el pasado, el PP tenía asegurado ese voto de derecha confesional, rural y tradicionalista”, explica. Una situación que ya no se da. En los últimos meses, este castellano de Palencia, casado y padre de dos hijos, se entregó a un discurso virulento contra su rival socialista, Pedro Sánchez, la izquierda radical de Podemos y los nacionalistas vascos y catalanes. Su retórica contrasta no obstante con su afabilidad. Pablo Iglesias, el líder de Podemos, se lleva bien con él pese a su antagonismo político. Cuenta en un libro que Casado, padre de un niño prematuro, se mostró muy “empático” cuando sus gemelos nacieron el pasado verano tras sólo seis meses de gestación. “Eso siempre se agradece, sobre todo cuando hay autenticidad”, escribió Iglesias. Los sondeos predicen un descalabro del PP en el número de diputados. La cuestión es si pese a ello logra Casado articular una mayoría parlamentaria para gobernar con apoyo de Ciudadanos y Vox. En cualquier caso, el candidato cree estar haciendo lo correcto en un momento tan complicado para su partido, tal como dijo recientemente: "Creo que la línea que estoy marcando es la que hacía falta". (En base a la agencia AFP)

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