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May advierte a Europa sobre la "amenaza rusa"

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Aliados: Macron, May y Merkel reunidos anoche en Bruselas. Foto: AFP

EL CASO DEL ESPÍA ENVENENADO

Reino Unido, Francia y Alemania suben la presión a Rusia.

El Reino Unido lanzó esta semana una fuerte ofensiva diplomática para advertir sobre la "amenaza rusa". La que encabeza esta ofensiva es la propia primera ministra británica, Theresa May, que ayer jueves apenas llegó a Bruselas pidió a sus aliados de la Unión Europea apoyo contra Moscú por su presunta implicación en el envenenamiento de un exespía ruso y su hija en suelo británico.

"La amenaza rusa no respeta fronteras, por eso estamos todos en riesgo", advirtió May en Bruselas, de donde espera surja una posición firme de la UE de condena al ataque en Salisbury (sur de Inglaterra) en el que se utilizó un agente neurotóxico fabricado durante la época soviética. Este ataque "forma parte de un patrón de agresión rusa contra Europa y sus vecinos cercanos", sostuvo May a los periodistas.

Desde el ataque del 4 de marzo contra Serguéi Skripal y su hija Yulia, considerado como el primer uso de un agente neurotóxico en las calles de Euro-pa desde la Segunda Guerra Mundial, Londres y Moscú libran una dura guerra de declaraciones.

El último episodio lo protagonizó el ministro británico de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, quien comparó el Mundial de Rusia-2018 con los Juegos Olímpicos de Berlín-1936 bajo Adolf Hitler, una comparación que Rusia tachó de "asquerosa".

Los hinchas ingleses estarán "seguros" en Rusia pese a la crisis latente entre Londres y Moscú, dijo por su parte el embajador ruso en Londres, Alexander Yakovenko, en un intento por calmar los ánimos.

En esta escalada de tensiones, ambas capitales procedieron además a la expulsión de 23 diplomáticos y la primera ministra británica llegó a anunciar la interrupción de contactos bilaterales.

Ayer jueves el embajador británico ante el Kremlin, Laurie Bristow, dijo que Rusia "tiene un historial de asesinatos patrocinados por el Estado, en Rusia y en el extranjero —incluyendo en 2006 el asesinato de (el exespía Alexander) Litvinenko con polonio radiactivo— y ve a los desertores como objetivos legítimos".

En términos similares se pronunció el embajador británico en Uruguay, Ian Duddy, en una entrevista publicada por El País el miércoles 21, que provocó la reacción de su colega ruso en Montevideo, Niko-lay V. Sofinskiy.

UE dividida.

La tarea de Theresa May en Bruselas no será fácil ya que las capitales europeas están divididas en cuanto a la posición a adoptar frente a Moscú.

Mientras que Alemania y Francia comparten la conclusión británica de que Rusia es la única responsable del ataque, otros países como Italia, Grecia o Austria, que no quieren tensar más la relación con Moscú, piden pruebas sobre la implicación rusa.

El proyecto de declaración de los 28 preparado para la cumbre europea refleja las diferentes posiciones de los Estados europeos, señalaron diplomáticos en Bruselas.

Según el borrador, los líderes se limitarán a expresar que toman "muy en serio la evaluación del gobierno británico según la cual es muy probable que la Federación de Rusia sea responsable", pero no mencionan eventuales sanciones.

"Debemos expresar nuestra solidaridad con Reino Unido, pero al mismo tiempo debemos investigar, debemos ser muy responsables en la gestión de este caso", declaró el primer ministro griego, Alexis Tsipras, al arribar a la cita.

Theresa May se reunió ayer jueves por la noche con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, para coordinar posiciones, antes de abordar el tema ruso con los otros 25 países durante la cena de trabajo.

Francia estaría dispuesta, si May lo desea, a ser más explícita en su apoyo a Reino Unido e incluso a adoptar eventuales medidas en coordinación con otros países europeos.

Mientras tanto, en Moscú, el presidente Vladimir Putin reunió el jueves a su consejo de seguridad en el que se abordó "la política inamistosa y provocadora de Reino Unido hacia Rusia", según un comunicado del Kremlin.

Rusia, que ya es blanco de sanciones económicas por su implicación en el conflicto en Ucrania, niega haber participado en el envenenamiento del exespía y su hija y llegó a insinuar que el ataque fue una "puesta en escena" de las autoridades británicas.

Un juez británico autorizó este jueves que los médicos les extraigan sangre para que esta sea analizada por expertos en armas químicas.

"Debemos jugar y ganarle el Mundial"

El ministro de Deporte británico, Matt Hancock, declaró ayer que la mejor manera de responder a Moscú tras el envenenamiento del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija sería que Inglaterra ganase el Mundial de fútbol en Rusia.

Ante la sugerencia de algunos diputados de no acudir al Mundial, el ministro respondió que "francamente", la "mejor respuesta" que se puede "dar a todo esto sería que Inglaterra juegue en el Mundial en Rusia y lo gane".

El Reino Unido ha anunciado que ningún dignatario de este país acudirá al Mundial, aunque de momento no ha recomendado a los ciudadanos que no viajen.

El miércoles Boris Johnson, el ministro de Asuntos Exteriores británico, comparó la actitud del presidente ruso Vladímir Putin respecto al Mundial con el uso propagandístico que hizo Hitler de las Olimpiadas de Berlín en 1936.

"No voy a criticar a Boris Johnson sobre esta cuestión. Lo más importante es proteger la seguridad de nuestros jugadores y de los aficionados", añadió el titular de Deportes.

Hancock aclaró a BBC que su comentario hacía referencia "a una pregunta específica" y que, "por supuesto, esto —ganar la copa— sería solo una porción muy pequeña de la respuesta del país en su totalidad".

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