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Militares empezaron patrullaje en Río y aprietan las tuercas en las favelas

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Entre 60 y 80 miembros de las Fuerzas Armadas Brasileñas se desplegaron por "varios puntos estratégicos". Foto: Reuters

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Los militares debían vigilar hoy la turística playa de Copacabana, los alrededores del Botafogo Praia Shopping, así como el barrio de Estácio donde hace cerca de dos semanas fue asesinada a tiros la concejal Marielle Franco.

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Entre 60 y 80 miembros de las Fuerzas Armadas Brasileñas se desplegaron por "varios puntos estratégicos". Foto: AFP
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Pequeños grupos de militares empezaron a patrullar este martes Río de Janeiro y más de 3.000 soldados hicieron un nuevo operativo en una favela, más de un mes después de la intervención militar en este estado brasileño donde la violencia sigue desatada.

Con sus uniformes de camuflaje y armas largas, entre 60 y 80 miembros de las Fuerzas Armadas Brasileñas se desplegaron por "varios puntos estratégicos" del centro y de la rica zona sur de la ciudad en un "patrullaje dinámico" de rondas para apoyar a la policía, explicó a la AFP el coronel Carlos Cinelli, portavoz del Comando Conjunto.

Los militares, que ya fueron desplegados ostensivamente en grandes eventos como los Juegos Olímpicos de 2016, debían vigilar hoy la turística playa de Copacabana, los alrededores del Botafogo Praia Shopping -que tuvo que cerrar momentáneamente el lunes a causa de un tiroteo-, así como el barrio de Estácio, donde hace cerca de dos semanas fue asesinada a tiros la concejal Marielle Franco.

En los alrededores de la iglesia de la Candelaria, una de las principales zonas de oficinas del centro, también se hizo ver un contingente, que era mayoritariamente aplaudido.

"Los militares tienen que entrar porque la ciudad está demasiado violenta. Quizás no sean una solución a largo plazo, pero sí a corto", afirmó Cristiane Dalt, una gerente de marketing de 45 años.

Carlos Antonio Oliveira, un vendedor de 53 años, cree que la presencia de los uniformados deja el ambiente "más tranquilo", pero que "deberían hacer patrullas donde se necesita, en la carreteras y bocas de las favelas donde hay robos de cargas de camiones" perpetrados por traficantes y milicias parapoliciales.

Sensación de seguridad

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"Parece una operación para el aumento de la visibilidad, para dar más sensación de seguridad. El problema es que los militares no están preparados ni equipados para algunas situaciones de patrullaje" y solo responden ante la justicia militar en caso de problemas, advierte Arthur Trindade, profesor de la Universidad de Brasilia y exsecretario de seguridad del Distrito Federal.

Esta nueva tarea de los militares se suma a sus acciones para "recuperar" los corrompidos cuerpos policiales y a los operativos en las empobrecidas favelas desde que el presidente Michel Temer decretó el 16 de febrero la intervención de Rio, una medida inédita desde el retorno de la democracia en 1985 y duramente criticada por organizaciones de defensa de los derechos humanos.

Hasta ahora la favela Vila Kennedy (oeste) funcionó como laboratorio de sus operaciones, pero este martes 3.400 hombres de las Fuerzas Armadas entraron con blindados en las comunidades de Lins de Vasconcelos, en el norte, donde previamente la policía se enfrentó a tiros con presuntos traficantes.

Los militares también hicieron un operativo este martes en la cárcel de Bangú 3 para ayudar a la detección de armas de fuego.

La intervención militar no ha frenado la ola de violencia en Rio, donde solo este fin de semana ocho personas fallecieron en un operativo policial en Rocinha, la gigantesca favela contigua a los barrios más acomodados de la ciudad, y cinco jóvenes también fueron asesinados presuntamente a manos de la milicia en Maricá, en los suburbios de Rio.

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