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Limbo improductivo y las reformas

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La economía, deshecha por la burocracia, sobrevive en base al turismo y las remesas.

La revolución no ha podido cambiar la matriz productiva de la isla, salvo para peor. Raúl Castro, sucesor de Fidel, trata de introducir reformas que acaben con la atrofia burocrática. Pero ha sido demasiado cauteloso.

Los sueños de industrialización vasta y rápida se fueron al traste ya a inicios de la década de 1960, pese al apoyo soviético, y la isla debió volver a sus ventajas habituales, el turismo, el azúcar y el tabaco.

Durante 30 años los soviéticos transfirieron recursos en gran escala hacia Cuba, un territorio de vanguardia en la competencia político-militar con Estados Unidos. Compraban azúcar cubano pagándolo muy por encima del valor de mercado y suministraban bienes por debajo del costo. Así, por ejemplo, Cuba recibía petróleo a un valor simbólico, ahorraba todo lo que podía y lo revendía en el mercado libre, con lo que obtenía divisas extras. El fin de ese trato privilegiado a principios de la década de 1990 significó para la isla privaciones sin cuento.

El gobierno destinó grandes presupuestos a áreas sociales como la salud y la educación, en las que obtuvo éxitos significativos; y a otras de valor propagandístico, como los deportes olímpicos. Pero el país se hundió hace mucho bajo el peso de la centralización estatista, la ineficiencia y la corrupción, en particular después que los rusos le quitaron el respirador artificial y la dejaran desnuda. Las obsesiones de Castro, que mudaban muy seguido, se transformaban en políticas de Estado, aunque fuesen disparatadas.

Un ejemplo fue el programa de producción azucarera de fines de la década de 1960, que se propuso alcanzar los 10 millones de toneladas de azúcar cruda, el bien exportable fundamental. (La zafra 1959-1960, la última realizada por completo por el sector privado, sumó 5,6 millones de toneladas). El gobierno destinó enormes recursos humanos y materiales, incluidas las fuerzas armadas. En la mejor temporada se cosecharan unos ocho millones, lo que significó una derrota propagandística pero, más grave aún, el costo de producirlas fue tan desmesurado que el país padeció un fuerte retroceso en muy diversos ámbitos. El fin de las grandes compras soviéticas, la baja productividad y la caída de la demanda internacional de azúcar hicieron que la producción cayera en 2010 a unos 1,3 millones de toneladas.

La revolución gestó una de las sociedades más hipócritas del mundo, con lujo y privilegios para la casta gobernante y los turistas extranjeros, incluidos los intelectuales que hacen turismo revolucionario, y un desierto de escasez para el resto. Lo único que se socializa, salvo para los cuadros gobernantes, es la pobreza y la parálisis. Abundan la prostitución y los planes de huida hacia otros mundos. Buena parte de los 11 millones de cubanos no han conocido otro lujo que la holgazanería y la contemplación. En la isla lo único que pasa es el tiempo.

En Cuba la gente es amable, igual que la geografía y el clima, lo que disimula en parte la completa sujeción que implica el régimen. El "socialismo real" no calza bien en el Caribe, o en todo caso puede ser más soportable allí que en el este de Europa.

Metida en una suerte de limbo improductivo, Cuba no pudo beneficiarse del auge de las materias primas que hizo ingresar ríos de dinero a las naciones de América Latina en lo que va del siglo XXI. La economía continúa funcionando en torno al turismo, como siempre, donde abunda la inversión extranjera. Las remesas que los cubanos radicados en Estados Unidos, España y otras naciones envían a sus parientes benefician a más de la mitad de los cubanos y contribuyen a mover la economía.

Tras el alejamiento de Fidel por su precaria salud, Raúl, el heredero, fomentó algunos ambiciosos planes de reforma, que implican la apertura de ciertas actividades privadas y el despido de millones de funcionarios públicos. El Estado emplea a casi el 80% de la fuerza laboral del país.

El gobierno se propone entregar también a productores individuales amplias zonas agrícolas que yacen en abandono. "O rectificamos o nos hundimos", afirmó Raúl Castro en diciembre de 2010. Pero el contorno de las reformas no está muy claro, hay grandes contradicciones y limitaciones y el Partido Comunista se mueve con pies de plomo por miedo a perder el control.

En 2011 Cuba ocupaba el puesto 51 en el Índice de Desarrollo Humano que confeccionó Naciones Unidas entre 187 países, un sitial ciertamente elevado, que en América Latina solo superaban Chile (44º), Argentina (45º) y Uruguay (48º). El ingreso per capita en la isla es muy bajo y el tamaño de su economía es pequeño, pero el análisis del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) da un gran peso a cuestiones como expectativa de vida, escolaridad y acceso a la salud, rubros en que Cuba ocupa un sitio de distinción. Pero ya antes de la revolución, Cuba era uno de los países más desarrollados de América Latina.En 2011 Cuba ocupaba el puesto 51 en el Índice de Desarrollo Humano que confeccionó Naciones Unidas entre 187 países, un sitial ciertamente elevado, que en América Latina solo superaban Chile (44º), Argentina (45º) y Uruguay (48º). El ingreso per capita en la isla es muy bajo y el tamaño de su economía es pequeño, pero el análisis del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) da un gran peso a cuestiones como expectativa de vida, escolaridad y acceso a la salud, rubros en que Cuba ocupa un sitio de distinción. Pero ya antes de la revolución, Cuba era uno de los países más desarrollados de América Latina.

En 2011 Cuba ocupaba el puesto 51 en el Índice de Desarrollo Humano que confeccionó Naciones Unidas entre 187 países, un sitial ciertamente elevado, que en América Latina solo superaban Chile (44º), Argentina (45º) y Uruguay (48º). El ingreso per capita en la isla es muy bajo y el tamaño de su economía es pequeño, pero el análisis del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) da un gran peso a cuestiones como expectativa de vida, escolaridad y acceso a la salud, rubros en que Cuba ocupa un sitio de distinción. Pero ya antes de la revolución, Cuba era uno de los países más desarrollados de América Latina. salud, rubros en que Cuba ocupa un sitio de distinción. Pero ya antes de la revolución, Cuba era uno de los países más desarrollados de América Latina.

FIDEL CASTRO 1926 - 2016

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