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Mensaje de Joe Biden a China: "No queremos otra Guerra Fría"

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Joe Biden en su discurso de la Asamblea de Naciones Unidas 2021. Foto: AFP

ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU

El presidente chino Xi Jinping cargó contra las intervenciones militares y los intentos de imponer la democracia a otros países, en una crítica a Estados Unidos.

Los presidentes estadounidense Joe Biden y chino Xi Jinping tuvieron ayer martes su cruce en la Asamblea General de Naciones Unidas, en un momento en que ambas potencias rivales han tensado sus relaciones.

Biden aseguró que no quiere “una nueva Guerra Fría” con China y defendió el multilateralismo en respuesta a los aliados europeos que le acusan de seguir la misma línea que Donald Trump en política exterior.

“No queremos una nueva Guerra Fría o un mundo dividido en bloques rígidos”, dijo Biden. No obstante, “Estados Unidos va a participar en la competición con vigor”, advirtió al ofrecer su visión de la confrontación con China, sin nombrar a la potencia rival.

“Con nuestros valores y nuestra fuerza, vamos a defender a nuestros aliados y a nuestros amigos, y nos oponemos a los intentos de países más fuertes de dominar a los más débiles”, remachó.

Biden se comprometió a combatir las “autocracias” y prometió “defender la democracia”.

Pero la retirada de Afganistán, que concluyó en el caos a finales de agosto, y la crisis abierta con Francia en el caso de los submarinos, que estalló la semana pasada, empañaron el mensaje del presidente estadounidense.

Francia considera como una “puñalada en la espalda” el acuerdo de seguridad entre Estados Unidos, Australia y Reino Unido para hacer frente a China en el Pacífico, conocido como AUKUS, sin incluir a los franceses que perdieron un millonario contrato los australianos para fabricar submarinos.

Señal del malestar francés, un asesor cercano del presidente Emmanuel Macron, el gran ausente de la Asamblea de la ONU, dijo que la conversación telefónica esperada “antes del fin de semana” con Joe Biden “no será un intercambio de reconciliación” sino de “aclaración”.

Respuesta china

A su turno, el presidente de China, Xi Jinping, cargó en la ONU contra las intervenciones militares y los intentos de imponer la democracia a otros países, en una crítica a Estados Unidos.

“La reciente evolución de la situación internacional ha demostrado una vez más que la intervención militar por fuerzas externas y la supuesta transformación democrática son sumamente dañinas”, señaló Xi Jinping en un mensaje por video a la Asamblea General de Naciones Unidas.

El líder chino, que inicialmente no tenía previsto intervenir este año ante la ONU, lo hizo finalmente con un discurso grabado en el que no mencionó directamente a Estados Unidos, pero en el que dejó varios mensajes para el gobierno de Biden.

El presidente Xi Jinping llamó “a renunciar a los pequeños círculos excluyentes y el juego de suma cero”.

“El éxito de un país no implica necesariamente el fracaso del otro, porque en el mundo caben plenamente el crecimiento y el progreso conjuntos de todos los países”, defendió.

Así, llamó al diálogo para “construir un nuevo tipo de relaciones internacionales” y un “verdadero multilateralismo”, en un momento en el que el mundo se encuentra “ante una encrucijada histórica”.

“China nunca ha invadido o atropellado a otros, ni buscado la hegemonía en el pasado, tampoco lo hará en el futuro”, afirmó.

Al margen de las tensiones geopolíticas, Xi Jinping abordó en su discurso otras cuestiones como el COVID-19, una pandemia que el mundo superará “tarde o temprano”, dijo.

“Las vacunas son nuestra arma poderosa contra la pandemia”, dijo el mandatario chino, que insistió en que deben considerarse un “bien público global” y estar al alcance de todos los países.

“Al borde del abismo”

En previsión de este intercambio, el secretario general de Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres, advirtió en la inauguración de la Asamblea General a Estados Unidos y China sobre una degradación de las crisis mundiales que será “mucho menos previsible que la Guerra Fría”. Para evitarlo, pidió a las dos superpotencias “diálogo” y “comprensión”.

