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"Niños bombas", las nuevas armas de grupos terroristas

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Hicieron explotar a una niña en una comisaría de Siria.

Una niña fue usada para hacer explotar una comisaría en Siria. En Alemania desarticularon un plan para atentar contra un mercadito navideño en el que también iba a participar un niño. Los dos hechos se conocieron ayer y marcan una tendencia macabra: el empleo de niños como armas de los grupos terroristas.

En el atentado en Damasco, capital de Siria, los terroristas usaron a una niña de entre 7 y 9 años de edad, a la que se hizo saltar por el aire al estallar su carga explosiva que llevaba a modo de cinturón. Los terroristas hicieron entrar a la niña en la comisaría y activaron el dispositivo explosivo a distancia. La niña murió y un agente fue levemente herido. Otras versiones hablan de tres policías heridos.

La niña dijo a los agentes que se había perdido y que necesitaba ir al baño, donde la carga fue accionada. Es la primera vez en Siria que una niña es utilizada para cometer un atentado con un cinturón explosivo.

La agencia oficial Sana evocó solamente "informaciones sobre una explosión terrorista en la comisaría".

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) con sede en Londres, también informó de la explosión y detalló que había una mujer muerta.

La cadena de noticias Ikhbariya mostró imágenes borrosas de lo que parecía ser la cabeza de una niña en una frazada y escenas de destrucción dentro de lo que dijo era la dependencia policial.

Alemania.

El terrorismo no sabe de fronteras y su modus operandi lo lleva por todo el mundo.

A casi 4.000 kilómetros de Siria, en Alemania, un niño de apenas 12 años, radicalizado por el Estado Islámico, intentó dos veces atacar un mercadito de Navidad con una bomba rudimentaria rellena de clavos. El intento resultó fallido, pero el niño, un alemán-iraquí, se convirtió en la nueva pesadilla que inquieta a Alemania en estas horas y afecta una de sus tradiciones más queridas.

El niño intentó atacar primero el 26 de noviembre, en el Weihnachtsmarkt (mercado navideño) de la ciudad de Ludwigshafen, según el semanario alemán Focus.

El explosivo, una "bomba de clavos", no estalló y por eso algunos días después, el 5 de diciembre, el niño lo ubicó en un "arbusto cerca del municipio" de Ludwigshafen.

Una fuente oficial de la Cancillería alemana confirmó los detalles al semanario pero precisó que, según la Policía, la bomba hubiera podido quemar pero no estallar.

Según los investigadores consultados por Focus, el niño estaba "fuertemente radicalizado" y probablemente "instigado o guiado" por un "componente desconocido" del Estado Islámico.

En el verano boreal pasado el niño ya quería ir a Siria para unirse al Estado Islámico.

La Fiscalía federal confirmó que está investigando sobre la bomba, y la ciudad de Ludwigshafen afirmó que el niño está en un "lugar seguro" y no puede hacer daño.

Otro mercadito de Navidad, en la ciudad de Estrasburgo, había sido puesto en la mira por islámicos que querían atacar con una olla bomba en diciembre de 2000, pero fueron detenidos y condenados.

Este nuevo caso está afectando a una Alemania ya estresada por meses de noticias de atentados y delitos cometidos por refugiados y extranjeros.

"Naturalmente es una información que horroriza", comentó Steffen Seibert, portavoz de la canciller Angela Merkel. ANSA, AFP, REUTERS

SIRIA

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