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Odisea y drama de migrantes

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Oleadas de africanos huyen a Europa y son rescatados; más de 1820 murieron en la travesía.
A group of Syrian immigrants run to hide from patrolling Greek police before crossing the border into Macedonia, along with another 45 Syrian immigrants, near the Greek village of Idomeni in Kilkis prefecture May 14, 2015. Hundreds of mostly Afghan, Syrian, and African immigrants cross daily from Greece into Macedonia on their way to northern European countries; most of them are turned back by Macedonian border guards. REUTERS/Yannis Behrakis TPX IMAGES OF THE DAY GREECE-IMMIGRANTS/
YANNIS BEHRAKIS/REUTERS

Las incesantes oleadas de inmigrantes que llegan a los puertos de Sicilia, en Italia, caen en diversas categorías nacionales. Los sirios suelen llegar con dinero, llevando consigo vidas rotas en bolsas de lona, y son capaces de escurrirse fuera de Italia, con rumbo al rico norte de Europa. Los eritreos pueden ser mucho menos acaudalados pero también están bien organizados, con redes que los llevan igualmente al norte.

Después están los hombres como Agyemin Boateng y Prince Adawia, quienes fueron salvados en el Mar Mediterráneo, en abril, por un barco italiano de rescate. Ambos son de Ghana, y ninguno tiene plan alguno para una nueva vida en Europa; tampoco, destacan, planearon alguna vez su llegada a Italia. Estaban trabajando como jornaleros en Libia, hasta que la vida allá se volvió insostenible y el regreso a Ghana se tornó inviable.

"Hay armas y bombas", dijo Adawiá, de 25 años, que trabajó en Trípoli, la capital de Libia, durante casi tres años. "Cada día, hay tiroteos. Siento miedo. Es por eso que viajé a Italia".

La crisis de inmigración de Italia escaló marcadamente en abril y continúa en mayo. Muchos más botes de traficantes zarparon y murió un número histórico de emigrantes ilegales intentando el cruce peligroso del Mediterráneo: la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que 1.829 personas han fallecidos en el Mediterráneo en lo que va del año, frente a 207 que habían perdido la vida en la misma fecha de 2014.

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El drama no encuentra final. El jueves pasado, la Guardia Costera de Italia confirmó el rescate de 2.200 inmigrantes que navegaban en situación de riesgo en el Mediterráneo cuando intentaban llegar a las costas italianas, gracias a la ayuda prestada también por Alemania y Malta.

El Centro Nacional de Socorro de la Guardia Costera informó que naves de su flota, de la Marina Militar, la Guardia de Finanzas y también los barcos alemán Hesse y Phoenix, de la organización humanitaria Moas de Malta, realizaron las operaciones de rescate.

Conflictos en África, Medio Oriente y Asia Central han moldeado y vuelto a moldear flujos de inmigrantes a Europa en años recientes, siendo la guerra civil en Siria la más transformadora del tráfico de personas en el Mediterráneo. Además, el tumulto en Libia está cambiando la migración una vez más.

La situación sin imperio de la ley en Libia ha permitido un refugio para que traficantes operen a lo largo del litoral del país, pero también ha desanclado a muchos jornaleros que estaban trabajandó allí como inmigrantes. Muchos de estos hombres ahora languidecen en centros italianos para detenidos, sin contactos o planes para el futuro, en tanto su creciente número frustra a algunos alcaldes y funcionarios.

Incesante.

Las estadísticas de inmigración ofrecen indicios del cambio. Más de 170.000 inmigrantes y refugiados llegaron a Italia por mar el año pasado. Sirios y eritreos fueron los dos mayores grupos, representando a más de 76.000 personas, de acuerdo con datos del Ministerio del Interior de Italia. Los ciudadanos de Gambia quedaron en un distante quinto lugar. Sin embargo, durante el primer trimestre de 2015, periodo relativamente lento con apenas 10.165 llegadas, Gambia era el principal país de origen, representando 1.413 de los inmigrantes ilegales.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que 1.829 personas han fallecido en el Mediterráneo en lo que va de año, frente a 207 que habían perdido la vida en la misma fecha de 2014.

