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Lisa Montgomery: una vida de violencia y abusos que acabó en el corredor de la muerte

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La casa de Bobbie Jo Stinnett, la joven de 23 años embarazada de ocho meses asesinada por Lisa Montgomery. Foto: Reuters

ESTADOS UNIDOS

Montgomery, que en 2004 mató a una embarazada para quedarse con su feto, recibió una inyección letal y fue declarada muerte a las 01.31 hora local, las 03.31 en Uruguay.

Lisa Montgomery, de 52 años, fue ejecutada en la madrugada de ayer miércoles en Estados Unidos. Es la primera mujer a la que se le aplica la pena de muerte a nivel federal desde 1953, hace 67 años. Y era también la única mujer en el corredor de la muerte. La ejecución se llevó a cabo en el complejo penitenciario de Terre Haute, en Indiana, y fue declarada muerte a las 01.31 hora local, las 03.31 en Uruguay.

Montgomery, que en 2004 mató a una embarazada para quedarse con su feto, recibió una inyección letal. Poco antes, la Corte Suprema había rechazado los últimos recursos presentados por sus abogados, a pesar del desacuerdo de los tres magistrados progresistas.

Según los abogados de Montgomery, la mujer padecía trastornos mentales graves, consecuencia de las violaciones en grupo que sufrió cuando era niña, y no comprendía el sentido de su condena, una condición indispensable para que fuera ejecutada.

“La Constitución prohíbe la ejecución de una persona que no pueda comprender racionalmente esa ejecución” (...). La administración actual lo sabe. Y la mataron de todos modos”, dijo su abogada Kelley Henry. Todos los que participaron en este caso “deberían sentir vergüenza”, añadió.

“El gobierno no se detuvo ante nada en su empeño por matar a esta mujer herida y delirante”, agregó la abogada en un comunicado. “La ejecución de Lisa Montgomery estuvo lejos de la justicia”.

Un juez federal había ordenado el lunes suspender la ejecución a petición de la defensa, pero el Departamento de Justicia apeló esa decisión y un tribunal de apelación anuló el fallo este martes. La Corte Suprema de Estados Unidos, ante la que se habían presentado dos recursos, dio razón en ambos casos a los abogados del gobierno y habilitó la ejecución.

Montgomery renunció a su derecho a pronunciar unas últimas palabras. Se limitó a responder “no” cuando le preguntaron si quería decir algo.

El crimen.

En 2004, Montgomery, entonces de 36 años, incapaz de tener un nuevo hijo, identificó a su víctima -una criadora de perros de 23 años llamada Bobbie Jo Stinnett y embarazada de ocho meses- en una página de Internet dedicada a criadores de la raza terrier. Poco a poco fue ganando su confianza y hasta intercambiaron fotos cuando Montgomery le dijo que también estaba embarazada.

Entonces la futura asesina no reveló su verdadera identidad y se hacía llamar Darlene Fischer.

En diciembre de 2004 se conocieron. Montgomery viajó desde Kansas, donde vivía, hasta el domicilio de Stinnett, en el pequeño pueblo de Skidmore, Misuri, a unos 280 km.

Apenas Montgomery entró a la casa de su víctima, la estranguló, le abrió el útero, tomó el bebé -que sobrevivió- y abandonó a la joven en un charco de sangre.

Cometido el crimen, volvió a Kansas, donde fue arrestada al poco tiempo. Rastreando sus correos electrónicos y la dirección IP de su computadora, a la policía no le fue difícil darse cuenta que Darlene Fischer era Lisa Montgomery.

Lisa M. Montgomery. Foto: reuters
Lisa M. Montgomery. Foto: reuters

Cuando la fueron a buscar a su casa la encontraron con una niña recién nacida. No le quedó otra que confesar el crimen. Fue condenada en 2007.

Una vida que no fue feliz.

Lisa Montgomery no tuvo una vida feliz. Se crió en una casa marcada por el abuso sexual y la violencia y sin la presencia del padre biológico. Su media hermana Diane Mattingly y ella fueron separadas cuando tenían 8 y 4 años, respectivamente. Diane fue adoptada y Lisa que quedó con su madre, Judy Shaughnessy.

Pero el infierno para la niña había comenzado antes de nacer. Según su padre, la madre de Montgomery bebió mucho durante su embarazo y su hija nació con síndrome de alcoholismo fetal. Múltiples expertos médicos coinciden con ese diagnóstico, informó BBC News en un perfil sobre Lisa Montgomery.

Los abusos a la niña comenzaron con el nuevo esposo de su madre, un hombre descrito por uno de sus hijos como un alcohólico violento.

Según entrevistas con sus medios hermanos y otras personas que pasaron tiempo con la familia, el padrastro de Montgomery construyó un cobertizo en el cual él, y eventualmente sus amigos, la violaron y golpearon, dijo BBC News.

Su madre también comenzó a traficar con ella, permitiendo que obreros como electricistas y plomeros abusaran sexualmente de Montgomery a cambio de hacer reparaciones.

Su abogada Kelley Henry dice que una de las cosas que más la irrita es que los adultos en posiciones de autoridad fueron informados sobre lo que estaba sucediendo, pero no hicieron nada.

A los 18 años, Montgomery se casó con su hermanastro. Tuvieron cuatro hijos en cinco años, pero también por su marido fue abusada. Luego del nacimiento de su cuarto hijo, se esterilizó.

La pareja se divorció y Montgomery se volvió a casar, y comenzó a fantasear que estaba embarazada. “Ella estaba completamente apartada de la realidad”, recuerda su abogada.

Los abogados de Montgomery querían cadena perpetua en lugar de la pena de muerte, así la mujer podía seguir bajo atención psiquiátrica en prisión el resto de su vida.

Su media hermana se lamenta no haber dicho nada de lo que pasaba en la casa familiar cuando se fue a los 8 años.

“Si lo hubiera hecho, ¿también habrían sacado a Lisa de la casa?”, se cuestiona. “Hay tantas personas que le fallaron durante toda su vida. Y solo estoy pidiendo a alguien, una vez, que no le falle”, dijo, según BBC News.

Dos ejecuciones más esta semana.

Desde la reanudación en julio de 2020 de las ejecuciones a nivel federal en Estados Unidos, tras 17 años de pausa, se ha aplicado la pena capital a 10 hombres.

Y, además de Montgomery, hay otras dos programadas para esta semana: Corey Johnson hoy jueves y Dustin Higgs, mañana viernes.

Pero en estos casos también hay incertidumbre tras la decisión de un tribunal federal de bloquear sus ejecuciones. Los dos condenados a muerte contrajeron COVID-19 y la inyección letal podría causarles un sufrimiento ilegal, consideraron los jueces.

Además, exguardias de la penitenciaría de Terre Haute escribieron al secretario de Justicia en funciones, Jeffrey Rosen, para pedirle que posponga estas ejecuciones hasta que el personal penitenciario esté vacunado contra el COVID-19.

Una ejecución requiere que decenas de personas permanezcan en una pieza cerrada, ambiente propicio para la propagación del virus.

El senador demócrata Dick Durbin anunció la presentación de un proyecto de ley para detener de nuevo las ejecuciones federales. Después de que los demócratas retomaran el control del Senado, es posible que ese texto se adopte tras la llegada a la Casa Blanca de Joe Biden, que se opone a la pena capital. (Con información de EFE, AFP y BBC News)

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