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Mea culpa de Merkel por avance de ultra derecha

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En las regionales del domingo, el partido de Merkel volvió a ceder terreno. Foto: Reuters
German Chancellor and chairwomen of the Christian Democratic Union (CDU) Angela Merkel and top candidate for the Berlin city-state elections Frank Henkel (L) leave a news conference in Berlin, Germany, September 19, 2016. REUTERS/Fabrizio Bensch GERMANY-ELECTION/
FABRIZIO BENSCH/REUTERS

Canciller dijo que su política de inmigratoria tuvo errores.

La canciller alemana Angela Merkel esbozó ayer lunes un mea culpa sobre su política de inmigración, tras sufrir otro revés electoral en las regionales del domingo, que la deja muy frágil a un año de las elecciones legislativas.

Al hacer el balance del resultado históricamente bajo de su partido, la CDU, que obtuvo el domingo apenas 17,65% de los votos en Berlín —su peor resultado en la ciudad desde la posguerra—, Merkel reconoció haber cometido errores en su política migratoria.

"Si pudiera remontaría el tiempo varios años para poder, con el gobierno y los otros responsables, prepararnos mejor ante la situación que nos sorprendió un poco al final de verano de 2015", cuando centenas de miles de refugiados afluyeron hacia Alemania, dijo la canciller.

"Dios sabe que no siempre hemos tomado buenas decisiones en los últimos años", dijo Merkel, aunque defendió la decisión "totalmente justificada" de abrir las frontera del país a los refugiados, en su mayoría provenientes de Siria.

La canciller prometió que haría todo para evitar un nuevo caos como el del otoño boreal de 2015, que condujo a una "pérdida de control" parcial en las fronteras de su país.

Esa política de acogida ha dado alas al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), y suscitado críticas en otras formaciones políticas, y en una parte creciente de la opinión pública alemana.

La Unión Demócrata Cristiana (CDU), el partido conservador de Merkel, "está bajo la amenaza de una pérdida enorme y durable de la confianza de sus electores", advirtió Markus Söder, uno de los responsables de la Unión Social Cristiana (CSU), el partido aliado en Baviera, que exige un endurecimiento radical de la política migratoria.

La CDU pierde posiciones sobre todo con relación al partido antiinmigración AfD, que logró 14,2% de los votos en Berlín.

Elección tras elección, AfD está quebrando uno de los tabúes de la posguerra: la instalación a largo plazo de un partido de extrema derecha.

Fenómeno que se extiende.

Algunos años después que otros países, Alemania registra la emergencia de un movimiento de derecha conservador antiinmigración, como el Frente Nacional en Francia o la extrema derecha en Austria.

El mismo fenómeno se registra en Polonia, Hungría y en Estados Unidos con la candidatura de Donald Trump a la elección presidencial.

El avance de AfD en una gran metrópolis como Berlín, conocida por su espíritu liberal y cosmopolita, confirma que el partido fundado hace apenas tres años no limita su influencia a las zonas de la ex Alemania comunista.

El resultado de Berlín coloca a AfD en una muy buena posición para entrar al parlamento federal en las elecciones legislativas de 2017. "Somos un partido establecido", se congratuló Jörg Meuthen, uno de sus dirigentes.

El domingo, la CDU registró su quinto retroceso electoral consecutivo en elecciones regionales.

La CDU participa sólo en seis de los 16 gobiernos regionales de Alemania y encabeza tan solo cuatro, señalaron los analistas.

El Partido Social Demócrata (SPD) también obtuvo su peor resultado electoral de la posguerra en Berlín, con 21,6% de los votos, pero conserva la alcaldía.

"Con el desaliento que se instala, el temor a una pérdida del poder en 2017 podría amplificarse en la CDU" y "aumentar la presión para que Merkel explique más su estrategia política", consideró el analista político Gero Neugebauer, en el diario Handelsblatt.

Dar marcha atrás.

Desde el inicio de 2016, Merkel comenzó a tomar medidas para restringir el acceso de refugiados y migrantes.

Hace unos días tomó distancia de su eslogan "Podemos hacerlo" que marcó su política migratoria, frase que se le reprocha cada vez más ante las dificultades que hay para la integración de los refugiados.

Esa frase se "ha escuchado demasiado" y "suena vacía", dijo Merkel en una entrevista concedida al semanario Wirtschaftswoche.

El rechazo a la política migratoria de la canciller ha generado dudas sobre si Merkel, de 62 años, se postulará a un cuarto mandato en 2017. Pero dado que su partido cuenta con pocas alternativas buenas, ella sigue siendo la candidata más probable.

"Merkel utiliza la incertidumbre en la CDU sobre lo que podría pasar en el caso en que se retirara", opinó el lunes el diario Süddeutsche Zeitung.

Además tiene la ventaja de que no habrá más elecciones locales importantes antes de marzo del 2017. "Es la única buena noticia para Merkel", afirmó el lunes el diario Die Welt.

Fronteras reforzadas a inmigrantes en Europa

La Unión Europea defendió ayer lunes en Naciones Unidas su objetivo de reforzar sus fronteras y aseguró que no se repetirá otro año 2015 en cuanto a la llegada de migrantes al bloque. "Hoy la Unión Europea tiene un objetivo claro: restaurar el orden en sus fronteras exteriores", dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en su participación en la cumbre sobre refugiados y migrantes organizada por la ONU. Para Tusk, la reunión debe representar el cambio hacia un "enfoque pragmático" y hacia un sistema internacional con movimientos de población "más ordenados", en el que se reparta la responsabilidad. (EFE)

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En las regionales del domingo, el partido de Merkel volvió a ceder terreno. Foto: Reuters

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