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Numerosos locales siguen cerrados por cuantiosas pérdidas en Italia

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Los locales en Venecia (Italia) se ven afectados por el COVID-19. Foto: AFP.
(FILES) This file photo taken on May 13, 2020 in Venice shows people walking past a closed cafe terrace across Campo San Bartolomeo, during the country's lockdown aimed at curbing the spread of the COVID-19 infection, caused by the novel coronavirus. - Many Italian shopkeepers, most of them restaurant owners, prefer not to reopen their business despite calls from the government to do so. (Photo by Vincenzo PINTO / AFP)
VINCENZO PINTO/AFP

CONSECUENCIAS 

Dueños de restaurantes dicen que trabajan al mínimo al faltar los clientes; crisis golpea a Florencia y Venecia por falta de turismo.

Insatisfechos con la ayuda asignada, irritados por las directivas poco claras, muchos comerciantes y dueños de restaurantes de Italia se niegan a abrir sus locales pese al llamado del gobierno para reactivar el sector.

Sin clientes ni visitantes, ciudades turísticas como Roma, Florencia y Venecia están en crisis y la apertura autorizada a partir del pasado lunes no logra aliviar las pérdidas, por lo que las puertas de muchas tiendas y restaurantes siguen cerradas.

“Aún si tuviera abierto no trabajaría, porque no hay clientes, ni turistas. Los italianos en general tampoco quieren ir por ahora al restaurante”, explica a la AFP Pietro Lepore, dueño del Bar Harry de Via Veneto, una de las arterias elegantes del corazón de la Ciudad Eterna.

“Hay doce hoteles de lujo en esta calle, el 60% de mi actividad es servir a los clientes de esos hoteles y están todos cerrados. ¡Imagínese como estoy!”, comenta Lepore, quien garantiza empleo a 24 personas, todos desempleados desde hace dos meses.

Para él, haber confinado todo el país, sin diferenciar entre el norte, más golpeado por el contagio y las regiones del sur, menos afectadas, penalizó sin necesidad a estas zonas.

Palomas.

La capital del turismo mundial, Venecia, es el emblema de esa situación. La portavoz de los comerciantes venecianos, Cristina Giussani, irónicamente se preguntaba hace unos días si había que abrir los bares y restaurantes “para las gaviotas y palomas”, después de la desaparición de buena parte del millón turistas que visita todos los años la Ciudad de Marco Polo. El sector basa todas sus esperanzas en la apertura a principios de junio de las fronteras a los europeos.

Según una encuesta publicada el sábado, casi el 30% de los comerciantes italianos (sobre un millón de comercios) anunciaron que no iban a abrir sus puertas. Entre ellos, la mayoría (68%) considera que “no es rentable”, mientras el 13% teme el contagio y otro tanto considera que las directivas del gobierno no han sido claras.

“Para algunos pequeños comerciantes, las nuevas reglas contra el contagio son difíciles de respetar. Es lo que ocurre en la típica ‘trattoria’ romana, que no cuenta con mucho espacio y no puede garantizar la distancia física entre los comensales. Un problema insuperable”, explica a la AFP Valerio Maccari, de Confesercenti, la confederación de pequeños y medianos comercios de Italia.

“Además de la caída del turismo, con el teletrabajo se ha reducido notablemente el número de empleados que almuerzan a diario fuera de casa”, señala Maccari.

De norte a sur de la península, la reticencia y las protestas se han multiplicado en los últimos días. En Lombardía, la región más afectada en Europa por la pandemia, grupos de comerciantes, pequeños empresarios y taxistas se manifestaron en Milán contra las medidas, consideradas insuficientes. “Si nosotros quebramos, el gobierno también se quiebra”, rezaban las pancartas.

En Roma, cientos de carteles de protesta cuelgan de puertas y vitrinas: “Sin la ayuda del gobierno, NO podemos abrir”.

Vigilados.

El trauma ha sido tal en la capital lombarda, motor económico de la península, que inclusive en el barrio chino, Chinatown, la apertura ha sido muy gradual, sobre todo por temor a la reanudación de la epidemia, explica Francesco Wu, de la Unión de Empresarios de Italia y China. “Fuimos los primeros en cerrar y seremos los últimos en reabrir”, anunció Wu en el diario Il Giorno.

El reconocido chef lombardo Davide Oldani, dueño del premiado restaurante D’O, en Cornaredo, cuya sala y mesas son amplias y respetan fácilmente las reglas del distanciamiento, aprovechó el cierre forzado para realizar obras en el interior.

“Antes de abrir, quiero garantizar la máxima seguridad a mis clientes y la mía personal”, explicó a la AFP el rey de la “cocina pop”, quien confesó que si puede tener ocho mesas, las reduciría de todos modos a siete.

En el otro extremo de la península, en Sicilia, Gianpaolo Molisena, propietario de Portomatto, comparte la decisión de sus colegas y mantiene las puertas cerradas. Como ha invertido mucho en los últimos años, si abre “le costaría 100 para ganar sólo 30”, resume.

“Además, la idea de ir al restaurante, el encanto de cenar con amigos, de intercambiar, se pierde con las nuevas reglas. Los clientes se sienten vigilados”, lamenta.

Italia reabre los aeropuertos y España recibirá a turistas

Todos los aeropuertos de Italia abrirán a partir del 3 de junio tras el prolongado cierre de la península decretado por la pandemia de coronavirus.

“Se erán autorizados los viajes entre las regiones italianas así como los internacionales”, anunció la ministra de Trasnporte, Paola De Mucheli.

Por su parte, España anunció ayer sábado que reabrirá las puertas al turismo extranjero a partir de julio, mientras que las playas del sur de Europa se llenaban de cautos visitantes tras largos meses de confinamiento, todo un contraste con la imparable crecida de la pandemia en América Latina.

Los europeos redescubren poco a poco los placeres de un paseo o un baño, aunque bajo vigilancia.

“Lo más duro ha pasado (...) la gran ola de la pandemia ha sido superada”, aseguró en rueda de prensa el jefe de gobierno español, el socialista Pedro Sánchez.

Madrid y Barcelona podrán desde malana reabrir terrazas de bares, museos y hoteles.

Las precauciones siguen siendo de rigor en Europa. Después de Grecia y Francia, el gobierno italiano autorizó a sus ciudadanos ayer sábado a acudir a las playas, pero solamente para pasear o bañarse, sin poder tomar el sol en la arena. (Con información de AFP)

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