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Nuevo brote de coronavirus en Pekín: prohíben viajar y cierran las escuelas

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Solo viajes excepcionales; incluso se cortó la comunicación área con otras provincias chinas. Foto: Reuters

EL COVID-19 EN CHINA

Pekín pidió a los residentes evitar los viajes “no esenciales”, en tanto que quienes viven en zonas de “riesgo alto o medio” de infección tienen totalmente prohibido abandonar la ciudad.

Al parecer, China se tomó muy en serio el nuevo brote de coronavirus en Pekín, al punto que ordenó el cierre de todas las escuelas de la ciudad y prohibió o limitó los viajes a sus 21 millones de habitantes.

Pekín pidió a los residentes evitar los viajes “no esenciales”, en tanto que quienes viven en zonas de “riesgo alto o medio” de infección tienen totalmente prohibido abandonar la ciudad.

Aunque no está en un confinamiento como Wuhan -donde surgió la pandemia a fines de 2019-, Pekín entró en un modo de “tiempo de guerra” en varios distritos. Vecindarios establecieron controles de seguridad las 24 horas.

La subsecretaria general del gobierno municipal, Chen Bei, anunció en rueda de prensa que la ciudad pasa del tercer al segundo nivel de emergencia, con lo que, entre otras medidas, las comunidades de vecinos volverán a comprobar la identidad y el estado de salud de los residentes y a tomarles la temperatura.

Las nuevas medidas no implican que se detenga el trabajo o la producción, aunque se aconsejó el trabajo desde casa y usar siempre mascarillas en lugares cerrados.

“Cualquier persona que deba salir de Pekín deberá entregar un certificado que pruebe haber dado negativo en un test realizado en los últimos siete días”, indicó Chen Bei.

Además se dispuso el cierre de todas las escuelas, colegios y universidades, la mayoría de los cuales habían reabierto, y los alumnos retomarán sus cursos en línea.

“La situación epidémica en la capital es extremadamente grave”, dijo Xu Hejian, portavoz del ayuntamiento, que habló de “carrera contrarreloj” contra el coronavirus.

La ciudad empezó a hacer decenas de miles de pruebas, pese a que la enfermedad había prácticamente desaparecido.

Mercado de Pekín en el que se detectaron casos de coronavirus. Foto: Reuters
Mercado de Pekín en el que se detectaron casos de coronavirus. Foto: Reuters

El nuevo foco de coronavirus en Pekín se detectó el pasado jueves y ya hay más de un centenar de casos registrados.

El ministro de Sanidad anunció ayer martes 27 nuevos enfermos en Pekín, lo que lleva a 106 el número total de casos registrados desde hace cinco días en la ciudad, donde desde hacía dos meses no había contagios.

El nuevo brote surgió en el inmenso mercado al por mayor de Xinfadi, en el sur de Pekín. También se registraron varios casos en otros mercados, ahora cerrados.

El ayuntamiento ordenó el confinamiento de unas 30 zonas residenciales. Sus miles de habitantes no tienen derecho a salir de ellas, pero pueden recibir comida.

Aunque en Pekín solo hubo nueve muertos desde diciembre por COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo seguir “muy de cerca” la situación y habló de enviar más expertos a la ciudad, ante el temor de una segunda ola.

Pekín tiene capacidad para hacer test a más de 90.000 personas cada día, según la agencia de noticias Xinhua.

El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) afirmó que la cepa descubierta en el mercado corresponde a una frecuente en Europa. Pero esto “no basta para certificar que proviene de productos del mar de importación”, dijo el epidemiólogo jefe del CDC, Wu Zunyou. “Solo pudo venir de una persona contaminada”, aseguró.

América Latina, hambre

En este lado del mundo, la población en condiciones de pobreza extrema en América Latina y el Caribe podría llegar a 83,4 millones de personas en 2020 producto de la crisis provocada por la pandemia de la COVID-19, lo que implicaría un alza significativa en los niveles de hambre.

Por el aumento del desempleo y la caída en los ingresos, millones de personas no pueden adquirir suficientes alimentos, y otras están teniendo que optar por alimentos más baratos y de menor calidad nutricional, alertaron ayer martes la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Tras siete años de lento crecimiento, América Latina y el Caribe podría ver la mayor caída del PIB regional en un siglo (-5,3%), lo que traerá en 2020 un aumento de la pobreza extrema de 16 millones de personas con respecto al año anterior, alcanzado los 83,4 millones en toda la región.

El impacto sobre el hambre sería muy significativo tomando en cuenta que en 2016-2018 ya había 53,7 millones de personas en inseguridad alimentaria severa en América Latina.

Lo anterior se desprende del informe “Cómo evitar que la crisis del COVID-19 se transforme en una crisis alimentaria: Acciones urgentes contra el hambre en América Latina y el Caribe” que ambos organismos presentaron y en el que proponen un decálogo de medidas para impedir que la crisis sanitaria se transforme en una crisis alimentaria.

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