"Vemos que incluso gente que originalmente se había mudado a Libia con la intención de permanecer ahí —incluyendo tanto refugiados como inmigrantes— ahora ya decidieron huir hacia Europa, aun cuando eso significa arriesgar sus vidas en una travesía muy peligrosa por mar", dijo el representante de Italia por Amnistía Internacional, Matteo de Bellis, en un mensaje de correo electrónico.

Bruce Leimsidor, experto en el sistema de asilo de Europa, dijo que debería aplicarse cierta dosis de escepticismo, debido a que los inmigrantes pudieran esgrimir alegatos de ese tipo con la esperanza de que sean de ayuda para sus peticiones de asilo en Europa.

Antes de la caída del gobierno de Moamar Gadafi, dijo Leimsidor, cientos de miles de africanos occidentales, así como muchos bangladesíes, trabajaron en Libia para ahorrar dinero con miras a regresar más adelante a casa, y nunca planearon seguir hacia Europa, pero la situación ahora es muy diferente.

"Han pasado ya varios años desde que el trabajo en Libia para los inmigrantes ha sido bastante escaso", dijo por vía electrónica Leimsidor, quien enseña derecho de asilo europeo en la Universidad Ca Foscari de Venecia. Dada esa escasez y los peligros de violencia en el país, dijo, "aquéllos que han venido a Libia en los últimos años han tenido al menos cierta intención de venir a Europa".

Abusos.

En el centro para detenidos Umberto I en Siracusa, antigua ciudad portuaria de Sicilia, Mohammed Njie, de 31 años, describió su ruta a Italia. Salió de su casa en Gambia hace siete meses, después de una acalorada discusión con su jefe a causa de salarios que no le había pagado. Llegó hasta Libia, con la esperanza de enviarles dinero a sus padres y dos hijos de vuelta en casa, siguiendo los pasos de generaciones mayores de gambianos que trabajaron en Libia y regresaron a su país con ahorros.

Pero, Njie y otros inmigrantes africanos dijeron que en la actualidad prevalece el abuso rampante en Libia. Algunos hombres señalaron que los jefes de la construcción habían dejado de pagar salarios a jornaleros, en tanto otros hombres que efectivamente recibieron su paga dijeron que habían sido asediados por pandillas criminales, incluyendo depredadores adolescentes que asaltaban a la gente a punta de pistola.

"Ellos saben que no puedes enviar dinero a Ghana", afirmó Adawia, quien había trabajado en Libia desde 2012. "No hay bancos. Es por eso que ellos saben que la gente carga consigo ese dinero. Es por eso que nos atacaban a diario".

Boateng dijo que intentar volver a casa desde Libia sería peligroso porque tanto milicias como delincuentes infestan actualmente las rutas terrestres. Relató que un ghanés que trabajó en Libia durante tres años fue despojado de todos sus ahorros mientras intentaba abrirse camino a casa.

"Es difícil regresar al propio país, incluso si tienes dinero", notó Boateng. "Cuando ven que eres negro, saben que llevas dinero contigo".

Varios hombres dijeron que libios compasivos los habían puesto en contacto con traficantes como un medio de salvar sus vidas, incluso al tiempo que los traficantes estaban buscando activamente jornaleros negros para efectuar el viaje.

"Te dicen: Si quieres salvar tu vida, márchate, y nosotros te llevaremos a Italia", dijo Adawia al referirse a los traficantes de personas.

Un niño entre las garras de traficantes y una prisión.

Hermon Angosom, de 8 años, oriundo de Eritrea, quedó atrapado en un centro de detención en Zawiya, Libia, después de un intento frustrado de llegar a la Unión Europea. Los traficantes lo tuvieron cautivo en una miserable "casa de cobro" hasta que su hermana en Noruega pudo enviar suficiente dinero, alrededor de US$ 1.600 para el viaje a Libia y otros US$ 1.600 o US$ 1.800 para el transporte en barco por el Mediterráneo. Los traficantes pusieron a Hermon en una lancha inflable para que lo llevara hasta un pesquero repleto con más de 200 personas. El motor falló casi de inmediato, por lo que tuvieron que regresar a la costa y fueron detenidos. En los centros libios, los niños y niñas pasan la mayor parte del tiempo encerrados. No saben dónde están ni cómo podrán salir. (FUENTE: THE NEW YORK TIMES)

Unión Europea discute cuotas para refugiados y ocho países se oponen.