Guterres abrió la Asamblea General haciendo sonar la señal de “alarma” ante un mundo que “nunca ha estado tan amenazado ni tan dividido”.

“El mundo debe despertar. Estamos al borde de un abismo y moviéndonos en la dirección equivocada”, dijo Guterres.

El diplomático portugués presentó un sombrío análisis de la coyuntura internacional, marcada a su juicio por la falta de unión en la respuesta a la pandemia, los pocos avances en la lucha contra el cambio climático, las crecientes desigualdades y las crisis en países como Afganistán, Yemen y Etiopía.

En lo referente al covid, Guterres denunció la “obscenidad” que supone que muchos países ricos hayan vacunado ya a la mayoría de su población mientras en lugares como África más del 90% de la población espera aún la primera dosis.

Mientras, destacó el creciente impacto del calentamiento global y demandó a todos los países que actúen rápidamente, empezando con compromisos ambiciosos en la próxima cumbre del clima (COP26), que se celebra en noviembre en Glasgow (Reino Unido).

Además, apuntó que la pandemia y la crisis climática han sacado a relucir muchos de los grandes problemas globales, como la falta de solidaridad, el egoísmo, la corrupción y la enorme desigualdad que están disparando la desconfianza y la desesperanza entre los ciudadanos.

“Cuando ven a milmillonarios de paseo por el espacio mientras millones pasan hambre en la tierra... Cuando los padres ven un futuro para sus hijos que pinta peor que los problemas de hoy... Cuando los jóvenes no ven un futuro...”, enumeró.

Guterres alertó además de la situación en varias zonas de conflicto, empezando por Afganistán, donde urgió al mundo a multiplicar la ayuda humanitaria y a “defender los derechos humanos, especialmente de las mujeres y las niñas”. Lamentó además la “vuelta de los golpes militares” en varias regiones del mundo y culpó de ellos, en parte, a la falta de unidad de la comunidad internacional.

Fernández pidió un marco global para la deuda

El presidente de Argentina, Alberto Fernández, abogó ayer martes, ante la Asamblea General de Naciones Unidas, por crear un marco global para reestructuraciones de deudas soberanas y por establecer mecanismos de canje de “deuda por clima”, al tiempo que reiteró el reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas. En un mensaje grabado en Buenos Aires, Fernández advirtió que en el contexto de pospandemia está “latente” el riesgo de una “debacle generalizada de deudas externas” en los países en desarrollo. Puntualizó que los países de Latinoamérica y el Caribe destinan el 57% de sus exportaciones al pago de servicios de la deuda y afirmó que Argentina ha sido “sometida” a un endeudamiento “tóxico e irresponsable” con el FMI, organismo al que Argentina debe unos 45.000 millones de dólares merced a un acuerdo de auxilio financiero firmado en 2018. “Desde este caso de deudicidio que clama al mundo financiero global, enfatizo que resulta clave rescatar los principios de sostenibilidad de la deuda que se han debatido y acordado en Naciones Unidas en 2015”, dijo.

Bolsonaro en contra del pasaporte sanitario

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, aseguró ayer martes en la apertura de la Asamblea General de Naciones Unidas que está en contra del pasaporte sanitario pero “apoya los esfuerzos” de vacunación contra el covid. “Apoyamos la vacunación, sin embargo, nuestro gobierno está en contra del pasaporte sanitario o de cualquier obligación relacionada con la vacuna”, aseguró en la ONU.

Bolsonaro fue el primero en hablar en la Asamblea, como lo manda la tradición, tras el discurso de inauguración del secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

“Desde el principio de la pandemia apoyamos la autonomía del médico en busca del tratamiento precoz, siguiendo la recomendación del Consejo Federal de Medicina”, aseguró Bolsonaro. No obstante, informó que su gobierno distribuyó más de 260 millones de dosis de vacunas y más de 140 millones de brasileños -casi el 90% de la población adulta- han recibido por lo menos la primera pauta. El 80% de la población indígena está totalmente vacunado, aseguró.

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