La entrada de las tropas iraquíes a Mosul "es inminente", según altos oficiales en el puesto de avanzada de la Operación Mosul cerca de Bazwaia, tres kilómetros del perímetro del bastión del Estado Islámico en Irak. La coalición internacional guiada por Washington lanzó bombardeos para golpear posiciones de los yihadistas.
Pero antes de se derrotados, el Estado Islámico se está ensañando con la población civil y las reliquias históricas.
Al menos 232 personas fueron masacradas por el Estado Islámico esta semana cerca de Mosul, en momentos en que crecen los temores de un desplazamiento masivo de civiles en Irak.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU advirtió que el grupo extremista está "utilizando a decenas de miles de hombres, mujeres y niños como escudos humanos". La estrategia de los yihadistas es "utilizar la presencia de civiles para hacer que ciertos lugares, áreas y zonas militares sean inmunes a las operaciones militares", afirmó en un comunicado el Alto Comisionado Zeid Raad Al Hussein.
Según la ONU, el Estado Islámico está obligando a miles de personas a abandonar sus casas y forzando a civiles a ir a Mosul. Matan a los que se resisten y a los que pertenecieron a las fuerzas de seguridad iraquíes.
Cruces rotas y una estatua de la Virgen María aplastada integran la profanación que el Estado Islámico plasmó en la iglesia católica San Jorge en Bartella, a unos 20 kilómetros de Mosul.
La furia ideológica de los milicianos del Estado Islámico también se ha centrado en los cruces de las lápidas de los sacerdotes sepultados en esa edificación, construida en 1835.
"Estos de Estado Islámico son soldados del diablo", dijo el pastor del lugar consternado, el hermano Bhnam.
INMINENTE ATAQUE FINAL