THE NEW YORK TIMES / BRUSELAS

Después de meses de críticas por haber reaccionado con lentitud y timidez ante la inundación de migrantes que llega a las costas sureñas, la Unión Europea (UE) actuó, el miércoles pasado, para repartir el peso de la crisis entre sus estados miembros.

La respuesta lenta ha subrayado los límites de la capacidad del bloque para movilizarse al unísono cuando debe enfrentar grandes problemas. En este caso, Gran Bretaña, Hungría, República Checa, Estonia, Letonia, Lituania, Eslovaquia y Polonia expresaron su oposición al plan de cuotas. Polonia, a través de su primera ministra, Ewa Kopacz, explicó que si bien se opone al plan de cuotas, está abierta a aceptar emigrantes y refugiados de manera voluntaria.

Como parte de la llamada Agenda Europea sobre Migración, el sistema de cuotas ayudaría principalmente a Grecia, Italia y Malta, que son los principales puntos de arribo de alto número de migrantes ilegales que hacen el riesgoso cuce del Mediterráneo. Se espera que los líderes de la UE tomen una decisión sobre el plan de cuotas, en junio. La propuesta llama a los 28 miembros a recibir un número de migrantes acorde con el tamaño y circunstancias económicas de cada país.

La jefa de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini indicó que la propuesta representa "una agenda audaz que aborda el drama de quienes escapan de la guerra, la persecución y la pobreza". Sostuvo que "la migración es una responsabilidad compartida por todos los estados miembros".

REACCIÓN.

Peparan la operación naval contra traficantes.

Las autoridades de la Unión Europea (UE) definen planes para asumir un papel más agresivo, frenar a los barcos que transportan a migrantes ilegales a través del Mar Mediterráneo y combatir a las redes de tráfico de personas que florecen en Libia, de donde parte la mayoría de los barcos.

La alta representante de la UE, Federica Mogherini, dio señales de que ella no incluye el uso de tropas terrestres europeas en Libia para perseguir a los traficantes de personas.

En el mismo sentido, el ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Paolo Gentiloni, en una intervención en la televisión pública, puntualizó que "ni la misión europea ni la eventual resolución de Naciones Unidas prevén una intervención militar en Libia". Agregó que "se autoriza la confiscación y el secuestro de barcas en el mar y la identificación mediante mecanismos de inteligencia de embarcaciones en aguas territoriales, antes de que embarquen a los migrantes". Cómo frenar el flujo de refugiados que llega a Italia y otras naciones del sur europeo es uno de los desafíos mayores que enfrenta la UE.

Los 28 países miembros de la UE adoptaron un documento de unas 40 páginas en el que se perfilan las características de la misión. La operación será lanzada en junio, con motivo de una cumbre de jefes de Estado europeos en Bruselas. (FUENTES: THE NEW YORK TIMES, AFP Y ANSA).

Esperan la anuencia de ONU para la ofensiva.

El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Frank-Walther Steinmeier, se mostró optimista sobre la posibilidad de que Naciones Unidas autorice la operación naval. "Tengo la impresión de que no hay una intención de veto por parte de ninguna de las potencias que tienen ese derecho", consideró. Las discusiones conciernen sobre todo a una cuestión de formulación de la resolución que dará base jurídica a una misión militar sin precedentes, estimó.

Rusia parece dispuesta a apoyar un texto, que no menciona específicamente la destrucción de las embarcaciones.

La puesta en marcha de la operación, denominada EU Navfor Med, sería decidida mañana lunes, en Bruselas, por los ministros de Exteriores y de Defensa. Varios grandes países de la UE —Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia, España— prometieron que suministrarán buques de guerra, en tanto Polonia o Eslovenia, podrían apoyar con aviones de vigilancia o helicópteros.

Un diplomático europeo explicó que "el cuartel general estará en Roma y el almirante Enrico Credendino será el futuro comandante operativo".

En aguas internacionales, los navíos sin bandera pueden ser inspeccionados o neutralizados, pero con la finalidad de entrar en aguas territoriales de Libia o capturar barcos con bandera extranjera, la UE necesita la aprobación de Naciones Unidas. (FUENTE: AFP)

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