TRAGEDIAS

Al menos 20 migrantes perdieron la vida el jueves al naufragar un segundo bote con el que pretendían cruzar el Mediterráneo y llegar a Europa desde Libia, informó ayer viernes la Organización Internacional de las Migraciones (IOM).

Con esta nueva tragedia, ascienden a 94 las personas que perdieron ese día la vida en el mar después de que otras 74 perecieran al hundirse un primer bote que había salido de las playas de la ciudad de Al Khoms, unos 50 kilómetros al este de Trípoli, con 121 pasajeros a bordo.

Un total de 47 migrantes más fueron rescatados por un pesquero local y llevados a tierra, mientras que servicios de guardacostas libios habían logrado recuperar un total de 31 cadáveres.

“Los cuerpos sin vida han seguido llegando a tierra”, explicó la portavoz de la OIM para Libia, Safa Msehli.

Este es el cuatro naufragio en la última semana frente a las costas de Libia, un país sumido en una guerra civil desde la caída de la dictadura de Muamar el Gadafi en 2011.

El martes, al menos 13 personas desaparecieron en aguas internacionales al hundirse su bote neumático, que había salido unas horas antes de un playa próxima a la capital libia.

El miércoles, seis migrantes más perdieron la vida al volcar la embarcación en la que también pretendían huir tras haber pagado en torno a mil euros a las mafias que actúan en la costa oeste de Libia, un territorio bajo control del Gobierno de Acuerdo Nacional que sostiene la ONU en Trípoli (GNA) desde el fallido plan de reconciliación de 2015.

Ambos naufragios coincidieron con el rescate de otras 85 personas por parte del barco humanitario de la ONG española Proactiva Open Arms en el Mediterraneo, considerada la ruta más mortífera del mundo. En menos de dos días, la tripulación del barco humanitario español ha realizado tres rescates y a bordo lleva ahora a más de 250 supervivientes y 6 cadáveres, entre ellos de un bebé.

Según la OIM, en la última semana más de un millar de migrantes han sido devueltos a Libia. Más de 11.000, entre ellas 638 menores, han sido interceptadas y devueltas a Libia en los once meses de este año, mientras que 236 han perecido en el mar y 360 están desaparecidas.