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Ola de protestas en Bielorrusia; la “última dictadura” de Europa

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Protestas en Bielorrusia. Foto: Reuters.
BelaPAN

CRISIS

Lukashenko ha enfrentado protestas cotidianas desde las controvertidas presidenciales del 9 de agosto, que asegura haber ganado con el 80% de votos, mientras sus detractores denuncian fraude.

Decenas de miles de manifestantes salieron ayer a las calles de Minsk (Bielorrusia) para protestar por tercer fin de semana consecutivo, contra la reelección del presidente Alexander Lukashensko. El gobierno dispuso de un imponente despliegue de fuerzas del orden y realizaron más de un centenar de detenciones.

El presidente, de 66 años, de los que ha pasado 26 en el poder, ha enfrentado protestas cotidianas desde las controvertidas presidenciales del 9 de agosto, que asegura haber ganado con el 80% de votos, mientras sus detractores denuncian fraude.

El 16 y 23 de agosto, la oposición logró concentrar casi 100.000 personas en las calles de la capital Minsk a pesar de las presiones y amenazas de las autoridades. Estas han sido las dos mayores manifestaciones de la historia del país, denominada como la “última dictadura” de Europa.

El líder bielorruso, que ha pedido ayuda a Rusia y asegura que las movilizaciones son un complot de Occidente y de la OTAN para derrocarlo, estrecha el cerco sobre los manifestantes, los líderes de la oposición y los periodistas locales y extranjeros.

Ayer, las fuerzas de seguridad impidieron a varios cortejos de opositores llegar al corazón de la manifestación. De todos modos, el centro de la capital bielorrusa estaba negro de gente, en particular desde la plaza de Octubre a la de la Independencia.

Los manifestantes llevaban banderas rojas y blancas de la oposición y coreaban eslóganes como "Lukashenko en furgón celular" o "Vete", según un periodista.

También se concentraron delante del Palacio de la Independencia, la residencia oficial del presidente, donde numerosos francotiradores de élite estaban instalados en el tejado del edificio.

Un consejero del presidente intentó hablar con los manifestantes, aunque rechazó cualquier mesa de diálogo con representantes de la oposición.

El servicio de prensa de Lukashenko difundió una foto del presidente con un chaleco antibalas y un fusil de asalto en la mano, como ya había hecho durante el pasado fin de semana.

Lukashenko reclama su sexto mandato por el 80% de los votos frente al 10% de su rival, la líder opositora Svetlana Tijanóvskaya. “Sal, que te vamos a felicitar”, coreaban los manifestantes con ironía. “Feliz cumpleaños, rata”, gritaban, pese a la lluvia y a la presencia -sin acercarse a la multitud- de una decena de blindados BTR-80, que el Ministerio del Interior ha desplegado para “garantizar la seguridad del personal”, han dicho en un comunicado. Algunos de ellos tenían el número de identificación tapado con pintura verde.

Las fuerzas de seguridad detuvieron a 140 manifestantes, según datos del Ministerio del Interior bielorruso citados por varias agencias rusas.

El comité de investigación anunció que investiga a unos 150 manifestantes por "amenazas" y "hooliganismo".

Sin embargo, la policía no recurrió esta vez al uso de gases lacrimógenos, balas de goma o granadas de dispersión, como sí había hecho durante las primeras protestas tras los comicios del 9 de agosto.

El factor ruso

En la muestra más explícita de apoyo hasta ahora, el presidente ruso, Vladímir Putin, felicitó ayer a Lukashenko por su cumpleaños en una llamada telefónica en la que ambos líderes han acordado una visita del bielorruso a Moscú en “un futuro cercano”. Moscú ha apoyado a Bielorrusia, pero ha eludido dar un aval concreto a Lukashenko, que se ha convertido en un aliado problemático y que para algunos dentro del Kremlin tiene los días contados en el poder.

Hay más muestras: Rusia formó una “unidad de seguridad en la reserva” a petición de Lukashenko, lista para intervenir en Bielorrusia “si la situación se descontrola”, dijo Putin, además de reconocer la legitimidad de las presidenciales del 9 de agosto. Además, el líder bielorruso se apoya en estrategas de comunicación y propaganda llegados de Moscú para tratar de unificar el discurso de los medios estatales.

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Periodistas son deportados del país

Los resultados de las elecciones en Biolorrusia. que según el gobierno confirman la victoria del presidente Alexander Lukashenko por 80% de los votos, fueron rechazados por la Unión Europea, que está preparando un paquete de sanciones contra altos funcionarios del gobierno bielorruso e instó a Lukashenko a dialogar con la oposición.

Mientras la UE se dispone a las sanciones Bielorrusia, Rusia ha acordado la refinanciación de mil millones de deuda bielorrusa. Algunos analistas creen que es una forma de apuntalar a Lukashenko hasta que el Kremlin, que teme un efecto contagio de las protestas en Rusia, halle un relevo deseable. El líder bielorruso se aferra al poder y está usando todos los medios en su mano para amenazar a la ciudadanía y mostrar que no se irá. Este domingo, el Ministerio de Defensa bielorruso ha informado de que ha iniciado ejercicios militares en la región de Grodno (cerca de la frontera con Polonia y Lituania) que simulan la defensa ante una invasión.

Lukashenko, que lleva 26 años en el poder en su país, ha puesto además el foco sobre los periodistas. Entre el viernes y el sábado, más de una veintena de periodistas y fotoreporteros de medios internacionales como Reuters, la BBC o AP han sido detenidos, varios de ellos, ciudadanos bielorrusos, privados de su acreditación para trabajar en el país; otros, rusos en su mayoría, han sido deportados.

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