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Maduro pide el regreso de su embajador

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El mandatario venezolano criticó al nuevo gobierno.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pidió ayer a su embajador en Brasil, Alberto Castellar, regresar a Caracas, luego de que ayer fuera destituida la jefa de Estado brasileña, Dilma Rousseff, en un proceso que el mandatario venezolano ha calificado como un "golpe de Estado".

"Hemos estado evaluando hoy, yo le pedí al embajador nuestro en Brasil, Alberto Castellar, que se viniera hasta Caracas", informó el jefe de Estado en una cadena de radio y televisión.

Castellar, que ya se encontraría en Caracas, se reunió con Maduro; la canciller, Delcy Rodríguez; el vicepresidente ejecutivo, Aristóbulo Istúriz, y "varios dirigentes del comando político" del país caribeño para analizar lo sucedido con Rousseff.

"Estuvimos evaluando, bueno, esta dolorosa página de la historia de Brasil (...) trataron de borrar la historia con una jugada totalmente injusta con una mujer que es la primera presidenta que ha tenido el Brasil", dijo el mandatario venezolano.

En ese sentido, Maduro calificó su destitución como una "canallada contra ella, contra su honor, contra la democracia, contra el pueblo brasileño".

Dilma Rousseff fue destituida de su cargo como presidenta la mañana del jueves tras una votación del Senado brasileño, en el que 55 senadores votaron a favor del "impeachment" (juicio político en el Senado) y 22 en contra.

Maduro consideró esta decisión como un "golpe de Estado" y llamó a sus homólogos de la región a la "reflexión".

"Miren, no crean los colegas presidentes o primeros ministros que por ser de partidos de la centroderecha, de la derecha, están exentos de que el virus del golpismo tome otra vez América Latina y con el virus del golpismo vengan las grandes convulsiones sociales otra vez (...) No, no podemos retrogradar en la historia", añadió.

Ayer de noche el mandatario venezolano aseguró que ahora "los hilos del poder" desde "el norte", en referencia a Estados Unidos, vendrían por Venezuela, después del "golpe de Estado" en Brasil.

"Vienen por Venezuela".

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, rechazó el jueves la suspensión de su par en Brasil, Dilma Rousseff, y consideró que el juicio político al que será sometida abre las puertas para una etapa de inestabilidad en todo el continente y, especialmente, para su gobierno.

"El golpe de estado en Brasil es una señal grave y muy peligrosa para el futuro de la estabilidad y la paz de todo el continente", dijo Maduro en un discurso televisado. "Sé que ahora vienen por Venezuela", agregó el mandatario el pasado jueves.

"Poderosas fuerzas oligárquicas, mediáticas e imperiales han decidido acabar con las fuerzas progresistas, liderazgos populares de izquierda y revolucionarios del continente", dijo. "Algunos creían que la arremetida era sólo contra Venezuela. No, vienen por todos", sentenció.

Maduro —a quien planean realizarle un referendum revocatorio — había convocado a sus seguidores a congregarse en el centro de la capital Caracas la tarde del jueves en apoyo a Dilma y tenía previsto dar un discurso. Pero habló desde el palacio de Gobierno. 

VENEZUELA

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