El actor egipcio famoso por su rol como el doctor Zhivago en la película ganadora del Oscar, falleció a los 83 años, reportó el viernes la televisión estatal egipcia.

El actor Omar Sharif, famoso por su rol como el doctor Zhivago en la película ganadora del Oscar, falleció a los 83 años, reportó el viernes la televisión estatal egipcia.

El actor egipcio alcanzó la fama innernacional en Lawrence de Arabia (1963) y protagonizó Doctor Zhivago (1965), falleció ayer de un paro cardíaco en un hospital de El Cairo, según informó la cadena Al Arabiya.

El actor padecía desde hace algún tiempo el mal de Alzheimer. Nacido como Michel Demitri Chalhoub en Alejandría, Egipto, el 10 de abril de 1932, Sharif debutó en cine a los 22 años bajo las órdenes del gran cineasta egipcio Youseff Chahine.

Allí conoció a la actriz Faten Haman, una de las más populares de Egipto, que pronto se convirtió en su esposa en la vida real y su frecuente pareja en la pantalla (se divorciaron en 1974 y Hamana murió en enero de este año; tuvieron un hijo, Tarik Sharif, quien encarnó al Zhivago niño que su padre interpretaría al crecer)).

Sharif actuó en 18 películas en Egipto antes de llamar la atención del maestro británico David Lean, quien le proporcionó el papel del príncipe Alí en su brillante Lawrence de Arabia: la secuencia de presentación del personaje en ese film es de las que crean una estrella, y su labor le valió una candatura al Oscar. Nuna ganó el premio de la Academia pero sí tres Globos de Oro, uno de ellos por Doctor Zhivago (los otros dos fueron por Lawrence, como actor de reparto y como revelación).

Su apostura y su innegable presencia en pantalla (no necesariamente su histrionismo) le valieron que continuara una extensa carrera en la que actuó con frecuencia para verdaderos grandes como Anthony Asquith (El Rolls Royce amarillo, 1964), Fred Zinnemann (La sangre llama, 1964), Anthony Mann (La caída del Imperio Romano, 1965), Francesco Rosi (Y vivieron felices, 1966), Anatole Litvak (La noche de los generales, 1967), o William Wyler (Funny Girl, 1968) o John Frankenheimer (Los centauros, 1971),

Su carrera posterior tuvo altibajos, y su afición a los juegos de azar le provocó algunos dolores de cabeza extracinematográficos. Más cerca recibió amenazas de muerte por parte de extremistas musulmanes por haber encarnado a San Pedro en una miniserie de la RAI. Esos enojados le objetaron que el actor (que era musulmán pero no mucho) hubiera interpretado a un santo católico. Entre numerosas labores menores, en sus últimos años destacó particularmente su papel en el film francés El señor Ibrahim y las flores del Corán (2003), que era un llamado ala tolerancia entre las culturas y las religiones.

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