La gobernadora de Carolina del Sur, la republicana Nikki Haley, llamó ayer a retirar la controvertida bandera confederada del frente del capitolio de ese estado del sur de Estados Unidos, a una semana de la matanza perpetrada en una iglesia de la comunidad negra de Charleston.
"Hoy estamos en un momento de unidad en nuestro estado, sin mala voluntad, para decir que es hora de retirar la bandera del predio del Capitolio", dijo Haley en una conferencia de prensa, flanqueada por líderes políticos de ambos partidos. "Ciento cincuenta años después del fin de la Guerra Civil llegó el momento", agregó, al sostener que la bandera de batalla de tiempos de la guerra, vista por algunos como símbolo de la persistencia de sentimientos racistas en el sur estadounidense, "causa tristeza a muchísima" gente, dijo en alusión a la matanza hecha por el supremacista Dylann Roof.
Tras la masacre en la iglesia la gobernadora hizo un llamado