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"Si mi hijo cometió un error, tendrá que pagar", dice Bolsonaro

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Bolsonaro, ayer en Davos, dejó esperando a los periodistas. Foto: AFP

Brasil

Flávio debería asumir en febrero una banca en el Senado.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó ayer miércoles que si las sospechas sobre movimientos financieros de su hijo mayor se comprueban, éste deberá "pagar el precio" por sus acciones.

"Si por ventura cometió un error y eso se comprueba, lo lamento como padre, pero pagará el precio de esa acción, que no podemos aceptar", respondió Bolsonaro en una entrevista con la agencia de noticias Bloomberg en Davos, Suiza, donde participa en el Foro Económico Mundial.

Es la primera vez que Bolsonaro se pronuncia de forma contundente desde que salieron a la luz movimientos atípicos en la cuenta de su hijo Flávio, diputado de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro y senador federal electo.

El Consejo de Control de Actividades Financieras (COAF), órgano antilavado de Brasil, detectó 48 depósitos de 2.000 reales cada uno, realizados en su cuenta bancaria entre junio y julio de 2017, por un valor total de 96.000 reales (US$ 30.000 al tipo de cambio promedio de ese año).

Los 48 depósitos fueron hechos en cinco días diferentes y con pocos minutos de diferencia entre sí, en un cajero automático de la Asamblea Legislativa de Río.

El primogénito de los Bolsonaro, que asumirá su cargo de senador en febrero, niega cualquier irregularidad y afirma que el dinero en efectivo fue obtenido de forma transparente mediante la venta de un apartamento en Río de Janeiro.

Dos de sus hermanos también se dedican a la política. Eduardo es diputado federal y Carlos es concejal en Río.

Flávio, de 37 años, es licenciado en Derecho y con un postgrado en Ciencias Políticas, fue elegido senador en octubre tras obtener un 31,3 % de los votos en el estado de Río. Se ha desempeñado como diputado regional en Río desde 2003 y disputó sin éxito los comicios para alcalde en 2016.

Las primeras sospechas Flávio fueron reveladas en diciembre por el periódico Estadao, que publicó un movimiento de 1,2 millones de reales en las cuentas de Fabricio Queiroz, un exfuncionario de Flávio Bolsonaro en su despacho en el Legislativo de Río.

La investigación para determinar el origen del dinero, a cargo de la fiscalía de Río de Janeiro, fue suspendida de forma temporaria por la corte suprema, a pedido de Flávio Bolsonaro, un episodio que aumentó aún más la atención de la prensa local y de la opinión pública en el caso.

La prensa brasileña también apuntó el martes sospechas sobre la vinculación de funcionarios del despacho de Flávio en la Asamblea Legislativa de Río con personalidades del crimen organizado.

Según estos reportes, el despacho de Flávio empleó durante algunos años a la madre y la esposa de Adriano Magalhães, un expolicía que desde este martes está prófugo de la justicia por su actuación en milicias parapoliciales, y a quien algunos medios señalan —de forma extraoficial— como sospechoso del asesinato de la concejal negra Marielle Franco en marzo de 2018.

Flávio afirmó que la contratación de ambas funcionarias era responsabilidad de Queiroz y que cualquier intento de vincular su nombre con el crimen organizado es parte de una "campaña de difamación" para afectar el gobierno de su padre.

El presidente Bolsonaro, luego de que se divulgara la entrevista que concedió a Bloomberg, canceló una conferencia de prensa en la que debía comparecer junto a varios de sus ministros en Davos. "No habrá conferencia de prensa (...) Les habríamos avisado antes si lo hubiéramos sabido antes", dijo una responsable de comunicación del Foro Económico Mundial tras 20 minutos de espera en una sala llena de periodistas.

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