El principal negociador estadounidense por el acercamiento con Cuba, Ricardo Zúñiga,advirtió que la normalización de las relaciones diplomáticas "tomará tiempo".

Ricardo Zúñiga, el negociador principal norteamericano del acercamiento Estados Unidos-Cuba, descorrió este viernes un poco la cortina de las pláticas secretas bilaterales y estimó que la normalización de relaciones "tomará tiempo".

"Este proceso (normalización) va a tomar mucho tiempo, pero vamos en la dirección correcta. Hay objetivos a corto plazo, como el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, que se hará en varias etapas", dijo Zúñiga al diario opositor digital 14ymedio.

Zúñiga, director para el Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, representó a Estados Unidos en las pláticas secretas, junto a Ben Rhodes, viceconsejero de seguridad nacional, según informó.

"Por parte de La Habana, participó un grupo de funcionarios, pero dejaremos que La Habana los identifique si así lo decide más adelante", dijo.

Esas pláticas desembocaron en el histórico anuncio que hicieron los presidentes Barack Obama y Raúl Castro el 17 de diciembre pasado, comenzando a finalizar medio siglo de enemistad y hostilidad.

"La única 'negociación' como tal tuvo que ver con el canje de los agentes de la inteligencia cubana encarcelados en Estados Unidos a cambio de un agente de inteligencia preso en Cuba y de la libertad de Alan Gross", reveló.

Señaló que ambas partes "comenzamos viendo los intereses de ambos lados y determinando qué podíamos poner sobre la mesa. Ya después pudimos entrar en más detalles sobre lo que realmente era posible".

"Existieron obstáculos durantes las conversaciones, tenemos una historia muy larga con problemas muy serios y conceptos muy diferentes en materia de gobernanza, democracia y derechos humanos. Pero fuimos prácticos", admitió.

Explicó que el papa Francisco "dejó saber al presidente Obama cuando se vieron en marzo de 2014 que tenía muchos deseos de promover una apertura que pudiera beneficiar a los pueblos de los dos países. Después de esa reunión, el papa envió una carta personal a los dos mandatarios para expresar su apoyo a la búsqueda de una fórmula para resolver los problemas".

"Unos meses antes del anuncio, nos reunimos las dos partes en el Vaticano con un alto funcionario de la Santa Sede para explicarle los puntos que cada lado había discutido y sobre los cuales estábamos dispuestos a avanzar. Esta reunión fue clave para llegar a los acuerdos de diciembre", señaló.

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