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Llamado a terminar la “cultura del descarte” por el Papa Francisco

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Papa Francisco en la Jornada Mundial del Migrante. Foto: Reuters
Pope Francis attends the unveiling of the sculpture commemorating migrants and refugees entitled "Angels Unawares" by Canadian artist Timothy Schmaltz in St Peter's Square in Vatican, September 29, 2019. Vatican Media/­Handout via REUTERS ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE WAS PROVIDED BY A THIRD PARTY.
VATICAN MEDIA/REUTERS

JORNADA MUNDIAL DEL MIGRANTE

Francisco lamentó que el mundo sea “cruel con los excluidos” en la Jornada Mundial del Migrante

El papa Francisco lamentó ayer que el mundo sea cada vez más "cruel con los excluidos" e hizo un llamamiento a recuperar la humanidad y evitar la discriminación, durante la misa que presidió con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado.

"El mundo actual es cada día más elitista y cruel con los excluidos", dijo Francisco durante su homilía, en esta misa que se celebró en la Plaza de San Pedro del Vaticano ante miles de fieles de diversas partes del mundo.

Francisco reivindicó la necesidad de aceptar a los demás, especialmente a los excluidos, e hizo mención especial a "los forasteros, las viudas y los huérfanos" por ser personas que a menudo "carecen de derechos" y son marginados en la sociedades actuales.

Criticó el riesgo de que las sociedades modernas acaben tan concentradas en preservar su bienestar que no vean "al hermano y a la hermana en dificultad".

Recordó que "en el mensaje para esta 105 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, el lema se repite como un estribillo: 'No se trata sólo de migrantes'", sino de "todos los habitantes de las periferias existenciales que, junto con los migrantes y los refugiados, son víctimas de la cultura del descarte".

Francisco defendió la necesidad de mostrar caridad con estas personas y recuperar la humanidad para no "dejar a nadie afuera".

Del mismo modo, Francisco pidió reflexionar "sobre las injusticias que generan exclusión, en particular sobre los privilegios de unos pocos, que perjudican a muchos otros cuando perduran".

Dijo que "los países en vías de desarrollo siguen agotando sus mejores recursos naturales y humanos en beneficio de unos pocos mercados privilegiados" y criticó que "la fabricación de armas y su venta se lleva a cabo" en regiones que después no quieren "hacerse cargo de los refugiados que dichos conflictos generan" en sus países de origen.

"Quienes padecen las consecuencias son siempre los pequeños, los pobres, los más vulnerables, a quienes se les impide sentarse a la mesa y se les deja sólo las 'migajas' del banquete", expuso.

Papa Francisco en la Jornada Mundial del Migrante. Foto: AFP
El Papa inauguró una escultura que representa a un grupo de migrantes. Foto: AFP

Llamado.

El papa insistió en que no se puede permanecer indiferente "ante el drama de las viejas y nuevas pobrezas, de las soledades más oscuras, del desprecio y de la discriminación" de los demás, ni insensibles, "con el corazón anestesiado, ante la miseria de tantas personas inocentes".

"No podemos sino llorar. No podemos dejar de reaccionar. Si queremos ser hombres y mujeres de Dios, como le pide san Pablo a Timoteo, debemos guardar 'el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo'; y el mandamiento es amar a Dios y amar al prójimo", señaló.

Finalmente, abogó por "la construcción de un mundo más justo, donde todos puedan acceder a los bienes de la tierra, donde todos tengan la posibilidad de realizarse como personas y como familias".

Tras la misa y tras el rezo del Ángelus, el papa Francisco inauguró una escultura de bronce que representa a un grupo de migrantes y refugiados de diferentes partes del mundo y épocas, y que permanecerá en la Plaza de San Pedro.

También recordó que mañana se establecerá "una reunión de diálogo nacional en Camerún para buscar una solución a la difícil crisis que ha afectado al país durante años" y confió en que ese diálogo "sea fructífero y conduzca a soluciones de paz justa y duradera, en beneficio de todos".

Durante su pontificado, el papa Francisco se ha referido en diversas ocasiones a la necesidad de acoger a los migrantes y refugiados y a todas las personas que son descartadas y dadas de lado.

En 2013, meses después de iniciar su pontificado, Jorge Bergoglio realizó una visita histórica a la isla italiana de Lampedusa, a la que habitualmente llegan numerosos migrantes y refugiados, para mostrar al mundo el drama de la inmigración y rezar por todos aquellos que perdieron la vida en el Mediterráneo en su intento de llegar a Europa.

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