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Ortega libera 50 presos políticos al volver a negociar bajo presión

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Josué Gutiérrez, de 20 años, juega con su hijo después de ser liberado de la cárcel de máxima seguridad, en Managua. Foto: AFP

Un país en crisis

Ven insuficiente el número de liberados y cruel la forma en que lo hacen.

Los nicaragüenses celebraron con júbilo la excarcelación de 50 manifestantes opositores, considerados “presos políticos” y que quedaron bajo libertad condicional por orden del presidente Daniel Ortega, en medio de la crisis que estremece al país.

La Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) que congrega a sectores de oposición y de la sociedad, considera que el número de presos liberados resulta insuficiente.

“Viva Nicaragua libre”, “Libertad a nuestros hermanos presos políticos”, “No son delincuentes”, gritaban, entre otros, ciudadanos que se apostaron, eel viernes, en las calles de Managua por donde transitaban los ómnibus que transportaban a los excarcelados desde la cárcel de máxima seguridad, conocida como “La Modelo”, bajo la custodia de autoridades del Sistema Penitenciario Nacional y en medio de la emoción de sus familiares que estaban afuera.

La escena se repitió por los lugares en que pasaba la caravana, donde aguardaba la gente con banderas de Nicaragua, uno de los símbolos de las protestas contra el gobierno de Ortega. La población, emocionada y con lágrimas, gritaba y silbaba cuando miraban venir la caravana, mientras otros levantaban sus puños en señal de victoria.

El gobierno de Ortega decidió excarcelar a un grupo de 50 opositores, en medio de las negociaciones que mantiene con una alianza opositora con las que buscan superar la crisis en que está sumergida Nicaragua.

Hace dos días, el gobierno acordó con la opositora Alianza Cívica retomar las negociaciones a cambio de la “excarcelación de un núcleo apreciable” de manifestantes presos. Ortega está bajo presión internacional para que negocie.

El Ministerio de Gobernación informó de que “ha dado cumplimiento a 50 órdenes a favor de personas que se encontraban detenidas por haber cometido delitos contra la seguridad común y delitos contra la tranquilidad pública”. Explicó que los excarcelados recibieron “el beneficio legal de convivencia familiar u otras medidas cautelares”.

El Estado mantenía encarcelado al menos a 650 manifestantes antigubernamentales y cambió el régimen carcelario a otros 112 “presos políticos”, para un total de 762 convictos, según el Comité Pro Libertad de Presas y Presos Políticos, que denuncia al Gobierno de utilizar “como rehenes” a los reos en las negociaciones que mantiene con la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.

El gobierno de Ortega reconoce 340 detenidos por su participación en el “fallido intento de golpe de Estado”, como el Ejecutivo tilda las protestas callejeras que comenzaron en abril de 2018, y los llama “terroristas”, “golpistas” y “delincuentes comunes”.

Desde el pasado 18 de abril, Nicaragua vive una crisis sociopolítica que ha dejado entre 325 y 561 muertos, de 340 a 762 detenidos, cientos de desaparecidos, miles de heridos y decenas de miles en el exilio, según organismos humanitarios. Ortega reconoce 199 muertos. Las protestas estallaron a raíz de una reforma de la seguridad social que impulsó Ortega y fue rechazada por la amplia mayoría de la población.

Ortega, quien lleva doce años en el poder, no acepta responsabilidad en la crisis ni tampoco los señalamientos sobre graves abusos de las autoridades contra los manifestantes antigubernamentales, y denuncia ser víctima de un intento de “golpe de Estado” que, asegura, ya ha sido aplacado.

Una estudiante liberada dice que no se rindieron

Yaritza Rostrán, quien fue excarcelada el viernes, agradeció al pueblo de Nicaragua por no rendirse, por seguir luchando por nosotras”. La estudiante, quien fue una de las cuatro mujeres consideradas “presas políticas” que hicieron huelga de hambre en días recientes, expresó a los periodistas el agradecimiento “por todos aquellos que de alguna manera u otra lucharon todo este tiempo que estuvimos en prisión”.

Rostrán, de 25 años, aseguró que los “prisioneros políticos” lo que más anhelan en la cárcel es “que el pueblo no se rinda, que el pueblo siga la lucha, que no desfallezca”.

“Porque nosotros no nos hemos rendido, no nos rendimos en las cárceles y no nos vamos a rendir en ningún otra parte”, remarcó.

La joven relató que “la prisión en su totalidad es espantosa”, pero que a pesar de eso sus compañeras que están detenidas han demostrado que son “guerreras, muy fuertes y mujeres valientes que no se darán por vencidas por nada”.

Asimismo, afirmó que todos los días hacían protestas dentro de la prisión y no estaban a favor de las negociaciones con ellas privadas de libertad, sin que cesara la represión y sin que los nicaragüenses pudieran manifestarse en las calles. Ratificó que seguirá la lucha.

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