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John Bolton, un halcón al que Donald Trump le cortó el vuelo

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Donald Trump despidió a su asesor de seguridad nacional, John Bolton. Foto: Reuters

ESTADOS UNIDOS

El presidente estadounidense Donald Trump argumentó que estaba “fuertemente en desacuerdo” con su asesor en seguridad nacional.

Donald Trump cesó ayer martes a John Bolton, su asesor en seguridad nacional, por Twitter como lo hizo con otros jerarcas. La salida de Bolton deja a la Casa Blanca sin uno de sus halcones más polémicos, que defendía la mano dura con Irán, Corea del Norte o la “troika de la tiranía” latinoamericana, como llama a los regímenes de Venezuela, Nicaragua y Cuba, del mismo modo que en el pasado abrazó la teoría del “eje del mal” sobre Corea del Norte, Irán e Irak.

Bolton fue el tercer asesor de seguridad nacional que tuvo Trump después de Michael Flynn y H.R. McMaster.

“Anoche informé a John Bolton que sus servicios ya no son necesarios en la Casa Blanca. Estaba fuertemente en desacuerdo con muchas de sus sugerencias, al igual que otros en el gobierno, y por lo tanto le pedí a John su renuncia, que me fue dada esta mañana”, escribió Trump en Twitter.

En un lacónico tuit, Bolton, de 70 años, presentó una versión diferente, diciendo que había ofrecido su renuncia al presidente el lunes por la noche y este le había dicho: “Hablemos de eso mañana”.

La próxima semana se conocerá quién reemplazará a Bolton al frente del Consejo de Seguridad Nacional.

Trump tuiteó sobre el despido menos de dos horas antes de una conferencia de prensa anunciada por la Casa Blanca y en la que tenía que participar Bolton junto a los secretarios de Estado, Mike Pompeo, y del Tesoro, Steven Mnuchin.

La salida de Bolton se conoce luego de que el fin de semana Trump cancelara una reunión secreta programada en Camp David con los talibanes, con quienes Estados Unidos negoció durante varios meses un acuerdo de paz para Afganistán. Según los medios estadounidenses, Bolton se opuso firmemente a esa reunión.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Foto: Reuters
Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Foto: Reuters

Tampoco le gustaba el acercamiento de Trump con el líder norcoreano Kim Jong-un. El régimen de Corea del Norte aludió a esto en 2018: “Ya hemos evocado, en el pasado, la personalidad de Bolton y no ocultamos el asco que nos inspira”, dijo el ministerio de Relaciones Exteriores. Poco antes de su llegada a la Casa Blanca, Bolton estimó que era “perfectamente legítimo” que Estados Unidos respondiera a la amenaza planteada por Corea del Norte, “atacando primero”.

Desde su nombramiento en marzo de 2018, la duda era si el hombre con gafas delgadas y grueso bigote blanco podría llevarse bien con Trump.

Detrás de ese bigote se encuentra un ultraconservador, vehemente defensor del “interés nacional” y un crítico de la Corte Penal Internacional y de Naciones Unidas: en 1994 dijo que “no pasaría nada” si desaparecieran diez pisos del edificio de la ONU en Nueva York.

Durante los últimos meses, Trump no ocultó que podría haber más que diferencias entre él y Bolton. “Tiene opiniones fuertes sobre muchos temas, pero está bien. De hecho, yo modero a John, lo cual es bastante sorprendente”, ironizó en mayo pasado.

Trump bromeó algunas veces con la imagen belicista de Bolton, al punto que dijo en una reunión en la Oficina Oval que “John nunca ha visto una guerra que no le gusta”.

Al igual que Pompeo, Bolton abogó por “salir del acuerdo iraní” firmado en 2015 por las principales potencias con Irán para evitar que adquiera armas nucleares.

Bolton también fue uno de los promotores de una línea dura en Venezuela, liderando la iniciativa de Estados Unidos para sacar a Nicolás Maduro.

Con respecto a Rusia, Bolton -partidario de sanciones mucho más amplias que las simbólicas anunciadas por la administración estadounidense- no estaba en la misma sintonía que Trump, quien rara vez ha elegido criticar a Moscú.

Vladimir Putin, presidente de Rusia. Foto: Reuters
Vladimir Putin, presidente de Rusia. Foto: Reuters

“El embajador Bolton representa lo peor de la osadía estadounidense en política exterior”, reaccionó después de su nombramiento Diplomacy Works, un centro de reflexión de antiguos funcionarios del gobierno del demócrata Barack Obama, denunciando su gusto por el “intervencionismo militar” en el extranjero.

El líder de la oposición demócrata en el Senado, Chuck Schumer, dijo que la decisión de Trump de echar a Bolton “es solo el último ejemplo de su enfoque de gobierno por el caos”.

Antes de entrar al gobierno de Trump, Bolton ya era una figura polémica en Washington, ya que en 2006 tuvo que abandonar su cargo de embajador ante la ONU después de apenas 14 meses, debido a la negativa del Senado a confirmarle definitivamente en el puesto.

Bolton fue, además, uno de los promotores del falso argumento sobre las armas de destrucción masiva que llevó a la invasión de Irak en 2003. “Estamos seguros de que Sadam Husein ha escondido armas de destrucción masiva”, dijo Bolton en un discurso en 2002.

Más recientemente tuvo su participación como comentarista en el canal Fox New, donde solía dar sus puntos de vista sobre los asuntos mundiales.

Nacido en 1948 en Baltimore, Maryland, Bolton se doctoró en Derecho por la Universidad de Yale en 1974 y se alistó en la Guardia Nacional, pero no fue a la guerra de Vietnam y se le atribuye la cita de que “no quería perder la vida en el arrozal de ningún país asiático”.

Casado y con una hija, se describe como un liberal que prefiere “la libertad sobre la democracia”.

Durante su paso por el Departamento de Estado bajo el gobierno de George W. Bush, Bolton mantuvo una granada de mano desactivada en su escritorio. Sus memorias de 2007: Rendirse no es una opción.

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