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Plan migratorio en la UE: expulsar migrantes irregulares y blindar la frontera exterior

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Ursula von der Leyen presentó el plan y señaló que las normas actuales están agotadas. Foto: Reuters

DRAMA MIGRATORIO

La Comisión Europea puso sobre la mesa una política de inmigración de mano dura que termina con las cuotas de reparto de refugiados.

Bruselas reabrió ayer miércoles el agrio debate de la reforma migratoria en la Unión Europea (UE) con una propuesta de mano dura. La Comisión Europea puso sobre la mesa de las capitales un plan que sitúa el acento en el blindaje de la frontera exterior de la UE y las expulsiones de inmigrantes irregulares. Además, acaba con las cuotas obligatorias en el reparto de refugiados a cambio de una suerte de solidaridad a la carta en la que se podrá optar por acoger migrantes o ayudar a expulsarlos. La oferta busca arrastrar a Polonia y Hungría hacia la mesa de negociación para cerrar un acuerdo de principios antes de que termine este año.

La crisis en Moria, que puso al descubierto de nuevo las condiciones en las que malviven losrefugiados en Lesbos (Grecia), ha obligado a abordar por fin una carpeta que lleva desde 2016 abierta. El Ejecutivo de Ursula von der Leyen lanzó su propuesta para un pacto migratorio. “El antiguo sistema para lidiar con la migración en Europa ya no funciona”, sostuvo la presidenta. “Moria es un duro recordatorio”, añadió.

Bruselas sentó de nuevo las bases de un complejo debate, en el que hay enormes diferencias entre los 27 socios de la UE. Incluso con líneas rojas irreconciliables: España pide cuotas obligatorias, mientras que Polonia o Hungría las rechazan.

El paquete, que consta de 10 propuestas legislativas, tiene tres claros pilares: la vigilancia de la frontera exterior de la UE, intensificar la política de retornos y fijar de forma “urgente” un nuevo mecanismo de solidaridad que no contempla cuotas obligatorias. El esquema se cierra con un botón de emergencia que se activaría para que, ante una crisis, la Comisión pueda decidir en última instancia el reparto de inmigrantes.

El Ejecutivo comunitario quiere que los países empiecen a negociar el paquete para alcanzar un acuerdo de principios antes de que termine este año. Fuentes comunitarias sostuvieron que esperan que la tragedia de Moria dé un impulso a esas negociaciones. La situación en la UE es muy distinta a 2015, cuando se produjo la crisis de los refugiados. Según la Comisión, los flujos migratorios ya se habían reducido antes de la pandemia en un 92%, en especial por el Mediterráneo central y el occidental. En cambio, siguió creciendo por la parte oriental y de los Balcanes.

El sistema propuesto por Bruselas está enfocado a impedir el acceso a inmigrantes irregulares y a lograr su devolución desde una etapa temprana. La clave para lograrlo es convirtiendo la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) en una auténtica policía de fronteras y de devoluciones y desplegando una red para examinar a todo aquel que entre a la UE sin autorización. “Ahora, la única obligación para un país es tomar huellas dactilares de quien llegue irregularmente y registrarlo. Bajo la nueva normativa, los recién llegados serán sometidos a intensos chequeos de identidad, seguridad y salud”, afirmó Schinas.

Bruselas considera, además, que las reglas migratorias solo serán “creíbles” si se devuelve a sus países a quien “no tiene derecho a estar en la UE”. Ahora, según Frontex, se retorna a un tercio de los que llegan.

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