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Perfil del arquero de Noruega: musulmán, nunca una sonrisa y siempre solo

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Homenaje de vecinos a las víctimas del ataque en Noruega. Foto: AFP
People lay flowers and light candles on the Stortorvet in Kongsberg on to honor the dead, on October 14, 2021, the day after a man armed with a bow and arrows killed 5 people. - Norway's intelligence service PST said on October 14, 2021 that a bow-and-arrow attack that killed five people the previous day seemed to be an "act of terror." (Photo by Terje Bendiksby / NTB / AFP) / Norway OUT
TERJE BENDIKSBY/AFP

INVESTIGACIÓN

La policía sigue la pista de un acto terrorista; las autoridades habían estado en contacto con el hombre "por miedo a que se radicalizara".

El ataque con arco y flechas que causó cinco muertos en Noruega el miércoles podría tratarse de un acto terrorista, dijeron ayer jueves las autoridades, que indicaron que el asesino es un convertido al islam con el que la policía había estado en contacto “por miedo a que se radicalizara”.

Se trata de Espen Andersen Bråthen, un danés de 37 años residente en Kongsberg, la ciudad donde llevó a cabo su ataque el miércoles.

“No hay duda de que el acto en sí tiene indicios que sugieren que puede ser un acto terrorista, pero ahora es importante que la investigación avance y que se aclare el móvil”, dijo el jefe de los servicios de seguridad noruegos, Hans Sverre Sjøvold.

El atacante reconoció los hechos durante su interrogatorio. “Hubo temores relacionados con una radicalización” del individuo que llevaron a las autoridades a vigilarlo, explicó el oficial Ole Bredrup Saeverud. Precisó que esos temores se remontan a 2020 y antes. Los investigadores están “relativamente seguros de que actuó solo”, añadió.

Cinco personas murieron y otras tres resultaron heridas en este ataque, que causó una gran conmoción en el apacible reino escandinavo.

Las víctimas son cuatro mujeres y un hombre de entre 50 y 70 años.

Espen Andersen Bråthen. Foto: AFP
Espen Andersen Bråthen. Foto: AFP

Un juez se pronunciará hoy viernes sobre su detención provisional. Según la fiscal Ann Iren Svane Mathiassen, encargada del caso, el sospechoso está siendo sometido a una evaluación psiquiátrica.

Según la prensa noruega, en el pasado se dictaron dos condenas contra Bråthen: la prohibición en 2020 de visitar a dos familiares después de que amenazara con matar a uno de ellos, y por un robo y compra de hachís en 2012. Dos meses antes de la condena de 2020, había entrado en casa de sus padres y amenazado con matar a su progenitor, dejando una pistola en el sofá antes de marcharse.

Varios medios también han difundido un video de 2017 en el que realiza una profesión de fe. “Soy un mensajero. Vine con una advertencia: (…) Son testigos de que soy musulmán”, declara amenazante.

Según su abogado, Fredrik Neumann, el hombre “se explica con detalle y habla y coopera con la policía”.

Un vecino que pidió el anonimato lo describió como una persona sombría. “Nunca una sonrisa, ninguna expresión en el rostro”, dijo a la AFP. Y “siempre solo”.

Ayer los testimonios daban cuenta del terror que se adueñó de Kongsberg, una localidad de 25.000 habitantes situada a unos 80 km al oeste de Oslo.

El ataque se produjo en el último día de mandato de la primera ministra Erna Solberg, conservadora, que ayer jueves dejó las riendas del gobierno a un nuevo Ejecutivo de centroizquierda dirigido por Jonas Gahr Støre, ganador de las legislativas de septiembre.

Ayer Støre lamentó unos “actos horribles”, en referencia al ataque.

“Estamos horrorizados por los acontecimientos trágicos en Kongsberg”, reaccionó por su parte el rey Harald V.

En respuesta al ataque, la dirección noruega de policía decretó que los agentes, que están generalmente desarmados, llevarían armas temporalmente en todo el país.

Noruega, un país generalmente pacífico, ha sido escenario de ataques de extrema derecha en el pasado. El 22 de julio de 2011, Anders Behring Breivik mató a 77 personas al detonar una bomba cerca de la sede del gobierno en Oslo, antes de abrir fuego en un mitin de las Juventudes Laboristas en la isla de Utøya. En agosto de 2019, Philip Manshaus disparó contra una mezquita en las afueras de Oslo, antes de ser sometido por la multitud, sin que hubiera heridos graves. Antes del ataque abatió por racismo a su hermana asiática adoptada.

En el gabinete que asumió ayer jueves, figuran dos supervivientes de la masacre de Utøya, la mayor tragedia en la historia reciente de Noruega.

El ataque en Kongsberg ha motivado además el aplazamiento por la productora Nordisk Film del estreno de Vildmænd (Hombres salvajes), una película que transcurre en Noruega y en la que uno de sus personajes centrales porta un arco y flechas.

“Creí que esto era Kabul”

Los testigos del ataque con arco y flechas que dejó cinco muertos en Noruega contaron ayer jueves el horror que vivieron. Kongsberg, una ciudad montañosa de 25.000 habitantes donde en general no ocurre gran cosa, se vio sumida en la tragedia el miércoles.

Thomas Nilsen estaba en su casa cuando oyó gritos y su mente se llenó de imágenes bélicas. “Creí que esto era Kabul”, dijo a AFP. La tragedia tuvo lugar en varios puntos de la ciudad, incluyendo un supermercado.

Frente a la iglesia local se han colocado varias velas.

“Escuché gritos de niños, ladridos y ruidos de helicóptero girando en torno a mi casa”, declaró Terje Kristiansen, otro testigo. “No he dormido mucho esta noche”.

Knut Olav, de unos 50 años, iba a fumarse un cigarrillo en la puerta de casa cuando asistió a una escena hasta entonces inimaginable. “Vi a uno de mis amigos refugiándose detrás de un coche y, de repente, escuché algo así como un chasquido. Reconocí el ruido del arco y el choque de una flecha contra la calzada”, contó el hombre. “Después, vi a un hombre sacando a un niño de un auto y corriendo hacia mi casa”.

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