SECUESTRO

La familia del exvicepresidente paraguayo Óscar Denis, secuestrado el 9 de setiembre por la guerrilla Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), volvió a pedir ayer una prueba de vida del hombre, de 74 años, y una vía de comunicación con los captores para poder negociar.

Los familiares cumplieron con las exigencias del EPP antes del miércoles, el plazo fijado por la guerrilla para liberar a su padre, pero cuatro días después siguen sin noticias del exvicepresidente.

"Esperamos que liberen a papá, que si bien no lo están haciendo, que establezcan esa vía (...), esa comunicación para que podamos hablarles a ustedes", expresó Beatriz Denis, hija del secuestrado y portavoz de la familia.

Hasta el momento, la familia solo ha recibido un papel con la firma de Denis como única prueba de vida, y de eso hace ya más de una semana.

Adelio Mendoza, el indígena que fue secuestrado con Denis y liberado el lunes 14 de setiembre, relató que el joven trabajador y Denis fueron secuestrados por seis personas y estuvieron caminando durante los dos primeros días.

En la primera noche les proporcionaron mantas, pero no hubo comida hasta la mañana siguiente, cuando les ofrecieron maní y leche. Luego, los captores del EPP les vendaron los ojos.

Denis, de 74 años, padece diabetes tipo 2 e hipertensión, lo que le obliga a tomar medicamentos a diario. La familia ha insistido en este mensaje desde el primer día e incluso dejó una bolsa con los medicamentos en la zona del secuestro con la intención de que el EPP la retirara, pero nunca fueron a por ella.

La preocupación por su estado de salud se agravó esta semana, después de que se confirmara que Mendoza había dado positivo a las pruebas de coronavirus. Se teme que Denis también se haya contagiado.

La familia Denis, con las cuentas bancarias congeladas, consiguió reunir 2 millones de dólares en víveres para hacer llegar alimentos y otros artículos a 40 comunidades indígenas de distintos departamentos, como condición del EPP para liberar a Denis.

Los familiares del exvicepresidente cumplieron con ese requisito, pero el EPP no soltó a su padre y partir de ese momento acentuaron sus peticiones de diálogo.