"Hemos contactado con el Departamento de Estado y estamos en proceso de recabar información para entender cómo esta orden ejecutiva se aplicaría a jugadores de nuestra liga que son de uno de los países afectados", dijo Mike Bass, portavoz de la NBA. La NBA es una competición "global" y dijo que está "orgullosa de atraer a los mejores jugadores de todo el mundo", dijo.

La NBA está preocupada por el impacto en la liga del decreto sobre inmigración de Donald Trump.

Los jugadores Thon Maker, de los Milwaukee Bucks, y Luol Deng, de Los Angeles Lakers, son originarios de Sudán, uno de los siete países afectados por las medidas. Maker jugó el viernes en Toronto y pudo regresar a Estados Unidos sin incidentes aunque ese día comenzó a aplicarse la orden ejecutiva.

Además de jugadores potencialmente afectados, la liga mantiene un programa llamado Baloncesto Sin Fronteras, que identifica talentos en el extranjero y que ha facilitado por ejemplo a jóvenes sudaneses permisos para jugar en institutos y universidades de Estados Unidos.

Varios jugadores y entrenadores de la NBA, incluidas estrellas como LeBron James y leyendas como Gregg Popovich, han expresado en los últimos meses su oposición frontal a muchas de las ideas de Trump. Tras la aprobación de la orden sobre inmigración, el jugador de los Brooklyn Nets Rondae Hollis-Jefferson, que es musulmán, dijo que "no se puede juzgar a todo un grupo por las acciones de uno. Siento que esto no es correcto".

DECRETOS DE TRUMP