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Lula bajo el ala de Dilma hace estallar la indignación

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Tras hacer pública la designación el juez revela una conversación secreta.

El popular ex mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, acosado por sospechas de corrupción, asumió ayer el Ministerio de Presidencia (Casa Civil), la cartera más importante del gabinete de Dilma Rousseff, con el objetivo de atajar la crisis de gobernabilidad.

Esta cartera le otorgará a Lula una gran influencia, ya que desde ella podrá tener voz y voto en todas las decisiones de su sucesora, tanto en materia política como económica, y le convertirá en el principal interlocutor del Gobierno con el Parlamento.

Debido a esta acumulación de funciones, la oposición ha calificado a Lula como un "presidente en la sombra" que llega para reemplazar a una Rousseff que "abdicó" de su cargo y puso fin a su segundo mandato, tal como cuestionó su principal opositor el senador Aécio Neves. Rousseff defendió que su relación con su antecesor es "sólida" y se fundamenta en los cimientos del "proyecto común" que ambos comparten.

Restando importancia al movimiento de juego de tronos que le echa en cara la oposición y la prensa, aseguró que le concederá a Lula "los poderes necesarios para ayudar a Brasil".

También afirmó que su incorporación "fortalece" el Gobierno y estimó que le ayudará a engrasar sus oxidadas relaciones con los partidos de la coalición oficialista, que en los últimos meses se han resquebrajado al punto de suponer una amenaza para su continuidad en la Presidencia.

El presidente del Senado, Renan Calheiros, valoró que Lula "indiscutiblemente" tiene buenas relaciones con las dos cámaras, con lo que puede "ayudar" a negociar la permanencia del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) en el Gobierno.

El PMDB es el partido más importante de Brasil y el pasado fin de semana, durante una convención de su directiva, se dio un plazo de 30 días para evaluar si sale del Ejecutivo por sus desavenencias con Rousseff, lo que podría alimentar el juicio político que la oposición trata de impulsar contra la mandataria.

Fuerte rechazo.

El nombramiento, sin embargo, provocó una cascada de reacciones negativas por parte de los partidos de la oposición, que incluso presentaron una demanda ante un tribunal de Brasilia para tratar de impedirlo, puesto que lo consideran una "afrenta al Estado Democrático de Derecho".

La oposición fundamenta el pedido en las causas abiertas por la Justicia contra Lula, quien está investigado en diversos procesos y ha sido acusado formalmente de delitos de enriquecimiento ilícito, blanqueo de dinero y falsificación de documentos.

Las sospechas de su participación en escándalos de corrupción fueron uno de los factores que alentaron el pasado fin de semana las masivas manifestaciones que sucedieron en ciudades de todo el país y en las que millones de personas salieron a las calles para pedir la renuncia de Rousseff y el encarcelamiento de Lula.

El cargo de ministro le brindará a Lula la protección del fuero privilegiado, por lo que las causas abiertas en su contra deberán pasar a manos del Tribunal Supremo, que no goza de la agilidad de las cortes convencionales. Sin embargo, la esposa de Lula, Marisa Letícia, y su hijo mayor, Fabio Luiz, que también son investigados por la Fiscalía, sí podrían ser juzgados por el juez Sergio Moro, el riguroso magistrado que ha centralizado el grueso del caso de corrupción en la petrolera estatal Petrobras y que ha aplicado 84 condenas en dos años.

El regreso de Lula al Gobierno también sacudió el mundo empresarial y la bolsa, círculos en los que se da por hecho que supondrá un giro a la izquierda en la política económica, una posición que defiende abiertamente el Partido de los Trabajadores (PT).

El presidente de la mayor y más influyente patronal del Brasil, Paulo Skaf, tildó ayer de "golpe contra la nación brasileña" el nombramiento del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como nuevo jefe de la Casa Civil. Skaf, que dirige la Federación de Industrias de San Pablo (Fiesp), afirmó en un breve comunicado, de tan solo un párrafo, que "la llegada de Lula al ministerio de la Presidencia es un golpe contra la nación brasileña". El poderoso gremio empresarial es un firme opositor del gobierno de Dilma Rousseff, contra quien defiende la apertura de un juicio político con miras a su destitución, que tramita en el Congreso desde finales del pasado año. La Fiesp, que en reiteradas ocasiones ha pedido abiertamente la renuncia de Rousseff, expresó además apoyo a las manifestaciones contra la mandataria que el pasado domingo congregaron, según la Policía, a 3.6 millones de personas en cientos de ciudades y fueron las más concurridas de la historia del país.

El nombramiento de Lula ha sido recibido, no obstante, con cautela por parte del mercado financiero, que en los últimos días había castigado la posibilidad, ahora confirmada, de que el exmandatario se sumara al gabinete de Rousseff. La calificadora Moodys observa que hay mayor interés en el terreno político que en resolver la crisis económica.

Piden a gritos la renuncia.

Los diputados de la oposición brasileña interrumpieron ayer una sesión de la Cámara baja gritando "renuncia", tras conocer un audio que sugiere que la mandataria Dilma Rousseff intentó evitar una posible detención de Luiz Inácio Lula da Silva, enviándole un documento sobre su nombramiento como ministro. Durante algunos minutos, el grito dirigido a Rousseff resonó en el pleno de la Cámara baja, en medio de la indignación manifestada por muchos de los parlamentarios tras la divulgación de un audio grabado legalmente ayer de una conversación telefónica entre Rousseff y Lula (ver nota aparte). El juez Sergio Moro levantó el secreto de las escuchas en las líneas telefónicas de Lula luego de que Rousseff anunciara su nombramiento como ministro de la Presidencia.

Dilma: "Usalo en caso de necesidad".

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, intervino para intentar evitar una posible detención de su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, según sugiere una conversación telefónica grabada legalmente por la Policía Federal y divulgada ayer por la Justicia. En la conversación, Rousseff le dice a Lula que le envió con un mensajero un documento con su nombramiento como ministro de la Presidencia. El audio contiene el siguiente diálogo entre la presidenta y el exmandatario:

—Dilma: Hola.

—Lula: Hola.

—Dilma: Lula, escuchame una cosa.

—Lula: Decime, querida. Ajá...

—Dilma: Mirá, estoy mandando a Bessias* con el papel para que lo tengamos, usalo sólo en caso de necesidad, que es el acta de asunción, ¿está bien?

—Lula: Ajá. Está bien, está bien.

—Dilma: Eso, nada más, vos esperalo ahí que está yendo.

—Lula: Está bien, estoy acá, me quedo esperándolo.

—Dilma: ¿Está bien?

—Lula: Está bien.

—Dilma: Chau.

—Lula: Chau, querida.

* Jorge Messias, de asuntos jurídicos de la Presidencia.rasil, corrupción, crisis, Dilma Rousseff, Lula Da Silva, escucha telefónica

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