Edson Fachin ocupará el lugar del fallecido Teori Zavascki.

La corte suprema de Brasil designó para dirigir las investigaciones del escándalo de corrupción de Petrobras a un juez de perfil técnico, Edson Fachin, quien prometió actuar con "celeridad y transparencia".

Fachin, designado por sorteo entre cinco magistrados del Supremo Tribunal Federal (STF), sustituirá a Teori Zavascki, fallecido el mes pasado en un siniestro aéreo.

Su nombre era el preferido por quienes temen que la investigación "Lava Jato" sufra demoras o salga de la agenda, sobre todo en momentos en que centenares de nuevas investigaciones deben abrirse tras la reciente convalidación de las "confesiones premiadas" de 77 exejecutivos de la constructora Odebrecht.

El STF trata las denuncias contra personas con fuero privilegiado.

Los demás casos están en su mayoría en manos del juez de primera instancia Sergio Moro, quien saludó el nombramiento. "El ministro Edson Fachin es un jurista de elevada calidad y, como magistrado, se ha destacado por su actuación eficiente e independiente", destacó en una nota de prensa.

En sus primeras declaraciones públicas, Fachin, de 58 años, dejó claro que quería dar continuidad al trabajo de su "amigo" Zavascki, a quien definió como un "ejemplo de magistrado sereno, técnico, independiente e imparcial".

En un comunicado publicado por el STF, reconoció "la importancia" de su nueva misión y expresó su compromiso de actuar "con prudencia, celeridad, responsabilidad y transparencia".

El primer desafío de Fachin, que pidió ser incluido en el sorteo pese a tener menos antigüedad que otros colegas, será tratar las confesiones de Odebrecht. Según anticipa la Fiscalía, esas confesiones duplicarán la cantidad de investigados por la red de sobornos y desvíos multimillonarios de fondos públicos desde la petrolera estatal.

El avance de la Operación Lava Jato desató fuertes tensiones entre el Poder Judicial y el Congreso, donde hay más de medio centenar de legisladores bajo investigación. Las primeras filtraciones de la denominada "confesión del fin del mundo" mencionan al presidente Michel Temer y a varios de sus ministros y aliados, que niegan cualquier implicación en la trama que estafó el equivalente de unos 2.000 millones de dólares a Petrobras.

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