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La Casa Blanca apunta a Putin por ciberespionaje

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Putin: en medio de una polémica entre Trump y la administración de Obama. Foto: AFP
A picture taken on December 7, 2016 shows Russian President Vladimir Putin listens to questions during an interview by Nippon Television Network Corporation and Yomiuri Shimbun in the run-up to his official visit to Japan. / AFP / SPUTNIK / Alexey DRUZHININ RUSSIA-JAPAN-PUTIN-INTERVIEV
ALEXEY DRUZHININ/AFP

Funcionarios acusan al presidente ruso de supervisar hackeo a demócratas.

El presidente ruso Vladimir Putin supervisó el "hackeo" de sus agencias de inteligencia a la elección presidencial de Estados Unidos con el fin de favorecer a Donald Trump. Al menos eso es lo que cree la Casa Blanca.

Trump y su equipo han rechazado en reiteradas ocasiones los reportes sobre el "hackeo" ruso, calificándolos de "ridículos", y dicen que los demócratas están molestos por la derrota de la candidata demócrata Hillary Clinton en la elección presidencial del 8 de noviembre.

Sin embargo, funcionarios estadounidenses insisten que Rusia está detrás de todo. "Esto comenzó como un esfuerzo para mostrar que la democracia estadounidense no es más creíble que la versión de Putin", sostuvo una de las fuentes.

Según los funcionarios de la administración saliente, Putin quería ayuda a Trump porque "creía que sería más amigable con Rusia, especialmente en lo referente a las sanciones económicas", que la candidata demócrata.

En tanto, un funcionario de la Casa Blanca dijo que el líder ruso seguramente sabía de los ciberataques. "No creo que en el Gobierno ruso pasen cosas de este tipo sin que Putin lo sepa", dijo a la cadena MSNBC Ben Rhodes, asesor de seguridad de la presidencia.

"Cuando hablamos de ataques como este, estamos hablando de los niveles más altos del Gobierno", agregó.

"Todo lo que sabemos sobre cómo funciona Rusia y hasta qué punto Putin controla el gobierno sugiere que, cuando hablamos de un ciberataque de estas características, estamos hablando de las esferas más altas del gobierno", dijo Rhodes. "En última instancia, Vladimir Putin es responsable de las acciones del gobierno ruso", destacó el asesor del presidente.

Más temprano ayer jueves, el canal de televisión NBC News informó que funcionarios de inteligencia estadounidenses tienen "un alto nivel de confianza" en que Putin estuvo personalmente implicado en la cibercampaña. El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que el reporte lo había dejado "boquiabierto" porque carece de sentido.

"Los absurdos no se basan en ningún fundamento", agregó Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin.

Por su parte, Trump planteó nuevas interrogantes sobre el supuesto papel de Rusia en los ciberataques y el momento elegido por el gobierno de Barack Obama para actuar.

"Si Rusia, o alguna otra entidad, estaba hackeando, ¿por qué esperó la Casa Blanca tanto para actuar? ¿Por qué se quejaron solo después de que Hillary perdió?", escribió Trump en su cuenta de Twitter.

En octubre, el gobierno estadounidense acusó formalmente a Rusia de estar detrás de una campaña de ciberataques contra organizaciones políticas antes de los comicios. Obama dijo que había advertido a Putin acerca de las consecuencias por esta actividad y la semana pasada ordenó una revisión de las agencias de inteligencia.

La CIA concluyó en un informe secreto revelado la semana pasada por The Washington Post que Rusia había intervenido con sus ciberataques con el fin preciso de ayudar a Trump a ganar.

El chef.

En medio de esta polémica, Trump ya tiene una cita obligada antes de asumir en la Casa Blanca el 20 de enero. El presidente electo tendrá que declarar en el litigio que mantiene con el chef español José Andrés por un restaurante en su hotel de lujo en Washington. Una juez denegó el miércoles la petición de la defensa de Trump de cancelar el testimonio, que deberá prestar la primera semana de enero ante sus abogados y los del cocinero. Se trata de una declaración bajo juramento en la que el juez no está presente y que es previa al inicio de un juicio por el caso.

El testimonio, ordenado por la juez Jennifer A. Di Toro, tendrá lugar en el rascacielos de Trump en Nueva York, como había pedido el magnate inmobiliario. Normalmente suelen celebrarse en las oficinas de los abogados. Ambas partes mantienen una disputa legal desde 2015, cuando el cocinero canceló su plan de abrir un restaurante en el hotel de lujo de Trump en Washington, inaugurado el pasado octubre, en protesta por la retórica incendiaria contra los inmigrantes mexicanos lanzada por el entonces aspirante republicano.

Trump interpuso en agosto de 2015 una demanda contra José Andrés, en la que le reclama una indemnización de 10 millones de dólares por la ruptura del contrato. La declaración de Trump, solicitada por los letrados del chef, tiene lugar en el marco de esa demanda.

José Andrés, una celebridad gastronómica en Estados Unidos y cercano al Partido Demócrata, contraatacó en octubre de ese año con una petición de una compensación de al menos ocho millones de dólares por "los gastos incurridos en el desarrollo del restaurante" y "los beneficios perdidos". El chef alega que los ataques de Trump dificultaron al futuro restaurante atraer a trabajadores y clientes hispanos, y recaudar fondos. José Andrés había ofrecido un pacto a Trump para sellar el contencioso y evitar un juicio. "¿Podemos cerrar nuestras demandas y donar el dinero a una ONG de veteranos para celebrarlo? ¿Por qué seguir litigando? Ganemos ambos", escribió el chef en su cuenta de Twitter. La defensa de Trump no ha contestado a la oferta.

El caso evidencia el serial judicial que puede acompañar a Trump. A finales de octubre, según un análisis del diario USA Today, el republicano tenía abiertos al menos 75 de los alrededor de 4.000 casos contra él o sus empresas. Con información de EL PAÍS DE MADRID

Cambios en la relación con la prensa.

El jefe del staff de Donald Trump, Reince Priebus, afirmó ayer jueves que "muchas cosas deberán cambiar", en abierta referencia a la relación entre el presidente de Estados Unidos con la prensa acreditada en la Casa Blanca. Priebus parece, de esta manera, dar crédito a la versión que habla de que el arribo de la próxima Administración podría, por ejemplo, interrumpir el acostumbrado briefing diario con el vocero del primer mandatario. "Creo que es importante observar ello como óptima tradición —explicó Priebus en una entrevista radiofónica— pero, francamente, como se sabe, en realidad no es noticia y son aburridas", aseveró, dejando entrever que "muchas cosas cambiarán". Durante la campaña electoral, Trump tuvo varios choques con los principales medios de comunicación de Estados Unidos, que en su mayoría apoyaron a Hillary Clinton.

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Putin: en medio de una polémica entre Trump y la administración de Obama. Foto: AFP

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